EDUCACIÓN

En el futuro las habilidades importarán más que los títulos

Luciano Braverman , gerente general Microsoft Colombia, moderó un panel en la Cumbre Líderes por la Educación, en el que se trataron temas como: las habilidades que demandarán los trabajos del futuro, las nuevas modalidades de capacitación y los desafíos de la cuarta revolución.

19 de septiembre de 2019
Luciano Braverman , gerente general Microsoft Colombia moderó un panel en la Cumbre Líderes por la Educación. | Foto: Diana Rey

En el diálogo en el que intervinieron Bryan Clancy, director de educación de LinkedIn de Iberoamérica; Guillermo Elizondo, fundador Territorium; Freddy Vega, cofundador y presidente ejecutivo Platzi,Tse Chi Sum, experto en educación y analista de pruebas Pisa de la OCDE, y el director de Sena, Carlos Mario Estrada, se concluyó que la educación debe adaptarse a los nuevos paradigmas laborales.

Braverman afirmó que actualmente en el mundo hay 160 millones de personas entre 15 y 19 años que están en riesgo de convertirse en ninis (ni estudian ni trabajan).Esto constituye un desafío que puede volverse en una oportunidad, en la medida en que se sepa cómo capacitar a estas personas para que estén preparadas para las nuevas realidades laborales.

Para Carlos Mario Estrada, director del Sena, la cuarta revolución industrial está generando un reacomodo en la oferta laboral, por lo que es claro que van a desaparecer millones de cargos -en especial de nivel operativo-, pero a la vez surgirán nuevas oportunidades. Por esta razón la oferta educativa debe cambiar, para formar nuevos roles. El modelo de formación para el trabajo y el desarrollo humano ya no son los mismos de antes. Los empleadores de las grandes empresas ya no están exigiendo títulos, pues este no es un factor determinante como sucedía en el pasado a la hora de participar en un proceso de admisión. 

El Sena se está transformando, por lo que es inevitable que se acaben programas de formación que ya no se adecúan a las nuevas realidades para potencializar otros. Estrada enfatizó en que se debe tener una formación corta pensada en la demanda, con un carácter modular y flexible. “La formación complementaria va a ser más demandada (...) los empresarios no quieren títulos sino saberes y habilidades” afirmó.

Tse Chi Sum, experto en educación y analista de pruebas Pisa de la OCDE, indicó con preocupación que en los países que pertenecen a esta organización, casi la mitad de la población que está entre los 16 y 24 años no tiene la capacidad de manejar información en un ambiente digital, lo que ha generado un brecha en materia de desarrollo digital.

Freddy Vega, cofundador y presidente ejecutivo Platzi -una de las escuelas de cursos online más grandes de latinoamérica-, la forma de la educación debe cambiar para cerrar dicha brecha, pues según estudios, cerca del 70% de las empresas piensan que los recién graduados no tiene la habilidades que se están demandando, mientras que al mismo tiempo más del 70% de las universidades dicen que sí. 

Esto deja en evidencia una gran desconexión entre las universidades y el mercado laboral, teniendo en cuenta que un gran número de egresados argumenta que la educación impartida en las universidades no les ayudó a conseguir un trabajo. 

“El mercado ya no busca un ingeniero de sistemas por ejemplo, está buscando alguien que sepa programar o analizar y un título profesional no dice esto”,  aseguró vega. Con este panorama la educación debe ser flexible porque el mercado laboral es dinámico, ahora los cursos, la  prácticas, los proyectos, y los deportes son más valorados a la hora de conseguir un trabajo, ya que -en la opinión del fundador de Platzi- “se desarrolla más liderazgo en un deporte que en un curso de ‘liderazgo I’ ”.

Los empleos del futuro inevitablemente van a estar relacionados con desarrollos digitales, por lo que los programadores y desarrolladores serán los más solicitados, y hoy en día esta tendencia ya es evidente.

“Hace dos años aproximadamente un programador recién preparado se ganaba 2,5 millones de pesos; hoy el sueldo promedio de un programador es de 5 millones: se duplicó en un año. ¿Cuántos médicos, enfermeros o abogados salen ganando eso recién egresados?”, advirtió Vega.

En conclusión, Colombia no la tiene fácil pues hay un déficit de 70.000 desarrolladores y programadores. Sin embargo, el Gobierno está haciendo esfuerzos importantes en esta materia, y se ha comprometido a formar 150.000 profesionales en convenio con multinacionales como Microsoft, Amazon y Google. Se espera que este tipo de cooperación facilite la transferencias de conocimiento.