Este es el tiempo máximo que puede durar un electrodoméstico guardado sin sufrir daños graves

Con el ritmo frenético de la vida moderna, no es raro que los electrodomésticos terminen almacenados por un período antes de volver a ser utilizados. Pero, ¿cuánto tiempo pueden durar estos dispositivos sin sufrir daños graves? Aunque las respuestas pueden variar según el tipo de electrodoméstico y las condiciones de almacenamiento, hay algunas pautas generales que pueden ayudar a los consumidores a preservar sus aparatos en las mejores condiciones posibles.

La duración de un electrodoméstico guardado sin sufrir daños graves depende de varios factores clave. En primer lugar, el tipo juega un papel importante: los grandes, como refrigeradores y lavadoras, suelen tener componentes más sensibles que los aparatos pequeños, como tostadoras o cafeteras.

Otro factor crucial es el entorno de almacenamiento. La humedad, la temperatura y la exposición a la luz solar directa pueden afectar significativamente la vida útil de los electrodomésticos. Por ejemplo, almacenar un electrodoméstico en un lugar húmedo puede provocar corrosión en los componentes metálicos y dañar los circuitos electrónicos. De igual manera, las temperaturas extremas pueden afectar negativamente a las partes de plástico y goma, haciéndolas quebradizas o deformándolas.

Además, la calidad inicial del electrodoméstico también influye en su durabilidad. Los de mayor calidad, fabricados con materiales más resistentes y con mejor tecnología, tienden a soportar mejor el paso del tiempo y las condiciones adversas de almacenamiento.

Los electrodomésticos pequeños, como licuadoras, tostadoras y cafeteras, generalmente son más resistentes al almacenamiento prolongado que sus contrapartes más grandes. Sin embargo, esto no significa que sean indestructibles. La clave para preservar estos aparatos radica en un almacenamiento adecuado.

Primero, es esencial limpiar a fondo el electrodoméstico antes de guardarlo. Los residuos de alimentos o líquidos pueden atraer plagas o provocar corrosión. Una vez limpio, el aparato debe secarse completamente para evitar la acumulación de humedad.

Es recomendable guardar estos electrodomésticos en sus cajas originales, si es posible, o en recipientes sellados que los protejan del polvo y la humedad. Los espacios de almacenamiento deben ser secos y frescos, evitando sótanos húmedos o áticos calurosos. Bajo estas condiciones, los electrodomésticos pequeños pueden durar entre 2 y 5 años sin sufrir daños graves.

Los electrodomésticos grandes, como refrigeradores, lavadoras y lavavajillas, presentan un mayor desafío en términos de almacenamiento. Estos aparatos tienen componentes más complejos y delicados que pueden deteriorarse con mayor facilidad.

Un refrigerador, por ejemplo, debe ser limpiado minuciosamente antes de ser guardado. Se recomienda dejar la puerta entreabierta para permitir la circulación de aire y evitar el crecimiento de moho. La ubicación de almacenamiento también es crítica; un lugar seco y con temperatura controlada es ideal. Incluso con estas precauciones, un refrigerador almacenado puede comenzar a mostrar problemas después de 1 a 2 años, especialmente en sus componentes electrónicos y sistemas de sellado.

Las lavadoras y lavavajillas también requieren cuidados especiales. Es importante drenar toda el agua de estos aparatos para prevenir el crecimiento de moho y la corrosión. Además, los sellos de goma y mangueras pueden volverse frágiles y romperse si se dejan inactivos por mucho tiempo. En condiciones óptimas, estos electrodomésticos grandes pueden durar hasta 3 años almacenados sin daños significativos, aunque es recomendable revisarlos periódicamente y realizar un mantenimiento preventivo antes de volver a utilizarlos.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.