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Estos son los nombres de las personas con tendencia a ser maliciosas, según la inteligencia artificial
La identificación suele tener un impacto significativo en la identidad y percepción de las personas.
Las personas suelen tener, en gran o pequeña medida, maldad. Este concepto es subjetivo y complejo que a menudo se refiere a comportamientos, pensamientos o intenciones que causan daño o sufrimiento a otros. Además, suele ser analizado desde diferentes perspectivas, como la filosofía, la psicología, la religión y la ética, y cada una ofrece interpretaciones distintas sobre su origen y naturaleza.
Ahora bien, la inteligencia artificial (IA) ha revolucionado diversos ámbitos del conocimiento humano, desde la ciencia hasta el entretenimiento. Por ello, SEMANA consultó con el chatbot de ChatGPT, para conocer una lista de nombres considerados “más propensos a la maldad”.
Los nombres con mayor “tendencia malvada”
La IA arrojó resultados basados en datos ficticios, literatura y referencias culturales, dando como resultado los nombres que podrían estar asociados con personalidades malévolas. Entre los más mencionados se encuentran:
- Vlad: Asociado con Vlad el Empalador, una figura histórica conocida por su crueldad, que inspiró el personaje de Drácula.
- Lilith: En algunas tradiciones, se le describe como un espíritu rebelde o una figura demoníaca.
- Damien: Popularizado por el clásico de terror “La Profecía”, donde el personaje con este nombre era el hijo del diablo.
- Morgana: Frecuentemente retratada como una antagonista en las leyendas artúricas.
- Lucifer: Un nombre que, por excelencia, se asocia al diablo en tradiciones judeocristianas.
Si bien estos nombres tienen fuertes connotaciones en la cultura popular y la literatura, la IA aclaró que los resultados no implican que las personas reales con estos nombres sean malvadas. Más bien, se trata de un reflejo de cómo las historias y los mitos han moldeado la percepción colectiva.
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Es importante destacar que los nombres asociados con la maldad en los experimentos de IA provienen de patrones culturales y narrativos. Por ejemplo, nombres como “Vlad” o “Lucifer” tienen un trasfondo histórico o religioso que los vincula con personajes temidos o temibles. Esto demuestra cómo los relatos antiguos y modernos influyen en la percepción de la sociedad sobre los nombres y sus portadores.
Por otro lado, algunos nombres son estigmatizados debido a su asociación con personajes ficticios de cine o literatura. “Damien”, por ejemplo, ganó notoriedad tras el éxito de “La Profecía” en los años 70. Sin embargo, esta asociación es meramente ficticia y no refleja la naturaleza de quienes llevan ese nombre.
Este tipo de experimentos también expone los prejuicios latentes en los algoritmos de IA. Estas herramientas no generan ideas propias, sino que se basan en datos y patrones existentes en los cuales la humanidad ya ha proyectado sus creencias, miedos y estigmas.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de SEMANA.
