TECNOLOGÍA

Eclipse solar total del 8 de abril de 2024: ¿se podrá observar en Colombia?

Es importante dejar claro que no se recomienda observar el Sol con otros materiales que aparentemente atenúan el brillo del Sol, pues no son seguros.

Redacción Tecnología
21 de marzo de 2024
La gente observa el eclipse solar anular el 14 de octubre de 2023 en el Parque Nacional Capitol Reef, Utah. Comenzando en la costa de Oregón y concluyendo en la costa este de América del Sur
La gente observa el eclipse solar anular el 14 de octubre de 2023 en el Parque Nacional Capitol Reef, Utah, en Estados Unidos | Foto: AFP

Observar un eclipse solar es un espectáculo único en la vida. Es una de esas experiencias que se recuerda por siempre. Pero dado que esto implica mirar al Sol, no es algo que podamos hacer sin el debido cuidado. Para quienes tengan la fortuna de estar ubicados en la zona donde se podrá observar el eclipse del 8 de abril de 2024, en Norteamérica, Centroamérica y otras regiones del planeta, ofrecemos varias medidas de seguridad.

Esta coincidencia cósmica se manifestará como un eclipse total en algunas zonas. Y aunque no volverá a ser visible de este modo sino hasta el año 2045 en Estados Unidos, el 2048 en Canadá y el 2052 en México, no merece la pena poner en riesgo nuestra salud visual. El mundo está lleno de cosas hermosas que ver.

Eclipses ancestrales

Los mayas, al igual que otras muchas culturas, fueron atentos observadores del cielo. Lograron descifrar la periodicidad de los eclipses y predecirlos. Aún hoy tenemos constancia de ello en el Código Dresde. Parece ser que los astrónomos mayas usaron trozos de obsidiana a modo de filtro para observar los eclipses, y que este uso dio como resultado la tradición prehispánica de la gente común de usar objetos cortantes para “protegerse” de los eclipses.

Y aquí vale la pena dejar claro que aunque los mayas hayan usado obsidianas para ver los eclipses, esto no es recomendable. Los mayas usaron la obsidiana porque era lo que tenían a mano y según su limitado entender les parecía apropiado. Pero recordemos que los mayas desconocían la existencia de la luz no visible que puede tener efectos adversos sobre las células de nuestros ojos. Las piedras de obsidiana no están estandarizadas en su grosor ni estructura, por lo que no se puede garantizar que absorban suficiente luz.

¿Qué es un eclipse?

Un eclipse es una alineación entre tres cuerpos celestes, por ejemplo entre la Tierra, la Luna y el Sol. Si la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, ocultando de nuestra vista a este último, decimos que ocurre un eclipse solar. Pero también puede ser que la Tierra sea la que se interponga entre la Luna y el Sol. En este caso la Luna pierde parte de su brillo al estar a la sombra de la Tierra, y decimos que ocurre un eclipse lunar.

Una coincidencia cósmica

Desde hace más de 2 200 años, gracias a Eratóstenes, tenemos una muy buena idea de la forma y tamaño de nuestro planeta. Hoy sabemos que es aproximadamente esférico, con un radio medio de unos 6 371 kilómetros. Por su parte la Luna tiene un radio de 1 737 kilómetros, mientras que el radio del Sol es de 695 508 kilómetros, aproximadamente 400 veces el radio lunar. Y aquí viene la magia. Mientras que la distancia media de la Tierra a la Luna es de 380 000 kilómetros, nuestra distancia media al Sol es de unos 150 millones de kilómetros, ¡aproximadamente unas 400 veces la distancia a la Luna! Esto hace que los tamaños aparentes de la Luna y del Sol en el cielo sean tan parecidos.

Tipos de eclipses solares

Ni la órbita de la Tierra en torno al Sol ni la de la Luna en torno a la Tierra conforman círculos perfectos. Son levemente elípticas. Así que los tamaños aparentes del Sol y la Luna varían. Esto tiene como resultado que algunas veces la Luna oculta por completo al Sol, un eclipse total, mientras que otras veces la Luna no alcanza a cubrir todo el Sol, éste sobresale por detrás de la Luna formando un anillo, dando lugar a un eclipse anular. Pero cuando nuestra localidad no está lo suficientemente bien alineada con la Luna y el Sol, observamos que la Luna oculta sólo parcialmente al Sol. Así la gente de una ciudad puede observar un eclipse solar como total o anular, mientras que en ciudades cercanas ese mismo eclipse se ve como parcial.

Hay un tipo de eclipse solar muy raro, en el que para algunas partes de la Tierra la Luna alcanza a tapar por completo al Sol, produciendo un eclipse total, mientras que en otras regiones no, produciendo ahí un eclipse anular. Estos eclipses son llamados mixtos o híbridos. El 20 de abril de 2023 ocurrió uno de estos raros eclipses en el sudeste asiático.

Dado que la Luna se aleja de la Tierra unos pocos centímetros al año, su tamaño aparente disminuirá, llegando el tiempo en que los eclipses totales sean muy raros y luego imposibles. Eso sin mencionar que el tamaño del Sol también cambia, creciendo poco a poco. Pero estos cambios sólo serán perceptibles dentro de cientos de millones de años. De momento, no hace falta entrar en pánico.

