TECNOLOGÍA

TV por cable: el paraíso de la piratería

Cuatro millones de hogares reciben televisión por cable ilegalmente en Colombia, el país con mayor piratería de señal de TV en Latinoamérica. Los operadores quieren intentar un enfoque diferente a la persecución judicial.

Álvaro Montes
5 de septiembre de 2019
| Foto: Semana

El mayor dolor de cabeza de los operadores de televisión por suscripción (sea cable o satelital) no es la popularidad de Netflix, ni los impuestos que deben pagar, sino la piratería. Un estudio de Business Bureau encontró que nuestro país duplica el promedio regional de recepción ilegal de televisión, y que al menos 2,1 millones de hogares están disfrutando los canales internacionales de manera fraudulenta. Pero la cifra, en realidad, es superior, de casi cuatro millones de conexiones ilegales, si se contrastan los datos oficiales de Dane y ANTV sobre recepción de televisión. Los grandes operadores de televisión por suscripción (Claro, Directv, TigoUne y Movistar) suman en total alrededor de seis millones de suscriptores, pero hay televisión por cable en 10 millones de hogares. Esos cuatro millones están pirateando la señal.

La forma principal de piratería de señal es la conocida como “retransferencia”, promovida por pequeños operadores de cable locales, que funcionan con licencia, pero que subreportan el numero de suscriptores. Por ejemplo, contratan con los grandes proveedores servicios para diez personas, pero en realidad conectan a cien o más clientes en un barrio o en pequeñas ciudades. Muchas veces se trata de acciones directas de los clientes, En algunas partes se conoce como el “plan vecino”, mediante el cual un suscriptor conecta a todos los vecinos de la cuadra, pagando entre todos una sola suscripción. Los operadores, a pesar de los avances actuales en control tecnológico, no tienen posibilidades de detectarlo de manera remota. Solo vistas de campo realizadas por personal de las empresas puede detectar el fraude.

La solución, no obstante, no parece estar en la persecución judicial, intentada tantas veces sin éxito. Al menos eso piensa Mariano Díaz de Vivar, director de Directv en Colombia. Las razones por las que le país padece este flagelo no se explican solo por factores éticos, sino también por las condiciones económicas, que dejan a algunos sectores de la población por fuera del alcance de los paquetes de suscripción de pago que ofrecen los operadores. Y por primera vez la industria empieza a entenderlo de esa forma. Por lo menos Directv, que está promoviendo un acuerdo entre los proveedores de TV por suscripción para emprender una estrategia diferente.

“Hay que trabajar sobre un modelo de concientización y buscar acuerdos con las empresas locales que realizan estas prácticas, para ofrecerles alternativas intermedias que permitan que todos recibamos algún beneficio”, explicó el ejecutivo.

La persecución judicial no ha probado ser un camino fructífero. Los proveedores de televisión por suscripción están perdiendo dinero con la piratería, pero pueden buscar un enfoque diferente al judicial para solucionar el problema. “Estamos evaluando la posibilidad de alianzas con ellos y convivir juntos, porque hay que encontrar un producto que esté acorde a las posibilidades del segmento de población en donde se está presentando el fenómeno de la piratería”, explica Díaz de Vivar. Según él, estas empresas locales que subreportan hacen parte importante de este negocio, no se les puede desconocer, muchas familias viven de esa operación, y la política del garrote no ha funcionado.

Por el momento las autoridades tienen el encargo de perseguir y sancionar a los promotores de la piratería de televisión, pero en la práctica casi nadie ha sido judicializado en el país, a pesar de varios operativos realizados en los últimos años.

El negocio de la televisión por suscripción atraviesa actualmente un periodo de transformación. La llegada de los llamados OTT (empresas tipo Netflix, que transmiten a través de internet contenidos muy populares, servidos por demanda y no por parrilla) hace que el negocio del cable esté reinventándose para adaptarse al nuevo escenario tecnológico y cultural.

Los operadores de televisión por susrcipión ya tienen en funconamiento modelos complementarios tipo OTT, y están apostando fuertemente a los contenidos exclusivos. Directv ofrece un servicio de televisión satelital bajo el modelo prepago, y un servicio OTT llamado Directv Go, en tanto que Claro ofrece paquetes completos de televisión, internet y streaming, este último llamado Claro Video, para recibir la señal en cualquier dispositivo. Los expertos consideran que en pocos años el modelo de negocio de la televisión sufrirá grandes cambios.