El tejo 'hizo moñona', será patrimonio cultural inmaterial de Colombia

Cuenta la leyenda que un cacique de Turmequé llamado Pedro Naizaque tenía un grave problema cuando tras la colonización se empezó a prohibir la poligamia: debía escoger a una de sus siete mujeres. El cacique muisca en medio de su encrucijada dejó al azar del juego al turmequé la elección de su esposa. Este juego, que después de 500 años sigue vigente será declarado patrimonio cultural inmaterial de Colombia.

En plenaria, la Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley que ahora pasará a sanción presidencial. El tejo, como se le conoce, no solo será el deporte nacional por excelencia, sino que será oficialmente parte de la nacionalidad colombiana.

Puede leer: Tocaima: cuna del tejo

En Turmequé están de fiesta, el municipio boyacense fue reconocido como sede principal de la nación del juego al turmequé. Con eso se pretende rescatar la tradición cultural que tiene el juego ancestral.

"Este proyecto de ley fue un total éxito, quiero agradecer a los representantes por el apoyo a este proyecto de gran trascendencia para Boyacá, especialmente para el municipio de Turmeque", escribió en su cuenta de Twitter la representante a la Cámara Neyla Ruiz, quien impulsó el proyecto.

Lo que el Congreso no aprobó fue darle la Denominación de Origen al tejo, como elemento. Pero esta puede ser solicitada por el municipio para que surta el trámite en la Superintendencia de Industria y Comercio.

“La palabra Tejo por su aplicación permanente ha conseguido desplazar el vocablo Turmequé. Aunque si elaboráramos una estadística de conocimiento sobre el juego, los datos inclinarían por la identificación correcta del lugar de origen entre los colombianos. Recalquemos que el tejo es el elemento esencial del juego, incluso se ha aplicado para nombrar juegos similares, por ello se reitera que por etimología el verdadero nombre del deporte es Juego al Turmequé”, señaló el Grupo de Vigías de Patrimonio Cultural de Turmequé.

En tiempos de los indígenas turmequé, no se usaban piedras, como ahora sino un disco de oro que se lanzaba. Después, los muiscas empezaron a utilizar piedras en vez de oro. “La tradición oral es enfática al afirmar que los muiscas empezaron a jugar al turmequé con piedras; una roca con un orificio concéntrico, se fijaba a cierta distancia y le lanzaban piedras pequeñas con el objeto de introducirlas en el orificio de la roca y quien lograba el cometido era el ganador, por lo tanto tenía derecho a lanzar de primero en la próxima jugada, consecutivamente hasta que fallara”, explica el grupo de Vigías.