El eclipse de Norteamérica y otras partes del planeta de 2024

El próximo 8 de abril tendremos un eclipse total en Norteamérica. La franja por donde pasará la sombra de totalidad del eclipse iniciará a mitad del Océano Pacífico. Entrará a México por Sinaloa y saldrá por Coahuila. A Estados Unidos lo hará por Texas y cruzará hacia el noreste para salir por Maine. Mientras que en Canadá la totalidad irá de Toronto a Terranova.

El eclipse será observado como parcial, en diversos grados, en todo Norteamérica, excepto Alaska. También será parcial en Hawái, Galápagos, Centroamérica, El Caribe, el extremo noroeste de Colombia (Cartagena), Azores, Madeira, Canarias, en el extremo noroeste de Portugal y Galicia, en Islandia, Irlanda, Escocia, Gales y el extremo noroeste de Inglaterra (Liverpool). En cada región el horario y el grado de ocultación serán diferentes. Es posible obtener esta información particular desde la página Time and Date.

¿Qué nos puede pasar si miramos directamente al eclipse sin protección?

Nuestros ojos no están preparados para recibir la luz directa del Sol. Entre los daños que podemos sufrir está el crecimiento anormal del tejido que cubre nuestro globo ocular, lo que impide la visión y requiere de cirugía para ser removido. La luz UV produce un padecimiento llamado fotoqueratitis, que consiste en ardor, sensación de suciedad en el ojo y pérdida de la agudeza visual. También podemos sufrir de la formación de cataratas y degeneración macular irreversible.

Pero lo peor viene si llegamos a mirar al Sol a través de un instrumento de magnificación, como por ejemplo un telescopio o unos prismáticos sin protección, haya o no haya eclipse. Esto puede infligir quemaduras severas en la retina, lo que nos produciría ceguera inmediata e irreversible.

Observación segura

El Sol no produce sólo la luz que podemos ver. Entre otros tipos de luz invisible para el ojo humano, emite radiación infrarroja y ultravioleta. Las gafas especiales para eclipses deben de tener un filtro capaz de reducir todos estos tipos de luz. La norma ISO 12312-2 establece estos grados seguros de atenuación: 99,9968 por ciento para la luz visible, 100 por ciento para la ultravioleta y 97 por ciento para la infrarroja. Además de las gafas con ISO 12312-2, también podemos usar vidrios de soldador del número 14. Ambos filtros permiten observar directamente y de manera segura el Sol durante lapsos de unos diez segundos intercalados con descansos de al menos un minuto.

Las gafas especiales para eclipses y el vidrio de soldador son para ver el eclipse directamente, no para mirarlo a través de prismáticos, telescopios u otros instrumentos de magnificación. Para esto hay otros filtros que se colocan por delante del instrumento.

Se han detectado filtros que llevan impresa la certificación ISO 12312-2 pero que resultan ser falsos. La Sociedad Astronómica Americana ha recabado una lista en su página WEB con los fabricantes y distribuidores de filtros realmente certificados, tanto para gafas como para telescopios. Sería bueno asegurarnos de que nuestras gafas y filtros son genuinos.

Es importante dejar claro que no se recomienda observar el Sol con otros materiales que aparentemente atenúan el brillo del Sol, pues no son seguros. Use sólo filtros con ISO 12312-2 o vidrio de soldador del número 14.

Eclipse Total de Sol |Técnicas seguras para mirar a un eclipse solar: ¿Con un colador?

Otra forma de observar el eclipse de manera segura es por el método de proyección. Se trata de hacer pasar un rayo de sol a través de un orificio pequeño y mirar la luz que llega al suelo u otra superficie. No se trata de mirar al Sol a través del orificio. Es posible usar objetos con orificios, como coladores, espumaderas o galletas. También podemos generar estos orificios entrecruzando los dedos de las manos. Además se genera la proyección de manera natural con los rayos de luz que se cuelan por entre las hojas de los árboles. Y si estamos motivados podemos hacernos una caja de proyección.

Caja para ver el eclipse (versión en español)

Una buena idea es acercarnos a algún club astronómico de nuestra localidad. Suelen ser gente muy entusiasta y dispuesta a orientar a otros sobre cualquier aspecto relacionado con la astronomía. Además es casi seguro que el día del eclipse organicen alguna observación pública con gafas, telescopios y proyectores a disposición de los asistentes.

No se lo pierda

Quizá por ser en día lunes le resulte un poco complicado observar el eclipse, pero si puede hacerlo no pierda la oportunidad. Hágalo con las precauciones necesarias, cuide su vista y la de los que le rodean, especialmente la de los pequeños. Use ropa clara para reflejar la mayor cantidad de radiación solar, mangas largas, algún tipo de sombrero, filtro solar para la piel y tenga a mano agua para mantenerse hidratado y evitar una insolación.

Si tiene dudas, déjelas en los comentarios, con gusto las atenderemos. Espero que lo disfrute y nos cuente su experiencia.

Por.

Alejandro Márquez Lugo

Profesor Investigador (Astrofísica), Universidad de Guadalajara

Ramiro Franco Hernández

Profesor del Departamento de Física de la Universidad de Guadalajara

Artículo publicado originalmente en The Conversation

The Conversation