TECNOLOGÍA
Juez en EE. UU. desestima demandas contra Facebook por prácticas monopolistas
Las demandas habían sido presentadas en diciembre pasado por la Comisión Federal de Comercio y más de 40 estados de ese país.
Un juez federal de Estados Unidos aceptó el lunes la solicitud de Facebook de desestimar las dos demandas presentadas en 2020 por el ente regulador de la competencia de ese país (FTC) y los fiscales generales de muchos estados, que acusan a la compañía de prácticas monopolistas.
El juez James Boasberg, del Tribunal de Distrito de Washington D.C., desestimó el caso presentado en diciembre por la Comisión Federal de Comercio y más de 40 estados, una acción que podría haber revertido la adquisición de Instagram y WhatsApp por parte de Facebook.
La demanda “no alegó suficientes hechos para establecer de manera plausible (...) que Facebook tiene el poder de monopolio en el mercado de los servicios de redes sociales personales”, dijo el juez en una exposición de 53 páginas, al tiempo que dejó abierta la posibilidad de que las autoridades vuelvan a presentar la demanda tras revisiones.
En las dos demandas presentadas en diciembre que se unificaron en un tribunal federal, funcionarios estatales y estadounidenses pidieron la desinversión de Instagram y WhatsApp, argumentando que Facebook había actuado para “afianzar y mantener su monopolio para negar a los consumidores los beneficios de la competencia”.
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Pero el juez dijo que la denuncia “no dice casi nada concreto sobre la cuestión clave de cuánto poder realmente tenía Facebook (...) Es casi como si la agencia esperara que el tribunal simplemente asienta ante la sabiduría popular de que Facebook es un monopolista”.
En Wall Street, la red social, cuya acción trepó casi un 5 %, superó por primera vez el umbral simbólico del billón de dólares de capitalización.
La decisión se produce una semana después de que un panel del Congreso de Estados Unidos debatiera una legislación que conduciría a una revisión radical de las leyes antimonopolio y daría más poder a los reguladores para dividir las grandes empresas de tecnología.
Las demandas
A finales de 2020 la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) y fiscales de 48 estados tanto demócratas como republicanos, presentaron la demanda contra Facebook por presuntamente abusar de su posición de dominio al adquirir Instagram en 2012, por 1.000 millones de dólares, y WhatsApp en 2014, por 22.000 millones de dólares.
La FTC solicitó a los tribunales que obliguen a Facebook a revender Instagram y WhatsApp, y que notifique y pida luz verde en futuras operaciones de adquisición.
Según Ian Conner, director de la Oficina de Competencia de esa entidad, “las acciones de Facebook para afianzar y mantener su monopolio niegan a los consumidores los beneficios de la competencia”.
Por su parte, la fiscal general del estado de Nueva York, Letitia James, aseguró que se “utilizando los vastos recursos a su disposición en términos de datos y dinero. Facebook ha aplastado y obstaculizado lo que la compañía vio como amenazas potenciales”.
La plataforma ha rechazado constantemente las acusaciones de monopolio, argumentando que los internautas tienen muchas opciones para escoger en línea.
Por su parte, Facebook pidió a la Justicia de Estados Unidos que rechace las demandas por presuntas prácticas monopolísticas en su contra presentadas por el Gobierno y una coalición de estados de ese país.
En escritos entregados a la Corte de Washington que lleva el caso, la empresa que dirige Mark Zuckerberg alegó que las querellas carecen de base y que por tanto deben ser rechazadas, un extremo que, de ser aprobado por el juez, le evitaría entrar en unos procesos judiciales que se prevén muy largos y costosos.
“La demanda del Gobierno ignora completamente la realidad de la industria tecnológica dinámica y altamente competitiva en la que Facebook opera”, apuntó la compañía.
En sus escritos, la firma de Menlo Park (California) recrimina precisamente a los demandantes que quieran obligar a deshacer dos adquisiciones que habían sido anteriormente aprobadas, algo de lo que, según Facebook, no existe precedente.
La red social también acusó a la FTC de estar usando las leyes antimonopolio como excusa para atacar a Facebook por otras cuestiones –mencionó un “tenso clima de críticas incesantes” a la compañía– y negó que las compras de Instagram y WhatsApp hayan perjudicado a los usuarios con un aumento de precios o una reducción de la calidad del servicio.
Los demandantes, por su parte, sostienen que con esas compras Facebook ha podido controlar la competencia, dictar los términos para los desarrolladores que usan esas plataformas y ganar miles de millones de dólares con la venta de publicidad.
Solicitaron al tribunal que obligue a Facebook a realizar desinversiones de activos o reestructuraciones de su negocio, especialmente en relación con WhatsApp e Instagram. Asimismo, la FTC y los estados demandantes esperan que Facebook no pueda imponer “condiciones anticompetitivas” a los desarrolladores de ‘software y que la empresa tenga que buscar aprobación previa para cualquier fusión o adquisición futura.
“Las redes sociales son centrales para las vidas de millones de estadounidenses. Las acciones de Facebook de atrincherar y mantener su monopolio niegan a los consumidores el beneficio de la competencia. Nuestro objetivo es dar marcha atrás a la conducta anticompetitiva de Facebook y restaurar la competencia para que la innovación y la libre competencia puedan aflorar”, aseguró la vocera de la Oficina de Competencia de la FTC, Ian Conner.
Según la acusación, Facebook decidió comprar Instagram para aprovechar el cambio de preferencias hacia la compartición de fotos y el auge de los ‘smartphones’ en lugar de competir con ella. Asimismo, en 2014 la empresa acordó comprar WhatsApp ante el riesgo de que el servicio de mensajería instantánea neutralizara su futura competencia y elevara una barrera de entrada, ya que cualquier otra aplicación tendría difícil ganar la escala que había logrado WhatsApp.
Asimismo, la FTC y los fiscales acusan a Facebook de haber realizado prácticas competitivas al restringir el acceso a su interfaz de programación (API) a aquellos desarrolladores y empresas que se comprometieran a no crear funcionales que compitieran con Facebook.
Con información de la AFP.