Ciencia
Científicos detectan una preocupante anomalía junto al agujero negro más cercano a la Tierra
Expertos analizan unas extrañas perturbaciones en la zona.
Las órbitas de 27 estrellas cercanas al agujero negro que está en el centro de nuestra Vía Láctea, son tan caóticas que no se puede predecir con confianza dónde estarán dentro de unos 462 años.
Este hallazgo surge de simulaciones realizadas por tres astrónomos radicados en los Países Bajos y el Reino Unido. Los investigadores publicaron sus hallazgos en dos artículos en el International Journal of Modern Physics D y en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Simular 27 estrellas y sus interacciones entre sí, y con el agujero negro, es más fácil de decir que de hacer. No fue hasta 2018 que los investigadores de la Universidad de Leiden desarrollaron un programa informático en el que los errores de redondeo ya no influyen en los cálculos. Con esto pudieron proyectar los movimientos de tres estrellas imaginarias. Ahora los investigadores han ampliado su programa para abordar 27 estrellas que, según los estándares astronómicos, se mueven cerca del agujero negro en el centro de la Vía Láctea.
Las simulaciones de las 27 estrellas masivas y del agujero negro dieron como resultado una sorpresa. Aunque las estrellas permanecen en sus órbitas alrededor del agujero negro, las interacciones entre estrellas muestran que las órbitas son caóticas. Esto significa que pequeñas perturbaciones causadas por las interacciones subyacentes cambian las órbitas de las estrellas. Estos cambios crecen exponencialmente y, a la larga, hacen que las órbitas de las estrellas sean impredecibles.
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“Después de 462 años, no podemos predecir las órbitas con seguridad. Esto es sorprendentemente corto”, dice el astrónomo Simon Portegies Zwart, de la Universidad de Leiden, en Países Bajos. Lo compara con nuestro sistema solar, que ya no es predecible con seguridad después de 12 millones de años.
“Así pues, la vecindad del agujero negro es 30.000 veces más caótica que la nuestra, y no lo esperábamos en absoluto. Por supuesto, el sistema solar es unas 20.000 veces más pequeño, contiene millones de veces menos masa y solo tiene ocho objetos relativamente livianos en lugar de 27 masivos, pero, si me hubieras preguntado de antemano, eso no debería haber importado tanto.”
Según los investigadores, el caos surge cada vez más o menos de la misma manera. Siempre hay dos o tres estrellas que se acercan entre sí. Esto provoca un empujón y un tirón mutuo entre las estrellas. Esto, a su vez, conduce a órbitas estelares ligeramente diferentes. El agujero negro alrededor del cual orbitan estas estrellas es entonces ligeramente empujado hacia afuera, lo que a su vez es sentido por todas las estrellas. De esta forma, una pequeña interacción entre dos estrellas afecta a las 27 estrellas del cúmulo central.
“Realizamos nuestra simulación durante 10.000 años cada vez. A vista de pájaro, las órbitas estelares parecen permanecer sin cambios con el tiempo”, dice Tjarda Boekholt (ex estudiante graduada de Portegies Zwart en 2015 y que ahora trabaja en la Universidad de Oxford. “Sólo cuando empiezas a acercarte a un segmento de una órbita se hacen visibles las variaciones caóticas. Estas variaciones pueden alcanzar valores grandes de hasta cuarenta unidades astronómicas, lo que equivale a cuarenta veces la distancia de la Tierra al Sol”.
“Y así es como funciona también con las estrellas alrededor del agujero negro”, dice Portegies Zwart. “Ustedes son conscientes de que periódicamente se producen acontecimientos inesperados que provocan un cambio exponencial que ahora podemos medir. Pero la implicación es que el centro de la Vía Láctea con el agujero negro y las 27 estrellas que lo orbitan ya no es predecible con confianza después de 462 años. Ya no podemos predecir de manera confiable las posiciones y velocidades de esas estrellas”.
Para Portegies Zwart y sus colegas, lo que importa no son tanto los 462 años. “462 años es, por supuesto, muy poco, pero lo que queremos decir es que, como astrónomos, tenemos que mirar de manera diferente que antes lo que sucede en las proximidades de un agujero negro”, dijo Portegies Zwart. “Y tenemos que encontrar nuevas palabras para ello. Por ejemplo, comencé a construir un glosario de definiciones con Tjarda Boekholt, simplemente porque no existían términos que capturaran con precisión este nuevo tipo de comportamiento caótico que estábamos observando”.
Los investigadores denominaron el fenómeno “caos puntuado”. El término está inspirado en la biología evolutiva donde ocurre lo contrario: el llamado equilibrio puntuado. Se trata de la evolución dentro de las especies, donde a menudo existe un equilibrio a largo plazo que sólo se ve interrumpido muy esporádicamente por un acontecimiento impactante.
“Antes de esta investigación, no se sabía si el caos en las simulaciones tenía un origen físico o si surgía de errores de redondeo y otros problemas con los cálculos”, dice el coautor Douglas Heggie, un matemático jubilado, pero todavía activo.
Con información de Europa Press