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Conducir con la ventana abajo no es lo mejor; cinco razones para no volverlo a hacer y proteger a los pasajeros
Expertos recomiendan dejar esta práctica por temas de seguridad y hasta del cuidado del vehículo.
Conducir con la ventana abierta puede parecer una opción tentadora en días cálidos o para disfrutar del aire fresco, pero esta práctica puede acarrear una serie de problemas tanto para el conductor, como para los pasajeros y el propio vehículo.
Debido a esto, acá hay cinco razones por las que expertos en el mundo automotor recomiendan conducir siempre con los cristales arriba, pues de esta manera se estaría garantizando la seguridad de los ocupantes y la duración de algunas partes del vehículo.
Cinco razones para no conducir con los vidrios abajo
- Mayor resistencia al aire y elevado consumo de combustible: cuando se conduce con la ventana abierta, se crea una mayor resistencia al aire dentro del vehículo. Esto provoca que el motor tenga que trabajar más para mantener la velocidad, lo que a su vez aumenta el consumo de combustible. Estudios han demostrado que conducir a altas velocidades con las ventanas abiertas puede aumentar el consumo de combustible hasta en un 10 %.
- Mayor ruido y fatiga del conductor: el ruido del viento generado por tener las ventanas abiertas puede ser considerable, especialmente a velocidades elevadas. Este ruido puede ser molesto e incluso fatigante para el conductor a largo plazo, lo que puede disminuir la concentración y aumentar el riesgo de accidentes.
- Impacto en la seguridad y la aerodinámica: la aerodinámica de un vehículo se ve comprometida cuando las ventanas están abiertas, lo que puede afectar negativamente su estabilidad y manejo, especialmente a altas velocidades. Además, en caso de accidente, las ventanas abiertas pueden interferir con la eficacia de los sistemas de seguridad como los airbags, aumentando el riesgo de lesiones.
- Mayor exposición a contaminantes y elementos externos: conducir con las ventanas abiertas expone a los ocupantes del vehículo a una mayor cantidad de contaminantes ambientales, como el humo de escape de otros vehículos, polvo, polen y partículas en suspensión. Esto puede afectar la calidad del aire dentro del automóvil y, en el caso de personas con alergias o problemas respiratorios, puede ser especialmente perjudicial.
- Desgaste prematuro del interior del vehículo: la exposición constante al viento, el polvo y otros elementos externos puede causar un desgaste prematuro en el interior del vehículo, incluyendo los asientos, alfombras y paneles interiores. Esto puede resultar en una disminución del valor estético y de reventa del automóvil, así como en costos adicionales de mantenimiento y limpieza.
Debido a estos riesgos, y aunque parezca tentador y refrescante conducir con los vidrios abajo, la recomendación es evitar hacerlo, ya que de esta manera se garantizará la seguridad de los ocupantes, así como la integridad de los materiales y la eficiencia del vehículo.
En días calurosos, ¿es mejor el aire acondicionado o bajar las ventanas?
Esta es otra de las dudas que surgen en días soleados y calurosos. Conducir con los vidrios abajo o con el aire acondicionado activado es una decisión que puede afectar el consumo de gasolina, la seguridad de los pasajeros y hasta el medioambiente.
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Como se explicó anteriormente, conducir con los vidrios abajo puede afectar el consumo de combustible; sin embargo, activar el aire acondicionado también tiene el mismo efecto, por lo que habrá que decidir teniendo en cuenta la velocidad y la zona por la que se transita.
Entonces, a una mayor velocidad lo mejor será subir los vidrios y activar las funciones del auto, mientras que en zonas urbanas y seguras habrá que optar por transitar con los cristales abajo.