ANÁLISIS

Tecnología digital, el detonante para romper brecha en la inclusión financiera

En Latinoamérica más de la mitad de la población no cuenta con servicios bancarios, lo que representa un mercado potencial de más de 210 millones de personas.

Santiago Egas
11 de septiembre de 2020
Santiago Egas, vicepresidente sénior y director general de BPC Banking Technologies. | Foto: Crédito: Cortesía

Cuando un grupo de personas sin importar el lugar donde viven, la actividad económica o el capital con el que cuentan tienen acceso a la banca digital, la inclusión financiera, el procesamiento de pagos sin contacto y los portales comerciales, entre otros, cuentan con una serie de oportunidades que marcan la diferencia al momento de alcanzar sus objetivos financieros, comerciales, operativos, personales y de calidad de vida.

En Latinoamérica más de la mitad de la población no cuenta con servicios bancarios, lo que representa un mercado potencial de más de 210 millones de personas, además el número de personas que tienen un acceso limitado a servicios financieros, créditos o esquemas de ahorro también es muy elevado. En la región, dos de cada cinco trabajadores todavía no tienen una cuenta de ahorros.

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En el mundo, el uso de la tecnología ha permitido potenciar y desarrollar la inclusión financiera; 1,9 billones de usuarios hacen uso de la banca móvil, el 35% de las personas en los mercados emergentes envía dinero a familiares o amigos a través de un teléfono móvil y un 61% usa su smartphone para llevar a cabo actividades bancarias.

Hoy, la aplicación de la tecnología es un elemento decisivo en la creación de soluciones digitales inteligentes capaces de ayudar a las personas en las necesidades propias de la vida real.

Frente a los diferentes retos que tiene la región para revitalizar la economía ante la actual coyuntura por la que estamos pasando, las personas, las pequeñas y medianas empresas y la industria en general requieren de servicios bancarios accesibles y asequibles, que promuevan el uso de teléfonos inteligentes como una herramienta masificadora y que a su vez faciliten el alcance a los productos financieros.

También es necesario fortalecer alternativas que incluyan soluciones que ayuden a las pymes a acceder al capital de trabajo, más aún cuando estas no tengan una relación formal con una institución financiera tradicional. 

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Muchas de las economías del continente están luchando, incluso desde antes de la llegada del coronavirus, para que los clientes y las empresas accedan a alternativas de financiación que les permita desarrollar su potencial económico.

Ahora es el momento para que la tecnología acerque las iniciativas que se han debatido durante la última década, con la implementación de servicios que realmente impacten en las personas de manera rápida, eficiente y segura.

La demanda de innovación es palpable y la necesidad de velocidad es evidente en toda la región. Para lograrlo, se requiere un enfoque de colaboración entre los responsables políticos, las instituciones financieras y también las fintechs.

Durante años, los Gobiernos y las industrias han debatido sobre los mecanismos idóneos que permitan la inclusión financiera en las diferentes comunidades; ahora mientras se enfrenta la pandemia de la covid-19 muchas de las economías de Latinoamérica buscan alternativas que permitan fomentar este paso, y permitir el acceso a los diferentes canales y productos financieros que permitan desarrollar y soportar la economía de las empresas, sin importar su tamaño. Frente a este panorama se hace necesario que la tecnología soporte estas soluciones. 

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Pese a los esfuerzos que realizan los Gobiernos, el sector privado, las autoridades locales y las instituciones financieras por llegar con sus productos a la mayor cantidad de personas en la región, los rezagos de ciertos sectores económicos, la informalidad laboral, las condiciones geográficas y la falta de cobertura, entre otros factores, han impedido una real inclusión financiera. 

Cuando se habla de inclusión financiera, nos referimos principalmente a la creación de ecosistemas digitales capaces de ofrecer alternativas de servicios de pago para diferentes tipos de cliente, sin contacto, de manera rápida, eficiente y segura, que, además, articule a los diferentes actores de la sociedad: consumidores, negocios y comercio, proveedores de servicios financieros y Gobiernos en diferentes soluciones alojadas en una plataforma online.

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La banca digital representa para muchas comunidades rezagadas de Latinoamérica la oportunidad para acceder al siguiente nivel de la economía, ofreciendo un valor real su aplicación, más allá del pago. Mediante esta herramienta las instituciones financieras pueden ofrecer un completo portafolio de soluciones digitales en tiempo real: desde saldos e información de la cuenta, transferencias de fondos, pagos de facturas y servicios, y apertura de cuentas en línea para transacciones en divisas extranjeras, beneficiando directamente a un número de personas que por diferentes razones o por conveniencia no tenían un fácil acceso a las sucursales físicas.

La región vive en este momento y desde hace un par años una gran transformación digital que conlleva cambios económicos, tecnológicos y también del comportamiento de los consumidores. Hoy más que nunca los negocios y las personas necesitan tener acceso a financiamiento, y en ese sentido, la tecnología trabaja a favor de la inclusión financiera y busca solucionar necesidades de la vida real de las personas y ayuda a las instituciones financieras a ofrecer experiencias enriquecedoras a sus clientes.

Santiago Egas, vicepresidente sénior y director general de BPC Banking Technologies.