Alta gerencia

Prepárese para ser un CEO exitoso si tiene estos 6 rasgos

¿Se imagina usted en el puesto más alto de su carrera, dirigiendo una compañía y ojalá que sea su propia empresa? Ese objetivo puede que esté más cerca de lo que imagina si cuenta con estas cualidades.

30 de noviembre de 2018
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Nadie llega a una alta posición por que sí, especialmente si no ha demostrado algún tipo de talento. Esa persona que usted ve en lo más alto de su trabajo seguramente cuenta con una habilidad que lo hace especial. Puede ser un duro en programación y tiene toda la estructura digital de la empresa. O es un hábil conversador que le pone a todo números, entonces es capaz de llevar los grandes negocios a los directivos.

Y tal vez usted esté preguntándose qué tiene que hacer para parecerse a ellos y lograr un mejor puesto, con un salario, con beneficios como plan de salud, estudio asegurado para sus hijos, con un ingreso que le permita tener un apartamento lujoso, una finca, quizá sus vacaciones a esquiar en Europa. ¿Cree que le falta un empujoncito extra? Puede ser pero no es del todo cierto. A lo mejor usted cuenta con unas cualidades que están presentes en los líderes exitosos.

Esos hábiles directivos quizá tienen lo mismo que usted y no es necesario que se gaste millones y millones en títulos y especializaciones que a lo mejor puede estudiar cuando tenga un mejor ingreso. No antes. Por ejemplo, analice a Bill Gates, el fundador de Microsoft que no terminó la Universidad, él con su curiosidad e inteligencia pudo funda un imperio de miles de millones de dólares.

Claro, usted pensará “Pero es que no todos somos Bill Gates”, y tiene razón. No le vamos a llevar la contraria. Sin embargo, analice si usted ya tiene algunos rasgos de personalidad de estos millonarios que han fundado sus empresas con millonarios resultados en dólares. Literalmente, saber cómo piensan, qué estudiaron, en qué gastan su tiempo, es material que vale oro.

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De este tema habló para el portal Entrepreneur.com el experto Jon Youshaei, quien estudió las seis señales que tienen los que algún día se convierten en CEO con enormes resultados. De acuerdo al autor invitado, hay que escalar muchos peldaños en la escalera corporativa y el esfuerzo es similar al que un alpinista hace en el Everest. Solo que en la montaña más alta del mundo sí han muerto algunos escaladores, pero tal vez nadie ha muerto en la carrera por lograr estar en lo más alto de la compañía.

“Pero ese es el punto, no todos tienen el impulso que se requiere para llegar a la cima. ¿Tienes lo que se necesita?”, dice el escritor.

Después de analizar a los líderes de las principales empresas de hoy, Jon Youshaei encontró las 6 señales ocultas que si usted las tiene, es un indicio de que usted algún día será el presidente ejecutivo de una empresa.

#1. Es un aprendiz permanente

Para un presidente ejecutivo, la escuela es solo una etapa más de la vida pero el aprendizaje es constante y nunca se acaba. Bill Gates, uno de los ejecutivos, fundador de Microsoft, tiene tiempo de leer 50 libros al año, que en promedio es casi un libro por semana. “En estos días puedo visitar lugares interesantes, reunirme con científicos y ver muchas conferencias en línea”, explica Gates. Pero para él, la lectura sigue siendo la principal forma de aprender cosas nuevas y poner a prueba su comprensión.

Si Gates, que tiene acceso a cualquier profesor y científico, cree que los libros son la mejor manera de aprender y adelantarse a la competencia, tal vez usted debería seguir ese comportamiento.

#2. Hace el trabajo sucio, que nadie más quiere hacer

Usted puede que sea un hábil conversador y llena de elogios a sus superiores para escalar posiciones ejecutivas más rápido. Pero haber manejado una crisis, el enfrentar a un cliente difícil o haber solucionado un problema con un proveedor que descompletó el pago de un servicio es el trabajo por el que se gana experiencia y se resuelven situaciones. Los CEO que serán exitosos no sienten que haya trabajos indignos.

Bob Iger de Disney es un gran ejemplo de esto. Trabajó en ABC durante 15 años antes de ser nombrado líder de ABC Entertainment. Iger siguió dando su mejor esfuerzo y se convirtió en COO de Disney en 2000, y finalmente en el CEO de la compañía en 2005. Al ofrecer resultados de calidad consistentes, Iger pudo llegar a la cima.

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#3. No se frenen por la crítica

Tampoco es que se vuelvan amnésicos o que digan ‘tengo orejas de pescado’. Para alcanzar el éxito no hay que obsesionarse con los detalles, pero sí hay que recoger las lecciones de un momento difícil y seguir adelante. Los CEO poderosos saben recibir la crítica e incluso, hacen autocrítica. No se deprimen en la retroalimentación: se mueven siempre hacia adelante.

#4. No tienen plan de 10 años

Saben que el mundo se transforma y que es prácticamente imposible saber qué pasará en 10 años. La vida es una montaña rusa con altibajos y eso no cambia cuando usted logra una posición privilegiada en una empresa. ¿Estará listo para la próxima crisis? ¿Llegará la inteligencia artificial y tomará mejores decisiones que los ejecutivos? No se sabe, entonces por qué discutir en dónde estará en el 2030 o el 2054.

#5. Siempre caen de pie, ‘como los gatos’

Los cambios inesperados cuando se llega a un cargo de CEO son una constante en la carrera. El mundo empresarial está lleno de altibajos y adivine qué? Eso no cambia cuando llega a una posición de líder. Pregúntese ahora ¿en una crisis usted aprovecha la oportunidad o se paraliza de miedo? Recuerde que Thomas Alva Edison fracasó miles de veces antes de inventar la bombilla de luz eléctrica. Al aprender que se fracasa antes de alcanzar el éxito se convirtió en uno de los inventores insigne de la humanidad. Quienes convierten sus reveses en aciertos, permanecen en la cima.

#6. Anima a otros a tener impacto real

Muchos líderes comunican que quieren tener impacto en otros sin lograrlo. Solo los grandes directores, como en el cine reúnen los talentos para armar la gran obra que se estrenará en la pantalla grande. Algunas veces, animan a otros a tomar la dirección del proyecto. Los mejores reconocen a sus magníficos empleados y solo meten las manos cuando es totalmente necesario.

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