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Así es el año nuevo en marte, un espectáculo irrepetible que la Nasa vigila de cerca
El planeta rojo, con su peculiar primavera, es escenario de fenómenos únicos que los científicos estudian con atención.
En Marte, el Año Nuevo no se celebra con brindis ni fuegos artificiales, pero su llegada es igual de impresionante. Este 12 de noviembre de 2024, el planeta completó su órbita de 687 días alrededor del Sol, marcando el inicio de un nuevo ciclo. En esta fecha, Marte dio la bienvenida a su primavera en el hemisferio norte, un evento que no solo cambia las estaciones, sino que desató un espectáculo natural que la Nasa ha seguido con cuidado.
Mientras en la Tierra el deshielo es sinónimo de agua fluyente, en Marte las cosas son diferentes. Allí, el hielo, compuesto de agua y dióxido de carbono, no se derrite, sino que pasa directamente al estado gaseoso en un proceso llamado sublimación.
Este fenómeno, impulsado por la radiación solar que penetra la atmósfera marciana, provoca explosiones en la superficie. Gases atrapados bajo el hielo se liberan con fuerza, levantando polvo y partículas oscuras que forman patrones similares a abanicos. Este singular proceso, que parece salido de una película de ciencia ficción, ha sido captado con lujo de detalle por el Mars Reconnaissance Orbiter, el satélite de la Nasa que lleva más de una década orbitando Marte.
Las imágenes obtenidas por la cámara HiRISE del MRO muestran cómo la llegada de la primavera transforma el paisaje marciano. Grandes extensiones de terreno rojizo adquieren tonalidades oscuras y diferentes texturas. Pero esto no es solo un espectáculo visual; es un proceso que revela cómo el clima de Marte modela su superficie.
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Los vientos, que se intensifican en esta temporada, también desempeñan un papel crucial. Estas corrientes no solo movilizan dunas de un lado a otro, sino que también generan remolinos de polvo que recorren el planeta. Estos demonios de polvo, como los llaman los científicos, son capaces de cubrir áreas enteras con nubes rojizas, creando un ambiente caótico pero fascinante.
En algunos casos, estas tormentas de polvo no se limitan a una región específica, sino que envuelven al planeta entero, ocultándolo bajo una neblina espesa que puede durar semanas. Estas tormentas globales son uno de los eventos más intrigantes de Marte, y comprenderlas es clave para las futuras misiones tripuladas. La Nasa, con su flota de satélites y rovers, está recogiendo datos que podrían ayudar a los humanos a prepararse para las condiciones extremas que enfrentarán en el planeta rojo.
Los científicos también están interesados en cómo estos procesos podrían ser útiles para la vida humana en Marte. El dióxido de carbono congelado, que abunda en los casquetes polares marcianos, podría convertirse en un recurso vital. Su sublimación no solo es un fenómeno espectacular, sino una posible solución para generar oxígeno o combustible en el futuro.
Pero Marte no es solo un laboratorio para estudiar el futuro; también ofrece pistas sobre el pasado. Cada explosión de hielo, cada remolino de polvo y cada canal tallado por el viento cuenta una historia sobre cómo este planeta ha cambiado a lo largo de millones de años. Estas observaciones también ayudan a los científicos a entender mejor la Tierra, comparando los procesos geológicos y climáticos de ambos mundos.
La llegada del Año Nuevo marciano es más que un cambio de estación; es un recordatorio de lo dinámico y vivo que puede ser un planeta, incluso uno tan inhóspito como Marte. Mientras la Nasa continúa observando cada detalle con sus herramientas avanzadas, nosotros en la Tierra podemos maravillarnos con las imágenes y los datos que nos acercan a un mundo tan distante.
Marte, con su primavera llena de explosiones y vientos que moldean su superficie, demuestra que el universo está lleno de maravillas por descubrir.