Todos TUS muertos, “los tuyos, los míos, los nuestros…, hay que asumir la responsabilidad”
“Nosotros los funcionarios públicos no podemos participar en política”, “esa plática como que se me perdió”, “estas cosas no pasan aquí”. Frases hechas lugares comunes, clichés que van camino al éxito en el inconsciente colectivo nacional, si es que ya no lo son. Este mismo lenguaje, hostil, nauseabundo y prometedor, hace parte de esta irónica propuesta audiovisual. Invita a la reflexión, a morir a la indolencia, a levantar la mano y asumir la responsabilidad de todos nuestros muertos.
Una historia que se volvió película gracias a una crónica periodística que nunca fue publicada, la cual describe el hallazgo de una serie de muertos en la mitad de una carretera que conecta a dos municipios del Valle del Cauca. Acto que desató una disputa entre los alcaldes de dichas poblaciones por la adjudicación de los abatidos. Este apático suceso con las víctimas civiles fue la excusa para la escritura del guión.
El resultado: “una comedia corrosiva, más que negra”. Un reflejo de nuestra realidad y de la antidemocracia en la que aún vivimos, pero contada de otra manera, sin apelar a lo predecible y recurrente de la porno-miseria que responde a cualquier temática de violencia. Por el contrario, se vale de un recurso teatral y una puesta en escena muy bien lograda, una fotografía alucinante, unos diálogos (con silencios incluidos), y una música (Odio a Botero, Velandia y la Tigra), y una actuación de (Álvaro Rodríguez, Jorge Herrera, Marta Márquez, Harold de Vasten, John Alex Castillo) que caen muy bien y logran enriquecer la trama. Una respuesta visual y de arte creativa-reflexiva que dignifica, de alguna manera, al objeto (los muertos) y los ubica como el sujeto.
Esta sátira en 35 mm no es solo el segundo largometraje de Carlos Moreno, sino que es la segunda vez que su cine llega al Sundance Film Festival y es reconocido –tal vez la muestra de cine independiente más importante del planeta-. En la sección Cine Mundial Drama, el jurado le otorgó el premio a Mejor Fotografía, gracias al trabajo de Diego Jiménez, director de los retratos, quien desde el comienzo de la realización apostó por la luz natural, de Andalucía, Valle del Cauca, donde se rodó.
Lo cierto es que estás cosas si pasan aquí. Pero lo bueno es si se pueden contar desde aquí, realizar aquí, y asumir la responsabilidad creativa desde aquí: “la indolencia a través del humor negro”.