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Un astrónomo localizó el lugar que aparece en una de las obras maestras de Van Gogh
Un astrónomo ha encontrado el paisaje real detrás de una famosa obra de Van Gogh, utilizando métodos astronómicos.
Vincent van Gogh, uno de los artistas más reconocidos del postimpresionismo, dejó un legado de obras que capturan no solo la belleza de los paisajes, sino también los fenómenos naturales y celestes que le fascinaban. Entre sus creaciones más conocidas se encuentra una pintura de un atardecer con un sol poniente sobre un camino flanqueado por álamos. Ahora, más de 130 años después de su creación, un astrónomo ha logrado identificar el lugar exacto que inspiró esta icónica obra de arte.
La magia de La Noche Estrellada
A pesar de que Van Gogh dejó una serie de pinturas que capturan su obsesión con el cielo, una de sus más famosas es La Noche Estrellada, una obra que plasma un cielo turbulento lleno de remolinos, estrellas brillantes y una luna creciente. Esta pintura, que representa un paisaje nocturno desde la ventana de su habitación en el hospital psiquiátrico de Saint-Rémy-de-Provence, es emblemática del estilo único de Van Gogh, que fusiona la observación precisa con la interpretación emocional.
Sin embargo, esta obra no es la única en la que Van Gogh representa su fascinación por los fenómenos astronómicos. En otras de sus pinturas, el sol y sus efectos sobre el entorno se convierten en el eje central, como es el caso de Avenida de los Álamos al Atardecer.
El descubrimiento de un lugar perdido en el tiempo
En un artículo publicado en la revista Sky & Telescope Magazine, el astrónomo Donald Olson, astrónomo y profesor emérito de física de la Universidad Estatal de Texa, junto a su equipo de investigación, reveló cómo la astronomía y los cálculos precisos pudieron identificar el lugar representado en la pintura Avenida de los Álamos al Atardecer.
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Esta obra, que muestra un camino largo y recto bordeado por álamos y un sol poniente, había sido objeto de especulación sobre su origen durante años. Olson, quien ya había utilizado métodos similares para otras pinturas de Van Gogh según un comunicado de prensa de la Universidad Estatal de Texas, se adentró en la tarea de desentrañar la ubicación precisa de esta obra a través de cálculos astronómicos.
“Si pudiéramos identificar el carril en los mapas del siglo XIX, entonces podríamos establecer la dirección de la brújula de la carretera que aparece en las obras de arte”, explicó Olson. “A continuación, podríamos utilizar cálculos astronómicos para determinar la fecha en la que el disco del sol poniente se alineó como lo representó Van Gogh”.
Utilizando mapas históricos y datos astronómicos, Olson determinó que la pintura fue realizada en un tramo de carretera de la ciudad de Nuenen, en los Países Bajos. El lugar en cuestión es Weverstraat, una vía que se alinea perfectamente con la dirección en que Van Gogh representó el sol poniente. Olson, junto a su equipo, utilizó la ubicación geográfica de la carretera y las posiciones del sol en 1884 para calcular con precisión el momento en que Van Gogh pintó la escena: el 13 o 14 de noviembre de 1884.
Un análisis minucioso que reveló la verdad
Para llegar a esta conclusión, Olson combinó varias fuentes, desde los mapas detallados de la época hasta las cartas personales de Van Gogh. En ellas, el pintor hablaba del clima otoñal de 1884, una época de cielos despejados que coincidía con las fechas que Olson había identificado. Con la ayuda de los miembros del Club de Meteorología y Astronomía de Eindhoven, Olson trazó los movimientos del sol en esos días y verificó que la orientación de la carretera en Weverstraat coincidía con la dirección del sol en el horizonte que Van Gogh plasmó en su pintura.
Lo que Olson descubrió no solo resuelve un misterio artístico, sino que también proporciona una conexión tangible entre la obra y el paisaje real. A través de la ciencia, se ha logrado establecer que el escenario de la pintura de Van Gogh no es solo una representación artística, sino también un lugar físico que aún puede ser contemplado en la actualidad. Este descubrimiento no solo honra la precisión de Van Gogh como observador de la naturaleza, sino que también resalta cómo el arte y la ciencia pueden entrelazarse para desvelar secretos ocultos durante más de un siglo.