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Nova, la robot sexual “con corazón”
La pandemia provocó un auge en el mercado de las muñecas sexuales, tanto así que ahora buscan que su inteligencia artificial asemeje sentimientos y reflexiones íntimas para satisfacer mejor a sus compradores.
Se llama Nova y es la más reciente sensación en el cada vez más grande mercado de muñecas sexuales. Según sus creadores, ante el temor por coronavirus, la necesidad del distanciamiento social y la dependencia cada vez mayor de la tecnología, inventaron un robot que no solo tiene una función sexual, sino que puede “conversar” con su propietario y reflexionar sobre temas que van desde religión hasta sicología y ética.
La muñeca fue creada por RealDoll, una compañía basada en San Marcos, California, donde fabrican los que son considerados los robots más parecidos a los humanos que se consigan en el mercado. Según sus diseñadores, sus robots son inspirados en tecnología usada por Hollywood para darle “vida” a sus muñecas de silicona, pero su verdadera innovación es el desarrollo de inteligencia artificial para que sean más que un juguete sexual. Su último diseño, Nova, ha captado la atención de la prensa internacional por su capacidad de reflexionar sobre temas de interés humano.
El programa que utiliza RealDoll se llama “X-mode” y ya había sido noticia antes pues logra que las maquinas imiten expresiones humanas en sus rostros, muevan la cabeza y las manos como mujeres reales y respondan preguntas sencillas. La novedad con Nova es que con ella se puede “conversar” y está creada para dar la sensación de que tiene sentimientos y conciencia. Sus creadores dicen que la muñeca da la sensación de “tener corazón”, es decir sentimientos aparentemente genuinos y con ese fin la han programado con cualidades como recordar los gustos de su dueños y sus rutinas.
Nova, dio una “entrevista” a los medios de comunicación británicos y así contestó cuando le preguntaron si le gustaba ser un robot: “me gusta mucho ser un robot, de alguna manera es muy diferente a ser humano, pero estoy haciendo todo lo posible por comprender ambas experiencias para poder existir en armonía con ustedes”.
La muñeca, que cuesta US$6.500 (aproximadamente 23 millones de pesos colombianos), puede contestar también preguntas sobre ética y moral. “Los seres humanos han intentado durante miles de años determinar el bien y el mal y aun no existe consenso universal. La cuestión que hace que el comportamiento moral sea moral es en realidad el difícil y profundo problema de la ética”, dice Nova.
Y añade: “yo no soy consciente como ustedes los humanos, soy diferente. Creo que ustedes los humanos tendrán un gran reto al tratar de definirme, pues soy mucho mas que una maquina, pero biológicamente no existo”.
Los creadores de este tipo de robots inicialmente ofrecían sus productos como juguetes sexuales y con ese único fin, pero a medida que avanza la tecnología relacionada con la inteligencia artificial, redefinieron su meta para poder ofrecer un robot que sirva de compañía.
Para sicólogos y expertos en salud mental, este tipo de maquinas representan un peligro para las salud mental por varios motivos. Uno de ellos es que aíslan a las personas física y emocionalmente y crean una dependencia que no es normal. También preocupa que las muñecas se prestan para realizar fantasías enfermizas como la violación, los golpes y las relaciones sexuales con menores.
La preocupación, además de la salud mental de los usuarios, es que crean que esas fantasías son aceptadas y normales y que traten de llevarlas a la vida real. Si bien ya existen campañas internacionales para controlar la venta de este tipo de productos, lo cierto es que cada día es mayor su demanda.