Que no le metan goles: datos clave que se deben tener en cuenta al elegir una pantalla gamer

La tecnología de visualización está avanzando con rapidez, especialmente en los dispositivos pensados para los gamers. Actualmente se están creando paneles con frecuencias de actualización altas y tiempos de respuesta más rápidos hacen que el juego sea más suave y nítido, mientras que los colores más ricos y el contraste más profundo mejoran la calidad de la imagen.

Hoy en día pantallas juegan un papel importante en la definición de los fotogramas por segundo (FPS) que realmente experimentan los espectadores, por lo que la innovación de la tecnología de paneles es un aspecto fundamental que tienen los usuarios del mundo gamer a la hora de buscar un dispositivo para jugar.

Ahora los jugadores se esfuerzan constantemente por mejorar su experiencia y alcanzar nuevos niveles de inmersión, por ello el contar con una pantalla gamer adecuada es un factor crucial para lograr este objetivo.

A causa de esta nueva tendencia, SEMANA consultó con expertos para crear una pequeña guía sobre las consideraciones clave a tener en cuenta al escoger una pantalla gamer:

Resolución

La resolución de la pantalla es esencial para una experiencia de juego inmersiva. La elección entre el tipo de resolución depende de las preferencias personales y de las capacidades de la tarjeta gráfica del equipo, entre las resoluciones disponibles en el mercado se encuentran Full HD, Quad HD, OLED, QLED y Ultra HD.

Tamaño de la pantalla

El tamaño adecuado de la pantalla puede marcar la diferencia en la comodidad y la inmersión. Por ello es importante determinar el tamaño que se ajuste al espacio disponible y preferencias de juego. En caso de un computador portátil, se puede optar por una pantalla desde 13 pulgadas hasta 18 pulgadas.

Sin embargo, si elige por una pantalla o monitor externo se recomienda un equipo de 27 a 32 pulgadas.

Frecuencia de actualización

La tasa de refresco es un factor clave en las pantallas diseñadas para el gaming, puesto que representa la frecuencia con la que se actualiza la imagen en un segundo y está estrechamente vinculada a la tasa de fotogramas por segundo que se pueden visualizar. De manera que representa la cantidad de fotogramas que una tarjeta gráfica puede renderizar, mientras se ejecuta un videojuego en el lapso de un segundo.

En general, para disfrutar de una experiencia de juego satisfactoria, se considera que el mínimo aceptable es de 60 Hz, es decir, 60 fotogramas por segundo. Sin embargo, si se desea una experiencia de alta calidad habrá que contar con un equipo con la suficiente potencia para lograr tasas de FPS más altas.

De ser el caso, se recomiendan una pantalla con tasas de refresco de entre 120 Hz y 144 Hz, dichas frecuencias proporcionarán una mayor fluidez en la visualización de los juegos.

Tiempo de respuesta

El tiempo de respuesta también es crucial para tener una buena experiencia y rendimiento en juegos, pues indica el tiempo que tarda un píxel en cambiar de color. Si es demasiado alto, puede generar una imagen borrosa y estelas, especialmente en escenas de movimiento rápido.

El tiempo de respuesta se mide en milisegundos y, en general, cuanto más bajo sea, mejor. Sin embargo, su importancia varía según el tipo de juegos que se usen, existe un valor mínimo recomendable que disminuye a medida que mejora el tiempo de respuesta.

Lo ideal es contar con pantallas con tiempos de respuesta de 2 ms o 3 ms para minimizar el efecto de estela y garantizar una experiencia de juego fluida.

Tecnología de sincronización

Las tecnologías de sincronización como AMD FreeSync o NVIDIA G-Sync ayudan a evitar el desgarro de la pantalla al sincronizar la frecuencia de actualización con la tarjeta gráfica. Considerar pantallas que incluyan estas tecnologías puede ayudar a tener una experiencia de juego más fluida.

Recientemente NVIDIA, presento actualizaciones en sus tecnologías MUX Switch y NVIDIA Advanced Optimus que permite al sistema alternar inteligentemente entre la GPU dedicada y la integrada para alcanzar altas tasas de FPS cuando la laptop está conectada a la corriente y una mejor duración de la batería cuando se usa desenchufada, sin necesidad de intervención manual.

Así las cosas, es clave buscar y comprar diferentes alternativas que estén el mercado, vale la pena destacar que actualmente hay fabricantes que cuentan con una línea de dispositivos diseñados para gamer, como es el caso de ASUS Republic Of Gamers (ROG). Es clave consultar y comparar diferentes dispositivos para así encontrar opciones con tecnologías innovadoras como los paneles “Nebula Display”.

Para ayudar a entender mejor las tecnologías y características clave a considerar al escoger una pantalla gamer, SEMANA creó un glosario de términos. Conocer estos conceptos ayudará a tomar una decisión informada y encontrar la pantalla perfecta de acuerdo con necesidades de cada usuario.

• Resolución: La resolución se refiere al número de píxeles en la pantalla y determina la claridad y nitidez de la imagen. Se expresa mediante una combinación de números, como 1920x1080 (Full HD) o 3840x2160 (4K).
• Frecuencia de actualización: Medida en hercios (Hz), la frecuencia de actualización indica cuántas veces por segundo la pantalla puede actualizar la imagen.
• Tiempo de respuesta: El tiempo de respuesta mide la velocidad con la que un píxel puede cambiar de un color a otro. Un tiempo de respuesta más bajo, típicamente expresado en milisegundos (ms), reduce el desenfoque de movimiento y el efecto de estela en juegos rápidos.
• FPS (Fotogramas por segundo): Los FPS se refieren a la cantidad de imágenes individuales que se muestran por segundo en un juego.
• HDR (High Dynamic Range): El HDR mejora el rango dinámico de una imagen, ofreciendo una mayor variedad de colores, un contraste más profundo y una mayor luminosidad. Proporciona una imagen más realista y vívida en juegos compatibles.
• Ángulo de visión: El ángulo de visión indica desde qué ángulo puedes ver la pantalla sin perder calidad de imagen.
• Brillo y contraste: El brillo se mide en nits y se refiere a la intensidad luminosa de la pantalla. Un alto brillo junto con un buen contraste garantiza una representación vívida y detallada de las escenas oscuras y claras en los juegos.