Tecnología
Estas son las herramientas que se necesitan para entender el comportamiento humano según la IA
Estudiosos de ciencias sociales y humanidades que tratan de entender el impacto de la IA en la sociedad.
La inteligencia artificial hace parte de casi todas las actividades de las personas, por lo que también se ha vuelto en el centro de atención de varios estudios científicos que se ocupan de aclarar su incidencia en el desarrollo del pensamiento humano.
Uno de los estudios más interesantes es el el proyecto MIT Quest for Intelligence, dirigido y liderado por el científico español Antonio Torralba.
El comportamiento humano y la inteligencia artificial
Basado en esta curiosidad científica, se creo El Quest for Intelligence, una iniciativa que surge desde la misma presidencia del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), con el objetivo de ahondar sobre el comportamiento del cerebro humano tanto desde la perspectiva de la neurociencia, como a nivel cognitivo.
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Quest, como lo llama abreviadamente el investigador, representa la visión del MIT sobre la importancia de la inteligencia artificial para desarrollar la próxima generación de herramientas de aprendizaje automático. “Es un proyecto a muy largo plazo que nace con la ventaja de tener, en un espacio condensado, mucha investigación en neurociencia, ciencia cognitiva y machine learning, con numerosos investigadores que observan al cerebro a todos niveles (...)”, indica el especialista.
En entrevista con Muy interesante, Antonio Torralba, director de la Facultad de Inteligencia Artificial y Toma de Decisiones explica que el ser humano cuenta desde que nace con diferentes modalidades sensitivas, percibe el exterior fundamentalmente a través de imágenes, sonidos y estímulos táctiles.
Por eso, los científicos del Quest buscan una aproximación para desarrollar una tecnología capaz de identificar en una imagen qué objetos están haciendo sonidos, de captar qué píxeles están produciendo el estímulo sonoro y qué componente del ruido viene de ese píxel, uniendo así las tres vías citadas.
Sobre todo, se hace énfasis en la necesidad de crear una inteligencia artificial capaz de desarrollar el sentido del tacto, pues a través de él se puede determinar la posición de los objetos en el espacio.
Por otra parte, asegura que la IA necesita de una estructura física que sea capaz de interactuar con el mundo, pues por ahora solo vive en los ordenadores, de manera que en un futuro se pueda contar con la percepción de los robots para futuras investigaciones.
Lograr que la IA perciba el mundo como lo hacen los humanos
La máxima ambición del investigador, “aunque suene un poco cliché”, es construir sistemas que puedan percibir el mundo como lo hacen los humanos.
Como primer paso, le gustaría tener un robot capaz de vivir en casa y ayudar con las tareas domésticas. “Esto no es fácil; si lo fuera, ya estarían aquí. Todos los problemas que hay que resolver para ello están aún muy verdes”, afirma.
Torralba además, expresa sus motivos para avanzar en la vía de la superinteligencia: “Forma parte de la naturaleza del ser humano entender el mundo que le rodea para adaptarse y ser capaz de llegar donde otras (...), construir máquinas que pueden razonar nos hace reflexionar sobre nuestros propios mecanismos de razonamiento y esto puede ayudarnos a mejorar cómo pensamos –de qué forma discriminamos o somos sensibles a sesgos, etcétera–, corregirlo y mejorarlo”.