Tecnología
Voyager: ponen fecha para la puesta en órbita de un hotel comercial espacial. ¿Cuándo será lanzado?
El hotel denominado Estación Voyager tendrá una capacidad máxima para 400 personas.
La compañía Orbital Assembly Corporation, especializada en construcción espacial a gran escala, anunció que buscará impulsar la siguiente fase de la exploración humana del espacio mediante planes turísticos, gravedad artificial y ensamblaje rápido en órbita de grandes estructuras.
Su proyecto más llamativo tiene que ver con un hotel comercial espacial denominado Estación Voyager que tendrá una capacidad máxima para 400 personas y será construido a partir del año 2025.
Se prevé que dos años después de iniciada su construcción el hotel pueda estar habilitado para recibir a los turistas, aunque el proyecto solamente será viable si se logra una recolecta entre empresarios que estén interesados en impulsar la iniciativa.
El objetivo de la compañía especializada en construcción espacial es reunir un monto de US$ 23,4 millones durante el presente mes de marzo, aunque previamente ya había logrado recolectar US$ 1 millón, según explicó Orbital Assembly Corporation en su sitio web oficial.
Entre los planes de la empresa está construir la estación espacial con un efecto de gravedad artificial, una herramienta con la que espera que el lugar sea habitable para seres humanos y superar la ingravidez de los turistas que lleguen hasta el lugar.
No obstante, en un video publicado en el sitio web, Orbital Assembly Corporation también explicó que la estación podrá ser usada por investigadores para llevar a cabo estudios espaciales, además de que se podrá articular con proyectos liderados por otras compañías como SpaceX.
Company plans to start building private Voyager space station with artificial gravity in 2025 https://t.co/DU3021C0uu pic.twitter.com/9D31X823Yy
— SPACE.com (@SPACEdotcom) February 25, 2021
¿Cómo vencer la gravedad?
La base de ese adelanto tecnológico sería el legado que dejó el ‘padre de la cosmonáutica’, el ingeniero ruso Konstantín Tsiolkovski, el primer investigador que planteó los pilares para desplegar en el espacio un lugar habitable por humanos mediante un diseño que gire sobre su propio eje.
Estas bases fueron retomadas posteriormente por el ingeniero esloveno Herman Potocnik y por el alemán Wernher von Braun, este último reconocido por construir misiles para el III Reich, según recoge la agencia RT.
“No hemos visto un crecimiento explosivo de la actividad comercial en el espacio. El costo rondaba los 8.000 dólares por kilogramo durante mucho tiempo, pero con el Falcon se lo puede reducir a menos de 2.000 dólares. Cuando Starship esté en línea, solo costará unos pocos cientos de dólares”, aseguró Tim Alatorre sobre la nave espacial Starship, de la compañía SpaceX.
Sin embargo, los costos mencionados por Alatorre solamente representarían una parte pequeña de los gastos totales, además de que el valor para los turistas que quieran hospedarse en el espacio serán mucho más altos. De hecho, portales como Fox Business han calculado que el precio podría rondar los US$ 50 millones, una cifra que solo estará al alcance de los millonarios.
Por ejemplo, la compañía aeroespacial Axiom Space, que organiza un viaje con destino a la Estación Espacial Internacional, comunicó recientemente que la viajeros de su primera misión espacial totalmente privada deberán pagar US$ 55 millones, según información revelada por The Washington Post.
Larry Connor, uno de los tripulantes, es un empresario estadounidense de tecnología y bienes raíces de 71 años de edad. Eytan Stibbe, quien también volará en la misión, es un empresario y expiloto de combate israelí, quien será la segunda persona en su país en viajar al espacio.
Además, en el viaje estará Mark Pathy, un inversionista y filántropo canadiense, junto con Michael López-Alegría, un astronauta de origen español que fue empleado de la Nasa y que acumula casi 260 días en cuatro misiones anteriores durante su carrera profesional.
Los cuatro integrantes abordarán en 2022 el vuelo Axiom Mission 1 (Ax-1), en el marco de un acuerdo comercial entre la compañía aeroespacial y la Nasa, que permitirá poner en marcha el viaje con una duración mínima de ocho días de microgravedad.