THELMA AND LOUISE

Pocas veces se había visto en pantalla una películas tan abierta a la interpretación.

3 de febrero de 1992

PARA LOS AMANtes de la acción, la más reciente producción de Ridley Scott resulta todo un éxito.
Sin embargo, "Thelma and Louise" no es simplemente una película de aventuras.
Detrás de la historia de dos mujeres que deciden escaparse de sus afligidas vidas por un fin de semana, se dejan reconocer las diferentes caras de uno de los conflictos más característicos del mundo moderno: la sociedad como represora de la libertad humana.
La película, como pocas, reúne elementos para los diversos gustos del espectador.
Pero, sobre todo, es angustiosamente cínica en su humor, lo cual reafirma con crudeza el propósito del director, de mostrar realidades de la sociedad norteamericana que de otro modo sería imposible asimilar como probables.
Ridley Scott era conocido en el medio cinematográfico por producciones futuristas tan famosas como "Alien" y "Blade Runner" y por su ya clásica realización "Los duelistas". Ahora, con su última película, Scott logra mezclar una gran diversidad de elementos temáticos para producir sin duda una de las películas más destacadas del año pasado. El pretexto que desencadena la trama es sencillo. Hartas de su rutinaria vida de amas de casa, dos mujeres deciden darse unas vacaciones a escondidas. Pero lo que en primera instancia parece una inoCente travesura, pronto se convierte en un drama de proporciones mayúsculas, a causa de un intento de violación con homicidio a bordo.
El tratamiento del tema da para múltiples interpretaciones gracias a su rico contenido de elementos argumentativos. De un lado esta la acción que por si misma colma las expectativas.
Del otro lado están los personajes perfectamente demarcados dentro de un universo propio y cuyo desenvolvimiento estimula el espirítu sicologista del espectador. La loca aventura desastada por las dos arriesgadas mujeres permite hacer un seguimiento de sus transformaciones de carácter, de los cambios sobre la visión del mundo que se sucede en el interior de Thelma y de Louise, de sus frustraciones amorosas, de sus decisiones implacables que les auguran destinos irreconciliables con el pasado.
En términos generales, lo que se plantea es una ruptura del orden establecido, con todas las consecuencias que una determinación de estas puede acarrear. El orden -y más para dos mujeres que viven en medio de un mundo programado por hombres- se torna dudoso, y por eso es preferible pasarlo por alto en aras de la liberación, así sea aceptando el crimen como única posibilidad de scguir con vida cn la búsqueda de la libertad.
La huida, que en un primer momento es pasajera y casi una aventura de adolescentes, se convierte para estas dos mujeres en una razón de vida. La consigna es escapar, ya no sólo de sus frustrantes cotidianidades citadinas, ni siquiera del crimen cometido en defensa propia por un intento de violación, pero también con espíritu de venganza. Es de igual forma escapar de un estilo de vida.
La ironía, el humor negro, la estructura argumental -de alguna manera risible e inverosímil a veces- y el estilo como se van moldeando los personajes, extraen a la película de ser una simple aventura de policías y delincuentes en persecución. En el fondo se descubren bases sólidas para el rompimiento de un esquema que ha afectado de múltiples formas a la sociedad contemporánea y que en medio del sarcasmo es plenamente reconocible.