Tecnología
Así, Google busca desarrollar una inteligencia artificial que compita con OpenAI
La compañía busca cómo superar a la IA de su competencia.
El equipo de inteligencia artificial (IA) de Google está trabajando junto con el de DeepMind, la otra división de la empresa matriz Alphabet dedicada a esta tecnología, en una nueva iniciativa con la que buscan competir y superar el dominio de OpenAI.
La iniciativa, que recibe el nombre interno de Gemini (géminis), aúna los dos equipos dedicados a la IA de Alphabet y se creó hace pocas semanas, tras la presentación de Bard, para el desarrollo de software capaz de competir con el chatbot de OpenAI.
Según han compartido fuentes conocedoras de este proyecto a The Information, Brain AI y DeepMind han tenido que dejar atrás años de rivalidad para trabajar de forma conjunta.
Por otra parte, el medio citado recoge también que Google habría utilizado datos del chatbot de OpenAI para entrenar a Bard, su chatbot basado en la tecnología de conversación Languaje Model for Dialogue Applications (LaMDA), con el que espera potenciar la experiencia de búsqueda para ofrecer “respuestas actuales y de alta calidad”.
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Los habría extraído de un portal llamado ShareGPT, donde los usuarios de ChatGPT comparten las conversaciones que mantienen con este servicio, según un antiguo ingeniero de Google. El portavoz de Google Chris Pappas ha negado este hecho a The Verge. “Bard no está capacitado en ningún dato de ShareGPT o ChatGPT”, asegura.
A mediados de enero se supo que los fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, habían revisado la estrategia de inteligencia artificial de la compañía, realizando aportaciones a su desarrollo, debido a la preocupación que generó ChatGPT y su empleo en los buscadores.
ChatGPT puede ir más allá de lo que muchos creen: entrenadores de inteligencia artificial temen por lo que pueda pasar
El avance de la tecnología artificial y de herramientas con ChatGPT, desarrollada por la compañía OpenAI, es asombroso, tanto así que se ha conocido una lista de empleos y labores que podrían verse amenazadas debido a la implementación de esta nueva tecnología y que supondría un duro golpe para la economía en el mundo.
Al respecto, la Universidad de Zúrich publicó un informe que va más allá y que ratifica, una vez más, el poder de esta tecnología y la vulnerabilidad de ciertos empleos, incluso, los de quienes las crearon.
Según el análisis, la inteligencia artificial puede llegar a reemplazar a sus propios creadores, algo que asombra al mundo tecnológico, pues significa que este avance puede continuar con su educación de forma autónoma una vez haya sido entrenado.
El estudio presentado se encargó de comparar el rendimiento de ChatGPT frente a un grupo de anotadores de Mechanical Turk, una plataforma diseñada por Amazon donde hay disponibles empleos de menores ingresos.
Las compañías de inteligencia artificial recurren a este tipo de sitios para subcontratar personas encargadas de pulir sus sistemas y de alimentar los diferentes modelos con etiquetas sobre lo que puede resultar dañino, y así poderlo filtrar dentro del universo de datos que utiliza para su propio entrenamiento.
La idea del análisis era medir la eficacia de ChatGPT frente a la de los anotadores al solicitarles la clasificación de 2.382 trinos. La operación era sencilla y solo debían etiquetar los mensajes publicados en Twitter teniendo en cuenta su relevancia, postura, tema y dos tipos de detección de marcos. Para ir más allá, se comparó el porcentaje de tuits a los que la herramienta le asignó la misma etiqueta cuando se corrió por segunda vez el test.
Los resultados del estudio son asombrosos, pues evidenció que la herramienta desarrollada por OpenAI logró ser más eficaz que los trabajadores en cuatro de cinco tareas a la hora de analizar la precisión de la inteligencia artificial; además, a la hora de correr el segundo test para confirmar la consistencia entre el primer y segundo etiquetado, ChatGPT fue contundente y superó en todas las labores a los anotadores.
Según el portal Hipertextual, experto en tecnología, esto tiene repercusiones económicas muy relevantes para el mercado laboral, pues resulta mucho más barato contar con una herramienta de inteligencia artificial, que pagarle a un empleado de Mechanical Turk.
Las cifras que se revelaron señalan que el chatbot ‘cobró’ 68 dólares por 25.264 anotaciones, mientras que un empleado humano facturó 657 dólares por realizar 12.632 clasificaciones, solo la mitad.
“A este coste, sería posible anotar muestras completas o crear grandes conjuntos de capacitación para el aprendizaje supervisado”, explicaron los analistas luego del estudio, al mismo tiempo que resaltaron que la inteligencia artificial es más precisa, consistente y le ahorra bastante dinero a las empresas.
*Con información de Europa Press