Ciencia
Revelan posible fecha en que asteroide Bennu colisionará con la Tierra; este sería el escenario que enfrentaría el planeta
La ciencia avanza, y con ella, la esperanza de proteger el planeta Tierra de posibles amenazas.
El espacio y los cuerpos celestes que lo habitan se han convertido en temas cruciales de investigación, siendo una constante en la historia de la humanidad. Recientemente, un tema está dando de qué hablar y es sobre uno de los cuerpos celestes más peligrosos conocidos del sistema solar.
Se trata del asteroide Bennu, con un diámetro de 500 metros, que aunque tiene un potencial de colisión bajo con el planeta Tierra, su probabilidad del 0,037 % coloca una fecha puntual como el día de mayor riesgo, lo que ha despertado tanto interés como preocupación entre científicos y entusiastas de la astronomía.
De acuerdo con un estudio de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como Nasa, titulado Ephemeris and hazard assessment for near-Earth asteroid (101955) Bennu based on OSIRIS-REx data, calculó la precisión de la trayectoria del asteroide, con el fin de ofrecer una perspectiva más tranquilizadora sobre su impacto. Estos datos fueron obtenidos en la misión de la nave espacial Origins, sobre los movimientos de este asteroide hasta el año 2300.
Aunque la probabilidad de colisión es inferior al 1 %, en el estudio han identificado que el punto de máximo riesgo de colisión será el 24 de septiembre del año 2182, fecha en que la probabilidad será del 0,037 %.
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La científica del Programa de Observación de Objetos Cercanos a la Tierra de la Nasa, Kelly Fast, la misión OSIRIS-REx, programa que se dedica a identificar y monitorear asteroides y cometas que se acercan a la Tierra, se encargó de evaluar su posible riesgo con el fin de afinar los modelos orbitales de Bennu, con información detallada sobre su composición y trayectoria.
“Realizamos estudios astronómicos continuos que recopilan datos para descubrir objetos previamente desconocidos y refinar nuestros modelos orbitales. La misión OSIRIS-REx ha brindado una oportunidad extraordinaria para afinar y probar estos modelos, ayudándonos a predecir mejor dónde estará Bennu cuando se acerque a la Tierra dentro de más de un siglo”, precisó la científica.
La Nasa y otras agencias espaciales se encuentran a la expectativa por el riesgo de impacto de asteroides como Bennu, por lo que exploran estrategias que puedan mitigar esta colisión. Una de las más debatidas es la desviación del asteroide, alterando su trayectoria mediante naves espaciales, y a través de métodos como el impacto cinético, con la colisión de una sonda con el asteroide a gran velocidad.
A la anterior, se suma la posibilidad de utilizar tecnología de gravedad, que permitiría a una nave permanecer cerca del asteroide durante un período extendido, aprovechando su gravedad para ajustar gradualmente su trayectoria de forma más controlada.
Por lo anterior, la vigilancia continua de asteroides es crucial para la seguridad de la Tierra. Por ello, la Nasa ha implementado programas como NEOWISE y el Catalina Sky Survey con el fin de monitorear estos restos de roca cercanos, calculando sus órbitas con mayor precisión.
El asteroide Bennu ha sido clasificado como un asteroide de tipo B, rico en carbono y se considera un remanente de la formación del Sistema Solar, con más de 4.500 millones de años de antigüedad. Su superficie está compuesta por materiales originales y una combinación de minerales como olivino, piroxeno y arcillas, junto con compuestos orgánicos.
Es importante señalar que el asteroide Bennu fue identificado el 11 de septiembre de 1999 gracias al programa Linera en Nuevo México. Desde entonces, investigadores y astrónomos han monitoreado su trayectoria por su proximidad a la Tierra, ya que su órbita elíptica lo acerca al planeta cada seis años.
Un logro significativo en la historia de la exploración espacial fue en octubre de 2020, día en el que la sonda consiguió aterrizar exitosamente en Bennu para recoger muestras. La cápsula que contenía las muestras volvió a la Tierra el 24 de septiembre de 2023, lo que permitió a los científicos llevar a cabo su análisis en laboratorios especializados.