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Nasa revela imágenes de un extraordinario fenómeno que el rover Curiosity captó en Marte

Las fotografías ofrecen nueva información sobre el planeta ‘rojo’.

7 de marzo de 2023
Ilustración de Marte, el planeta rojo de nuestro sistema solar.
Ilustración de Marte, el planeta rojo de nuestro sistema solar. | Foto: Getty Images/iStockphoto

El rover Curiosity de la NASA en Marte captó el 2 de febrero de 2023 cómo unos rayos de luz solar iluminaban un banco de nubes mientras el ‘astro rey’ se ponía por el horizonte.

Estos ‘rayos solares’ también se conocen como rayos crepusculares. Era la primera vez que los rayos solares se veían con tanta claridad en Marte.

Curiosity capturó la escena durante el más reciente estudio de nubes crepusculares del rover, que se basa en sus observaciones de 2021 de nubes noctilucentes, o de brillo nocturno. Mientras que la mayoría de las nubes marcianas se sitúan a no más de 60 kilómetros sobre el suelo y están compuestas de hielo de agua, las nubes de las últimas imágenes parecen estar a mayor altitud, donde hace especialmente frío. Eso sugiere que estas nubes están hechas de hielo de dióxido de carbono, o hielo seco.

El rover Curiosity de la NASA captó la imágen de los rayos crepusculares en el cielo de Marte.
El rover Curiosity de la NASA captó la imágen de los rayos crepusculares en el cielo de Marte. | Foto: NASA/JPL-Caltech/MSSS/SSI

Al igual que en la Tierra, las nubes proporcionan a los científicos información compleja pero crucial para comprender el clima. Observando cuándo y dónde se forman las nubes, los científicos pueden aprender más sobre la composición y las temperaturas de la atmósfera marciana, así como sobre los vientos que soplan en su interior.

El sondeo de nubes de 2021 incluía más imágenes tomadas por las cámaras de navegación en blanco y negro del Curiosity, que proporcionaban una visión detallada de la estructura de una nube a medida que se movía. Pero el estudio reciente, que comenzó en enero y terminará a mediados de marzo, se basa más en la cámara en color Mastcam del rover, que ayuda a los científicos a ver cómo crecen las partículas de las nubes con el tiempo.

El rover Curiosity de la NASA captó una nube iridiscente en el cielo de Marte.
El rover Curiosity de la NASA captó una nube iridiscente en el cielo de Marte. | Foto: NASA/JPL-Caltech/MSSS

Además de la imagen de los rayos solares, Curiosity captó el 27 de enero un conjunto de nubes de colores con forma de pluma. Cuando son iluminadas por la luz solar, ciertos tipos de nubes pueden crear un espectáculo parecido al arcoíris llamado iridiscencia.

nubevemos iridiscencia, significa que el tamaño de las partículas de una nube es idéntico al de sus vecinas en cada parte de la nube”, explica en un comunicado Mark Lemmon, científico atmosférico del Instituto de Ciencias Espaciales de Boulder, en Colorado. “Al observar las transiciones de color, vemos que el tamaño de las partículas cambia en toda la nube. Eso nos habla de la forma en que la nube está evolucionando y cómo sus partículas están cambiando de tamaño con el tiempo.”

Curiosity capturó tanto los rayos del sol como las nubes iridiscentes como panorámicas, cada una de las cuales fue compuesta a partir de 28 imágenes enviadas a la Tierra. Las imágenes se han procesado para resaltar los aspectos más destacados.

Nasa descubre que Venus podría llegar a convertirse en un nuevo hogar para los habitantes del planeta Tierra

Datos de archivo de la Nasa avalan que Venus puede estar perdiendo calor por la actividad geológica en regiones llamadas coronas, posiblemente como la actividad tectónica temprana en la Tierra.

La Tierra y Venus son planetas rocosos con un tamaño y una composición química similares, por lo que deberían perder su calor interno hacia el espacio aproximadamente al mismo ritmo. Se sabe muy bien cómo pierde calor la Tierra, pero el mecanismo de flujo de calor de Venus ha sido un misterio.

Un estudio que utiliza datos de hace tres décadas de la misión Magallanes de la NASA ha echado un nuevo vistazo a cómo se enfría Venus y ha descubierto que las regiones delgadas de la capa superior del planeta pueden proporcionar una respuesta.

Ilustración de un exoplaneta que cuenta con condiciones similares a las de la Tierra.
Ilustración de un exoplaneta que cuenta con condiciones similares a las de la Tierra. | Foto: NASA/Ames Research Center/Daniel Rutter

uestro planeta tiene un núcleo caliente que calienta el manto circundante, el cual transporta ese calor hasta la rígida capa rocosa exterior de la Tierra, o litosfera. El calor se pierde entonces en el espacio, enfriando la región superior del manto. Esta convección del manto impulsa los procesos tectónicos en la superficie, manteniendo en movimiento un mosaico de placas móviles. Venus carece de placas tectónicas, por lo que la ciencia planetaria se pregunta desde hace tiempo cómo pierde calor y qué procesos modelan su superficie.

El estudio aborda este misterio a partir de las observaciones que la nave espacial Magallanes realizó a principios de la década de 1990 de unos rasgos geológicos casi circulares de Venus denominados coronas. Ejecutando nuevas mediciones de las coronas visibles en las imágenes de Magallanes, los investigadores concluyeron que las coronas tienden a estar situadas donde la litosfera del planeta es más delgada y activa.

“Durante mucho tiempo nos hemos aferrado a la idea de que la litosfera de Venus está estancada y es gruesa, pero nuestra visión está evolucionando”, afirma en un comunicado Suzanne Smrekar, investigadora científica del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, que dirigió el estudio publicado en Nature Geoscience.

Al igual que una sábana fina libera más calor corporal que un edredón grueso, una litosfera delgada permite que escape más calor del interior del planeta a través de penachos flotantes de roca fundida que ascienden hasta la capa exterior. Normalmente, cuando aumenta el flujo de calor, aumenta la actividad volcánica bajo la superficie. Así pues, las coronas revelan probablemente lugares en los que la geología activa está dando forma a la superficie de Venus en la actualidad.

Ilustración sobre un infierno en la Tierra.
Ilustración sobre un infierno en la Tierra. | Foto: Getty Images

Los investigadores se centraron en 65 coronas no estudiadas hasta entonces, de hasta unos cientos de kilómetros de diámetro. Para calcular el grosor de la litosfera que las rodea, midieron la profundidad de las zanjas y crestas que rodean cada corona.

Descubrieron que las crestas están más próximas entre sí en las zonas donde la litosfera es más flexible o elástica. Aplicando un modelo informático de cómo se dobla una litosfera elástica, determinaron que, de media, la litosfera alrededor de cada corona tiene unos 11 kilómetros de espesor, mucho menos de lo que sugieren estudios anteriores. Estas regiones tienen un flujo de calor estimado superior a la media de la Tierra, lo que plantea que las coronas son geológicamente activas.

“Aunque Venus no tiene una tectónica similar a la de la Tierra, estas regiones de litosfera delgada parecen estar dejando escapar cantidades significativas de calor, de forma similar a las zonas donde se forman nuevas placas tectónicas en el fondo marino de la Tierra”, afirma Smrekar.

*Con información de Europa Press