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Cambio climático: ¿qué es más peligroso para el hombre, el frío o el calor?
La condición física y la salud general de una persona influyen en su vulnerabilidad a las condiciones climáticas extremas.
El debate sobre cuál de los extremos climáticos, el frío o el calor, representa un mayor peligro para los seres humanos ha sido un tema de discusión durante mucho tiempo. Ambos extremos presentan riesgos significativos y pueden tener impactos adversos en la salud y el bienestar de las personas.
Sin embargo, es importante comprender que los riesgos asociados con el frío y el calor varían según factores como la duración de la exposición, la geografía y la condición física de cada individuo.
El frío ha causado muchas más muertes, pero el calor es un peligro de futuro
Según un estudio publicado en la revista The Lancet Planetary Health, desde 1998 hasta 2012 han ocurrido cuatro millones de muertes anuales relacionadas directamente con las temperaturas. Esta investigación ha tomado los datos de mortalidad de 16 países europeos, entre los que está España.
También, se conoció que, actualmente, las muertes relacionadas con el frío son mucho mayores, de hasta 10 veces más que el calor. “Nuestros resultados muestran que el 7,17 % de las muertes observadas en Europa se atribuye a temperaturas no óptimas, siendo el frío más dañino que el calor en un factor de diez y con grandes diferencias regionales entre países”, indica la investigación.
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No obstante, debido al cambio climático, los expertos dentro del estudio explican que con el tiempo las muertes por el frío se van a ir reduciendo en comparación con las muertes por el calor: “Nuestras proyecciones indican una reducción generalizada en la fracción atribuible al frío y un aumento en la fracción atribuible al calor”.
Así las cosas, lo que se espera es que la cifra de muertes relacionadas con el calor aumente, superando la cifra de muertes atribuibles al frío, debido al rápido aumento de las temperaturas, que cada vez deja veranos más extremos:
“El aumento de la concentración de gases de efecto invernadero antropogénicos en la atmósfera ha provocado un calentamiento planetario detectable desde mediados del siglo XX”, explican los expertos.
En ese orden, lo que evidencia el estudio es que, por el momento, el frío es más letal, pero el calor puede quitarle el puesto, convirtiéndose en un problema grave de futuro. Cabe aclarar que la variación en la mortalidad atribuible al calor es todavía una incertidumbre, puesto que depende de “la capacidad de las sociedades para adaptarse a condiciones más cálidas”.
Ante esto, el estudio asegura: “De hecho, durante las últimas décadas, se han documentado reducciones en el riesgo de mortalidad y la carga asociada con el calor en muchos lugares del mundo, principalmente en países desarrollados, a pesar del calentamiento y el envejecimiento de las sociedades ya observados”.
Factores que juegan un papel crucial en la determinación del peligro del frío y el calor
La geografía es uno de ellos. En regiones donde el frío extremo es común, las comunidades están mejor preparadas para enfrentar bajas temperaturas a través de la implementación de medidas de seguridad y la adaptación de la infraestructura.
Por otro lado, en áreas donde el calor extremo es más frecuente, las poblaciones pueden estar más acostumbradas a lidiar con altas temperaturas y tomar precauciones para mantenerse seguras.
La condición física y la salud general de una persona también influyen en su vulnerabilidad a las condiciones climáticas extremas. Las personas con afecciones médicas preexistentes, como enfermedades cardíacas, diabetes o problemas respiratorios, pueden tener más dificultades para adaptarse a temperaturas extremas, ya sea frío o calor. La edad también desempeña un papel importante, ya que los niños y los ancianos tienen una menor capacidad para regular la temperatura corporal.
Ambos presentan riesgos significativos y pueden tener consecuencias graves para la salud si no se abordan adecuadamente. Lo más importante es estar informado sobre los riesgos asociados con cada extremo y tomar medidas para protegerse en función de las condiciones climáticas y las circunstancias individuales.
El uso de ropa adecuada, mantenerse hidratado, buscar refugio en condiciones extremas y estar alerta a los síntomas de problemas de salud relacionados con el clima son pasos clave para minimizar los riesgos tanto en climas fríos como calurosos.