Tecnología
¿El Vaticano le tiene miedo a la inteligencia artificial?; aparece un inesperado documento en pleno debate sobre la IA
La Iglesia católica ha publicado su propio manual de ética para usar la inteligencia artificial.
La acelerada evolución que han tenido las tecnologías impulsadas por inteligencia artificial (IA) han desperado el interés y la preocupación de diferentes sectores de la industria tecnológica y la sociedad, debido a que este fenómeno incide en la vida cotidiana de millones de personas.
Mientras científicos, académicos, empresarios y gobiernos discuten sobre las normas y alcances que debe tener una nueva regulación para estas tecnologías, el Vaticano se ha unido a este debate sobre los límites y el uso adecuado que debe darse a la IA.
Recientemente, el Vaticano ha presentado su ‘manual de ética’ para utilizar la inteligencia artificial, en el contenido del documento denominado como ‘Ética en la era de las tecnologías disruptivas: una hoja de ruta operativa’ se establece un ‘plan estratégico’ para mejorar las prácticas de gestión ética con tecnologías disruptivas como la IA.
El manual presentado por el Vaticano cuenta con siete secciones, que ofrecen cerca de 46 procedimientos para mejorar las prácticas que se deben tener con la inteligencia artificial. Pero en líneas generales, el texto plantea que las empresas que deben analizar continuamente las medidas que se deben implementar para proteger, datos sensibles como la información financiera, médica y personal de los usuarios, que ahora está en poder de sistemas impulsados por la IA.
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De igual manera, se hace una solicitud para que las entidades más destacas en la industria tecnológica se comprometan a “no recoger más datos de los que sean estrictamente necesarios”.
Cabe aclarar que las recomendaciones presentadas en el texto representan la primera acción del Instituto de Tecnología, Ética y Cultura (ITEC), entidad que surgió de la una colaboración entre el Papa Francisco y el Centro Markkula de Ética Aplicada de la Universidad de Santa.
Según el sitio web oficial de la entidad, ITEC busca convocar a líderes empresariales, de la sociedad civil, académicos, gubernamentales y de todas las tradiciones religiosas para tener una reflexión más profunda sobre el impacto de la tecnología en la humanidad.
Así las cosas, la aparición del manual junto a la nueva entidad que lo produjo representaría la materialización de la preocupación del máximo líder de la iglesia Católica por poner sobre la mesa sus consideraciones ante un asunto tan enrevesado como es el uso correcto de tecnologías tan complejas como la inteligencia artificial.
“El Papa siempre ha tenido una gran visión del mundo y de la humanidad, y cree que la tecnología es algo bueno. Pero a medida que la desarrollamos, llega el momento de hacer preguntas más profundas. Los ejecutivos de tecnología de todo Silicon Valley han venido a mí durante años y me han dicho: ‘Necesitas ayudarnos, hay muchas cosas en el horizonte y no estamos listos’. La idea era utilizar el poder de convocatoria del Vaticano para reunir a ejecutivos de todo el mundo”, declaró en su momento el padre Brendan McGuire, párroco de la parroquia de St. Simon en Los Altos y asesor de ITEC en una entrevista para el portal Gizmodo.
En qué va la regulación de la IA
Actualmente, más de 150 directivos de reconocidas empresas le han solicitado a la Unión Europea reelaborar las normas más abarcadoras del mundo para la inteligencia artificial.
En una carta abierta a los mandatarios de la UE, los ejecutivos afirmaron que las normas inminentes les dificultarán a las empresas europeas la competencia con rivales de ultramar, sobre todo cuando se trata de la tecnología detrás de sistemas como ChatGPT.
Directivos de empresas, desde el fabricante de aviones francés Airbus y la automotriz Renault hasta el gigante cervecero holandés Heineken, dijeron en la carta que la ley pionera del bloque de 27 naciones podría imponer trabas al desarrollo de la IA generativa. Esa tecnología da a los chatbots como ChatGPT el poder de generar texto, imágenes, video y audio que se asemejan al trabajo humano.
Semejante regulación podría llevar a que las compañías más innovadoras del sector se vayan al exterior y que se genere una “brecha de productividad crítica entre los dos lados del Atlántico”.
Los directivos dicen que las leyes que requieren el “acatamiento rígido” serían ineficaces cuando aún se sabe tan poco sobre los riesgos y usos de la IA generativa. Exhortaron a la UE a revisar la Ley de IA para enfocarse en los riesgos.
Dadas las crecientes inquietudes sobre el impacto de la IA en todos los ámbitos de la vida, la corte reconoce la “clara necesidad de entrenar debidamente estos modelos y garantizar su uso seguro”.
Los empresarios reclamaron la creación de un organismo regulador de expertos capaces de adecuar periódicamente las normas a los nuevos avances y responder a los riesgos que surjan. También destacaron la necesidad de acordar reglas transatlánticas.
Con información de AP