Cómo hacer que las aplicaciones del computador funcionen más rápido con estos dos sencillos ajustes

El computador se ha consolidado como una herramienta esencial en la vida diaria, tanto en el ámbito personal como laboral, debido a su capacidad para facilitar la realización de diversas tareas. Uno de los principales beneficios de contar con un PC es el acceso ilimitado a la información. A través de internet, los usuarios pueden consultar datos sobre una amplia variedad de temas, desde noticias y artículos científicos hasta tutoriales y recursos educativos.

Además, estos equipos han transformado la manera en que las personas se comunican. Gracias a aplicaciones de correo electrónico, redes sociales y mensajería instantánea, es posible mantenerse en contacto con amigos, familiares y colegas en tiempo real, sin importar la ubicación geográfica.

Las videollamadas, por ejemplo, se han convertido en una herramienta fundamental para el trabajo remoto, ya que permiten que las reuniones virtuales sustituyan las interacciones cara a cara. Asimismo, las plataformas colaborativas, como Google Docs, han facilitado el trabajo conjunto en documentos, permitiendo que varios usuarios colaboren simultáneamente, sin restricciones de distancia.

No obstante, el uso constante de estos dispositivos puede ocasionar diversos inconvenientes que afectan la experiencia del usuario. Uno de los problemas más comunes es la disminución de la velocidad, lo que provoca que la navegación por aplicaciones sea más lenta y, en consecuencia, se pierda tiempo valioso. Igualmente, es frecuente que los programas se cierren de manera inesperada o, en el peor de los casos, que aparezca la temida “pantalla azul de la muerte”. Aunque estos problemas son habituales, no deben generar alarma, dado que existen soluciones prácticas que permiten resolverlos rápidamente.

Trucos infalibles para mejorar el rendimiento de Windows

Cuando un equipo arranca, varios programas y aplicaciones se inician automáticamente. Aunque algunos son esenciales para el funcionamiento del sistema, otros no lo son y consumen recursos valiosos del procesador, la memoria RAM y el disco duro. Esto puede ralentizar el arranque y reducir el rendimiento del equipo durante el uso diario.

Para optimizar este proceso, se recomienda seguir los siguientes pasos:

• Hacer clic derecho sobre la barra de tareas y seleccionar ‘Administrador de tareas’.
• Después, dirigirse a la pestaña Inicio. Aquí se mostrarán todos los programas que se inician automáticamente cuando se enciende el equipo.
• La lista incluirá tanto programas esenciales como aquellos instalados por el usuario.
• Identificar los programas que no son imprescindibles.
• Luego, presionar sobre el programa y seleccionar ‘Deshabilitar’. De esta forma, la ‘app’ dejará de ejecutarse automáticamente, pero no se eliminará del computador.

Otro aspecto a considerar son las aplicaciones que se ejecutan en segundo plano. Aunque estas no estén visibles en la pantalla, continúan funcionando y consumiendo recursos del sistema. Mientras algunas, como los programas antivirus, son fundamentales, muchas otras solo agregan una carga innecesaria.

• Hacer clic derecho en la barra de tareas y seleccionar ‘Administrador de tareas’.
• Allí observar dos pestañas clave: ‘Procesos e Inicio’ para ver las aplicaciones que se están ejecutando en segundo plano.
• Aquí se podrá ver tanto las aplicaciones visibles como aquellas que no están en primer plano, pero que siguen activas.
• Revisar el consumo de recursos de cada proceso, prestando especial atención a la CPU, la memoria (RAM) y el disco. Si alguna aplicación está utilizando una cantidad excesiva de recursos sin ser esencial, podría ser conveniente desactivarla.
• Hacer clic en la aplicación que se desee gestionar, y si está consumiendo demasiados recursos, seleccionar ‘Finalizar’ tarea para cerrarla.

Mejorar el rendimiento de una computadora no siempre requiere una actualización costosa. Con un mantenimiento adecuado y algunos pasos sencillos de optimización, es posible restaurar la velocidad y eficiencia del equipo sin grandes inversiones.