Tecnología

Qué se debe tener en cuenta al regalar un smartphone a un menor en esta Navidad

Es clave que los padres guíen a sus hijos en el uso correcto de un dispositivo que le brinda acceso a diferentes plataformas digitales.

20 de diciembre de 2022
Los usuarios de teléfonos inteligentes deben actualizar continuamente sus dispositivos.
Los usuarios de teléfonos inteligentes deben actualizar continuamente sus dispositivos. | Foto: Getty Images

Recientemente, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y UNICEF España emitieron diez recomendaciones que deben tener los padres de familia que decidan regalar un teléfono inteligente a sus hijos.

Estas consideraciones buscan fomentar la participación activa de los padres sobre la formación de los menores en el uso del teléfono móvil, así como el diálogo entre las familias. Se trata de transmitir información y valores en el uso del dispositivo, Internet y las redes sociales para hacer un uso responsable y garantizar los derechos de los niños en el entorno digital.

En primer lugar, se recomienda planificar la llegada del ‘smartphone’ para que el niño entienda por qué va a tener un dispositivo de estas características y lo que implica. Tal y como explica la guía, “los adolescentes manejan la tecnología desde que son muy pequeños” pero “no siempre son conscientes de los riesgos a los que pueden exponerse”.

Por tanto, a la hora de dar un smartphone, la familia ha de valorar el grado de madurez del menor. Incluso se puede firmar un contrato familiar para promover el uso adecuado del teléfono, en el que se detalla qué aplicaciones o sitios web podrá utilizar, a quién podrá llamar, el límite de tiempo diario o semanal, etc.

Agregado a ello, AEDP y UNICEF han insistido en la necesidad de supervisar y poner normas y límites, ya que es importante que el dispositivo no represente una distracción de otras tareas o actividades relevantes para el menor como son dormir, estudiar o socializar con otras personas sin la necesidad de los dispositivos inteligentes.

Para ello, se recomienda acudir a los ‘software’ de control parental como una herramienta útil.

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Redes sociales, un componente que demanda atención

También es clave que los niños comprendan la necesidad de cuidar sus datos en las redes sociales y las posibles consecuencias de no hacerlo. Según se establece en la guía, es esencial el papel de los padres que, junto con su hijo, deben navegar en las diversas redes sociales e Internet analizando cómo se exponen los datos y siendo conscientes de que les pueden ver “más personas de las que esperan”.

En este sentido, se debe configurar el perfil de la red social para limitar su carácter público, además, se debe ajustar quién puede ver las publicaciones o escoger la información del usuario menor publicada en el perfil, es básico.

Por otra parte, como padres, hay que interesarse por los videojuegos de los hijos,. porque representan un medio de entretenimiento, socialización y aprendizaje. Así, se podrá guiar a los menores a aplicar las mismas precauciones que en las redes sociales convencionales y a escoger juegos adecuados a su edad y madurez.

Así las cosas, también es necesario conocer con quién se comunica el menor a través de los videojuegos o redes sociales. Desde el respeto a la privacidad, los padres deben interesarse por esas cuestiones y enseñar que no se debe compartir información ni fotografías personales con desconocidos. De esta forma, se evitarán situaciones de ciberacoso, chantaje o ‘grooming’ -práctica de ciberacoso sexual de un adulto a un menor-.

Tampoco se debe compartir la información del lugar de residencia, el centro escolar donde estudian o cualquier otra información que permita localizar al menor en el mundo real.

Responsabilidad y espacios de desconexión

Otro punto clave es generar un espacio de desconexión para los niños. Porque es necesario conservar momentos libres de tecnología que “permitan el acceso a otro tipo de experiencias” como un beneficia su desarrollo. Asimismo, es una manera de generar relaciones personales más cuidadas y activas.

Finalmente, el decálogo sugiere observar cómo se siente el menor en su área digital. Por ejemplo, hace referencia a tratar de identificar posibles situaciones que afecten al bienestar físico o psíquico. Pueden ser problemas no causados por la tecnología que, sin embargo, se acentúan o manifiestan en el transcurso de su interacción.

*Con información de Europa Press