Ciencia
Científicos descubren un mundo perdido: hallan una gigantesca parte de la Tierra
Este hallazgo podría cambiar todo lo que se conoce sobre el globo terráqueo.
La Tierra, un planeta con una historia geológica rica y compleja, por ello los científicos adelantan diferentes estudios para poder comprender su pasado.
Aunque estos estudios han permitido encontrar varias respuestas sobre los fenómenos que se producen en subsuelo terrestre, también han dado origen misterios que desconciertan a la comunidad científica.
Actualmente, un grupo de investigadores se encuentran estudiando la desaparición de grandes placas tectónicas oceánicas en el manto terrestre, a causa de la subducción, evento que se produce cuando placa con corteza oceánica más pesada choca contra una placa de corteza continental más ligera.
De acuerdo con expertos, este fenómeno produjo una dispersión de fragmentos de roca en cinturones montañosos, lo cual ha ocultado indicios sobre del pasado geológico.
Pero el trabajo científico de Suzanna van de Lagemaat, investigadora de la Universidad de Utrecht, ha dado un paso significativo en la resolución de este enigma, al ofrecer una reconstrucción una placa tectónica masiva previamente desconocida.
Rompecabezas geológico revelado
La existencia de esta placa, que bautizada como ‘Pontus’, fue predicha por expertos de la Universidad de Utrecht hace más de una década. En ese momento se basaron en fragmentos de antiguas placas tectónicas encontradas en las profundidades del manto terrestre.
Pero la confirmación de esta predicción llegó cuando Suzanna van de Lagemaat llevó a cabo investigaciones de campo y estudios detallados en cinturones montañosos de todo el mundo, desde Japón hasta Nueva Zelanda.
El resultado de ese trabajo reveló que los restos oceánicos en el norte de Borneo, durante mucho tiempo considerados como parte de placas conocidas, pertenecían a la misteriosa placa de ‘Pontus’. Este descubrimiento marcó un hito en la geología, ya que permitió a los científicos reconstruir la placa en su totalidad.
Estudio de la ‘danza’ de las placas tectónicas
La comprensión de los movimientos de las placas tectónicas es esencial para poder descubrir la historia geológica de la Tierra. Los desplazamientos realizados por dichas placas han dejado su huella en la paleogeografía, el clima del planeta y la ubicación de recursos naturales, especialmente con los metales raros.
A través de un minucioso trabajo de campo y análisis geológicos, van de Lagemaat logró brindar más información sobre una de las regiones tectónicas más complicadas del planeta: el área alrededor de Filipinas.
Cabe destacar que Filipinas está ubicada en una compleja unión de diferentes sistemas de placas tectónicas, que poseen una gran extensión de corteza oceánica. La variedad de rocas de diferentes edades que se encuentran en dicha región brindan un campo de estudio muy valioso para los geólogos.
Los estudios en la región tectónica de Filipinas, permitieron que van de Lagemaat lograra reconstruir los movimientos de las placas actuales, lo que arrojó luz sobre la gran extensión de la placa de ‘Pontus’ la cual alguna vez ocupó una parte significativa del Océano Pacífico.
Un descubrimiento revolucionario
El trabajo de Suzanna van de Lagemaat no solo permitió confirmar la existencia de la placa de ‘Pontus’, también hizo posible establecer su extensión geográfica y su duración en la historia geológica.
Los restos de ‘Pontus’ no solo se encontraron en el norte de Borneo, sino también en Palawan, una isla en el oeste de Filipinas, y en el Mar de China Meridional. Esto hizo posible concluir que un único sistema tectónico de placas se extendía desde el sur de Japón hasta Nueva Zelanda, y que dicha configuración existe desde al menos 150 millones de años..
De manera que este hallazgo representa un avance significativo en la comprensión de la dinámica de las placas tectónicas y la evolución de la Tierra.
Esta revelación amplía la visión que se tiene sobre el pasado geológico de la Tierra, además ofrece un nuevo camino para estudiar los complejos procesos que han dado forma a la Tierra tal como la conocemos.