Tecnología
¿Cómo reducir el consumo de energía de la nevera para que no se suba el recibo de la luz?
Contrario a otros electrodomésticos, la nevera debe estar conectada todo el tiempo a una fuente de poder para operar con normalidad.
Como dice el popular adagio, “después de los gozosos vienen los dolorosos”, por eso, la época en que se deben pagar los recibos de servicios públicos no resulta cómoda para algunas personas. Si bien estas facturas se pagan cada mes, dicho momento no es precisamente algo que se espere con ansias.
El recibo de la luz, por ejemplo, tiene en cuenta el consumo de electricidad dentro del hogar. En ese sentido, su valor se determina con base en el uso de los aparatos que requieren este tipo de energía para funcionar.
Precisamente, con el objetivo de economizar, algunas personas limitan el uso de ciertos electrodomésticos, como el televisor o el horno microondas. Sin embargo, dada su naturaleza y modo de operación, existe un artefacto que debe estar en permanente operación.
En ese orden de ideas, la nevera es quizá el único electrodoméstico que necesariamente debe estar conectado a una fuente de poder todo el tiempo. En vista de que su función consiste en refrigerar los alimentos para que no se dañen, una interrupción en su operación podría resultar contraproducente.
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Ahora bien, el hecho de que la nevera deba estar funcionando 24/7 no quiere decir que no se puedan implementar algunas estrategias para optimizar su consumo de electricidad. Con el objetivo de beneficiar el bolsillo a la hora de pagar el recibo de la luz, Samsung recoge en su sitio web algunos consejos:
- Instalar la nevera en un lugar frío, seco y con buena ventilación.
- Comprobar que la nevera no está expuesta a la luz solar directa. No instalarla cerca de una fuente de calor.
- No bloquear los orificios o rejillas de ventilación de la nevera.
- Permitir que los alimentos calientes se enfríen antes de colocarlos en el refrigerador.
- No mantener la puerta de la nevera abierta por demasiado tiempo al introducir o sacar alimentos.
- Limpiar la parte posterior del refrigerador regularmente. El polvo aumenta el consumo de energía.
- No configurar una temperatura más baja de lo necesario.
- Asegurarse de que haya una salida de aire suficientemente amplia en la base y la parte posterior del refrigerador. No tapar las aperturas de ventilación.
- Al momento de instalar el refrigerador, dejar espacio suficiente a la derecha, a la izquierda, por arriba y por abajo. Esto ayudará a reducir tanto el consumo de energía como las facturas de la electricidad, según reseña la fuente consultada.
Los tres electrodomésticos que más consumen energía por dejarlos conectados
Economizar energía eléctrica en el hogar puede ser una herramienta bastante útil para cuidar las finanzas personales a la hora de pagar las facturas. Y es que el despilfarro puede derivar en que los gastos se incrementen innecesariamente.
Contrario a lo que algunas personas piensan, existen electrodomésticos que siguen consumiendo energía a pesar de que estén apagados. Esto sucede porque permanecen conectados a una fuente de poder, incluso si no están siendo usados en ese momento.
De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía, los aparatos eléctricos apagados o en modo de espera consumen, en una casa promedio, alrededor de 1,6 kilovatios diarios. Este gasto representa entre el 5 y el 10 % del consumo total de energía en el hogar.
El consumo de energía de un aparato eléctrico apagado o en stand by suele ser más notorio en las noches, pues es cuando el objeto no está en uso, aunque continúa conectado. A este efecto se le conoce popularmente como ‘corriente vampiro’.
La fuente consultada relaciona algunos aparatos eléctricos cuyo consumo de ‘corriente vampiro’ es mayor. Se trata de artefactos bastante comunes en el hogar, por lo que vale la pena adoptar estrategias que ayuden a reducir su gasto de energía.
1. Decodificadores
Estos aparatos que se utilizan en el servicio de televisión satelital o por cable implican diferentes consumos de energía. Algunos ofrecen la posibilidad de grabar programas y, según el estudio, es la función que más energía demanda.
2. Computador portátil
A pesar de estar apagadas, si se conectan a una fuente de poder, las computadoras portátiles pueden consumir hasta 8,9 W/hora. En modo hibernación, este consumo puede elevarse hasta 15,7 W.
3. Computador de escritorio
Si el ordenador alcanza cierto tiempo de inactividad, entrará automáticamente en un período de hibernación durante el cual puede tener un consumo de 21,1 W. En ese orden ideas, el hecho de que no se esté usando no derivará en que deje de consumir energía. En caso de que la CPU esté encendida, pero no se esté trabajando en el ordenador y el monitor esté apagado, el consumo de energía puede llegar a 73,9 W.