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¿Por qué los perros y gatos pueden sentir los temblores segundos antes de que ocurran?
Se tiene la creencia de que las mascotas pueden percibir los sismos momentos previos a que ocurran.
Las habilidades o capacidades de los animales domésticos siguen siendo un misterio en muchos aspectos, especialmente la relación que podría existir entre los perros y gatos con los fenómenos naturales, como los sismos.
De hecho, durante mucho tiempo se ha tenido la creencia de que los animales domésticos cuentan con la capacidad de presentir los temblores segundos antes de que ocurran.
¿Los perros y gatos pueden sentir los temblores antes de que ocurran?
La idea de que las mascotas cuentan con la sensibilidad necesaria para predecir sismos se ha arraigado en la cultura popular, debido a que se piensa que pueden percibir vibraciones o movimientos sutiles que les alertan sobre un sismo.
De hecho, esta creencia ha cobrado más fuerza debido a las anécdotas de varias personas en donde se afirma que gracias a la reacción de su perro (ladridos o comportamiento ansioso) fueron advertidos sobre un temblor que ocurrió poco después de que el canino adoptara una actitud extraña.
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En ese sentido, existen una gran cantidad de informes de personas que afirman que sus perros o gatos se comportaron de manera inusual o nerviosa antes de un sismo y por ello se ha atribuido que dichas actitudes se producen porque los animales intentan buscar refugio porque entienden el tipo de situación va a ocurrir.
¿Qué dice la ciencia?
Pese a la cantidad de informes anecdóticos, la ciencia no tiene una respuesta certera sobre la aparente capacidad de predicción sísmica que poseen los perros y gatos. Esto se debe a que hasta el momento no existen estudios que arrojen evidencia sólida para concluir de manera irrefutable que los animales domésticos realmente cuentan con la habilidad de predecir sismos con precisión antes de que ocurran.
Debido a que faltan pruebas definitivas, algunos expertos han concluido que los comportamientos anormales en las mascotas en momentos previos a que se produzca un sismo sí pueden estar influenciados por múltiples factores que están relacionados con un movimiento telúrico.
¿Qué factores causan un comportamiento extraño en las mascotas?
- Capacidad de percibir vibraciones sutiles: los perros y gatos tienen una aguda habilidad para sentir vibraciones y sonidos que los humanos no pueden detectar. Si hay movimientos previos a un sismo es posible que los animales puedan detectar vibraciones en el suelo y por ello reaccionan ante esa situación.
- Cambios en la atmósfera: los sismos pueden estar asociados con cambios en la atmósfera, como liberación de gases o alteraciones en el campo electromagnético. Los animales podrían ser sensibles a estas alteraciones y reaccionan en consecuencia.
- Comportamientos Innatos: algunos animales pueden tener comportamientos innatos que los hacen más sensibles a cambios en su entorno. Sin embargo, esto no necesariamente significa que estén prediciendo un sismo.
Es fundamental recalcar que los cambios en el clima, alteraciones en su entorno, enfermedades o modificaciones en la rutina diaria también son factores que pueden incidir en el cambio de comportamiento de un perro o gato.
Así las cosas, no es posible afirmar que el comportamiento errático o ansioso de un perro o gato está estrechamente ligado a la posibilidad de que ocurra un sismo. Posiblemente el animal está intentando comunicar un malestar u otro tipo de situación y por ello no se puede dar por sentado que se trata de un posible temblor.
Pese a que los científicos han estudiado la relación entre el comportamiento animal y los sismos, los resultados de esas investigaciones son mixtos y no brindan una base sólida para concluir que sí pueden detectar sismos antes de que ocurran.
La falta de evidencia científica sólida que permita demostrar que las mascotas si tienen la capacidad de predecir con precisión los sismos, obliga a las personas a tener un mayor cuidado ante las diferentes actitudes que manifiesten su perro o gato. De ser el caso, se sugiere tomar la medida preventiva de llevar el animal a un veterinario.