Cultura
En Medellín está la primera gaming house de Colombia
Un grupo de jóvenes tienen un equipo de League of Legends, un videojuego que genera más dinero que la NBA. Cada día entrenan para convertirse en profesionales.
En la Casa de la Cultura Friki —barrios Calasanz, occidente de Medellín— hay consolas de videojuegos varios: Nintendo, Súper Nintendo, Nintendo 64, Playstation en todas sus sagas, Xbox ídem y computadores con teclados que iluminan la teclas; hay una colección de cómics con algunas piezas clásicas de Robert Crumb y ediciones de la local y siempre aplaudida revista Larva; hay juegos de rol, juegos de mesa, cartas y, al fondo, una piscina que los frikis frecuentan después de horas de juegos. Los sábados y domingos se suele atiborrar de gamers que hacen competencias amateur y de metaleros oscuros que prefieren los juegos de mesa inspirados en la obra de H.P. Lovecraft.
Pero hay un cuarto que permanece oculto, siempre cerrado, y algunas veces cuando lo abren la puerta sin aviso, desde adentro dicen que cuidado, que están en una reunión importante y adentro se ven otros computadores encendidos, sillas ergonómicas, cabezas con audífonos. En ese cuarto hay ocho muchachos, tres menores de edad, que entrenan hasta 12 horas diarias para convertirse en jugadores profesionales de League of Legends, el famoso videojuego on line en el que equipos con poderes fantásticos se enfrentan en batallas de hasta una hora.
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League of Legends es todo un fenómeno, el gran emperador de los juegos en línea: la final del torneo mundial de 2017, que se realizó en el Estadio Nacional de Pekín con un lleno absoluto, tuvo 80 millones de espectadores en streaming y 144 jugadores en competencia; además, los fanáticos del juego contribuyeron con 2.696.970 dólares, parte de la bolsa de premio que se llevó el equipo campeón. Según cifras de 2012, para ese año había 70 millones de jugadores registradores en la plataforma y en 2013 llegaron a jugar 5 millones al mismo tiempo.
La habitación donde juegan es el garaje de la casa friki y cinco jugadores mueven sus avatares —el videojuego tiene más de 70 personajes y cada uno de estos muchachos se ha especializado en uno— por un bosque digital que parece de una versión más real que el otrora famoso Age of Empires. Para un periodista que se quedó en los juegos de Súper Nintendo es difícil entender la dinámica de los videojuegos on line.
Ante la imposibilidad de encontrar lugares apropiados para entre y jugar, para formarse como atletas digitales, este equipo se llama Loto Gaming, decidió venirse a vivir a la casa friki, así han conformado la primera gaming house de Colombia. Hay dueño del equipo, se llama Sebastián Cortés y también es manager, comunicador y gran benefactor: paga el arriendo, la comida y los servicios que utiliza todo el equipo.
—Loto Gaming es la orgnización número uno de equipos de deportes electrónicos en Colombia. Tenemos tres escuadras, tenemos el mejor equipo de Colombia en League of Legends; el mejor equipo en Paladins y también tenemos una escuadra en Crossfire, pero no tiene tantas victorias. La única que tiene una Gaming House es la de League of Legends, conformada por un técnico, un analista táctico, cinco jugadores y un suplente —dice Cortés.
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Sebastián Cortés es un inversor, el dinero que gana como representante en Colombia de la firma de hardware para gamers MSI, lo invierte en el equipo porque sabe que tiene muchas posibilidades de ganar buen dinero en unos cuantos años. Explica que ya el equipo ha ganado torneos nacionales que entregan hasta 3 millones de pesos, y eso que hacen parte de la categoría C de la liga, por usar un símil con el fútbol. Su meta es ingresar al circuito de leyendas, donde competirían de manera profesional con otros equipos de Latinoamérica donde se hacen torneos semanales que tienen premiaciones cercanas a los 3.500 dólares.
—Al entrar a esas ligas hay un sostenimiento, porque las mismas personas del juego hacen que la escena crezca y se hacen contratos, hay patrocinio. Cuando alguien construye una gaming house es porque ya está en una liga, esa liga es como la B en fútbol, nosotros aún no estamos pero ya tenemos una gaming house porque creemos en esto; ya el máximo nivel es llegar a la Liga Latinoamérica Norte, estar ahí es hacer parte de las ligas que luchan en torneos a nivel mundial.
Estamos hablando de un gran negocio que patrocinan Mercedes Benz, L’Oreal, Hacer, Toyoya y donde tienen equipos clubes de fútbol como el Paris Saint-Germain, el Valenci CF, el Real Betis, el Manchester City y ya se dice que el real Madrid prepara su propia escuadra para League of Legends. Los deportes electrónicos son un rubro que crece cada vez más, Jeff Bezos, dueño de Amazon, pagó en agosto hace cuatro años 970 millones de dólares por la plataforma Twitch, que transmite sesiones de videojuegos en vivo y tiene 15 millones de usuarios todos los días.
En este mundo han aparecido los equivalentes a Neymar, a Messi y a Cristiano Ronaldo, gamers que cuando se asoman para jugar una partida son vistos por millones. Uno de ellos es Tyler, que en sus sesiones de League of Legends ha tenido más de 350.000 seguidores que lo ven y en vivo, deseando que aplique tácticas que solo él puede hacer. El fenómeno lo explica Luis Daniel Chavarría, el entrenador del equipo de Loto Gamings:
—Básicamente League of legends es un deporte electrónico, es un juego de cinco contra cinco en el que tu compites contra otras personas que están en otra parte del mundo. Es un juego que combina tácticas, estrategias, habilidad y mucho trabajo, esfuerzo y conocimiento general del juego. Estos muchachos entrenan diez horas diarias. Ellos son como deportistas de alto rendimiento, lo que era tu hobbie se convierte en un deporte: ellos tienen planes específicos de entrenamiento, control en las comidas, en los horarios, todo es muy profesional. La industria de los videojuegos en el último año logró facturar más que la NBA. A través de jugadores como ellos se venden hardware, sillas, marcas grandes patrocinan equipo, porque hay gente que paga por verlos jugar y por verlos hacer grandes jugadas así como a Messi.
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Chavarría es estudiante universitario y tiene amigos que decidieron irse a vivir a México, donde ya hacen parte de equipos profesionales que tienen patrocinadores y ganan torneos de miles de dólares. Cree que en Colombia puede suceder lo mismo, aunque se necesitan reconocimiento público, poder registrar el club ante, por ejemplo, el Instituto de Deportes y Recreación de Medellín (Inder) y así acceder a recursos.
Mientras tanto, ellos entrenan cada día, algunos solo se dedican a estar frente al computador con la plataforma de League of Legends en una pestaña y en otra la página de Facebook; otros jugadores estudian en la universidad y dividen sus actividades, se ordenan, dice el entrenador sin desparpajo: “Así como hace un atleta”.