¿Quién es el verdadero dueño de Temu y de cuánto es su fortuna?

Temu, la plataforma de compras en línea de origen chino, ha ganado gran protagonismo en Colombia y en el comercio electrónico global. Perteneciente al grupo PDD Holdings y fundada por un hombre que pasó de ser programador en Google a convertirse en el hombre más rico de China, Temu es conocida por ofrecer productos a precios bajos, muchos de ellos sin marcas específicas, lo que ha sido clave para su éxito en mercados como Estados Unidos y Europa.

Pero, ¿quién es el misterioso hombre que está detrás de esta exitosa plataforma recién llegada al país? Se trata de Colin Huang, un empresario chino que también es el fundador y ex CEO de la compañía especializada en la venta al por menor en línea, Pinduoduo. Huang, quien nació en la ciudad de Hangzhou en 1980, trabajó para Google durante la década de los 2000 como uno de sus programadores en Estados Unidos, hasta que el gigante tecnológico le permitió regresar a su país para hacer parte de un equipo especializado de Google Asia. Fue así como sin saberlo aún, iniciaría su carrera empresarial en su nación.

En el año 2009 la compañía tomó la decisión de retirar varios de sus servicios en China por las limitaciones del gobierno de ese país y fue en ese entonces cuando Huang decidió llevar a la practica todos sus conocimientos y experiencia adquirida para crear su propia organización.

Tras lanzar varias plataformas exitosas entre 2010 y 2020 sobre videojuegos y servicios de compras, la pandemia de COVID-19 lo llevó a crear Temu, la cual rápidamente se posicionó como una fuerte competidora en el mercado global de e-commerce, rivalizando con gigantes como Alibaba, Aliexpress y Shein.

Actualmente, Colin Huang tiene una gran reputación en el sector empresarial de Asia, por ser el hombre más rico de China, pues de acuerdo a medios especializados como The Economist, Vanity Fair y CEO, Huang posee una fortuna cercana a los 50.000 millones de dólares.

La controversia

El éxito de Temu, sin embargo, no ha estado exento de controversias. Recientemente, la plataforma ha sido objeto de denuncias en Estados Unidos y Europa por presuntas violaciones a la normativa de protección al consumidor y el manejo indebido de datos personales. En el país de Norte América, la compañía enfrenta una demanda que acusa a la aplicación de contener malware diseñado para recopilar datos sensibles de los usuarios, como la cámara, el micrófono, la libreta de contactos y la ubicación del teléfono, sin que los usuarios lo sepan.

Mientras tanto, en Europa, las autoridades han expresado su preocupación por la trazabilidad de los datos que Temu recopila y la dificultad para eliminar cuentas creadas en la plataforma. Además, se ha reportado que Temu incrementa los precios de productos cuando un usuario hace clic en ellos varias veces, una táctica que podría considerarse una manipulación para fomentar el consumo excesivo, contraria a las normativas europeas.

Ante estas acusaciones, Temu ha defendido su posición afirmando lo siguiente: “Temu no vende los datos de sus clientes. Cumplimos íntegramente las leyes y normativas locales para el almacenamiento de datos. Confiamos en los servicios en la nube de Microsoft en varias ubicaciones para garantizar la seguridad de los datos”.

La empresa asegura además que está certificada por TrustedSite y DEKRA, lo que debería brindar tranquilidad a los consumidores. Pero, a pesar de estas defensas, la controversia ha generado dudas sobre la seguridad de la plataforma, especialmente en mercados donde la privacidad y protección del consumidor son altamente valoradas. Mientras Temu continúa su expansión internacional, estos desafíos legales y de reputación podrían tener un impacto significativo en su crecimiento futuro.

Así las cosas, Temu representa tanto el poder del comercio electrónico global como los riesgos inherentes a la digitalización masiva. Su rápido ascenso bajo la dirección de Colin Huang es un testimonio de la innovación en la industria tecnológica, pero según algunos expertos de la industria, también subraya la necesidad de regulaciones claras y el cumplimiento de normas estrictas para proteger a los consumidores en un entorno cada vez más digital.