Trabajo

Por qué nos comportamos como personas diferentes en la casa y en el trabajo

Es perfectamente posible que una persona que es tímida en sus círculos personales sea extrovertida en el trabajo, como estrategia para avanzar en su carrera. Nos pasa a muchos: “cambiamos” de personalidad según estamos en la casa o la oficina. A veces sin darnos cuenta.  

Alianza BBC
BBC Mundo
1 de junio de 2017
123RF | Foto: 123RF

Durante el día, Kevin Wisney es un esposo que habla suave, tiene modales delicados y es padre de una niña. Pasa la mayor parte del tiempo llevando a su hija de la escuela a sus actividades, cuidando a su perro, atendiendo el jardín y a su suegra, y trabajando medio tiempo como vendedor de bienes raíces.

Sin embargo, cuando cae la noche, Wisney se transforma en Cruzin d‘Loo, una drag queen de proporciones épicas. En su show semanal del viernes, llamado "No es la drag de tu mami" ("Is not Your Mama‘s Drag), Wisney sube al escenario del club nocturno de Mission District, en San Francisco, con un vestido de lentejuelas azules hasta la rodilla.

Usa un maquillaje exagerado y lleva una peluca rubia que se balancea sobre su cabeza. Su lenguaje es ordinario. Durante todo el espectáculo, el cuerpo de Wisney se oculta bajo un mar de rellenos hechos de silicona. El personaje que Wisney interpreta cuando está trabajando es notablemente diferente al que asume cuando está en su casa.

El caso puede parecer extremo, pero representa un fenómeno para nada inusual: los psicólogos advierten que la mayoría de nosotros adoptamos una personalidad diferente, dependiendo de si estamos en la casa o en la oficina.

Aunque es poco probable que muchos lleguemos tan lejos como a crear una nueva identidad, nuestro éxito profesional y personal suele basarse en qué tan buenos somos para navegar entre estas dos versiones de nosotros mismos.

Un poco de ambos

La vida en la oficina y en el trabajo presenta retos y expectativas distintas. Para muchos de nosotros, esto implica adaptar nuestro comportamiento a las condiciones sociales que nos rodean, aunque a veces nos pongamos en desacuerdo con nuestro "verdadero" sentido del yo. De hecho, puede que ni siquiera pensemos en el hecho de que lo estamos haciendo.

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Esto se debe a que "estamos acostumbrados a comportarnos de manera distinta, por el bien del profesionalismo", dice Sanna Balsari-Palsule, estudiosa de la personalidad, de la Universidad de Cambridge. "A medida que trabajamos en entornos cada vez más rápidos y con equipos dispersos a en el mundo, cobra mayor importancia ser muy flexible y adaptable", dice.

En su tesis doctoral, Balsari-Palsule encontró que muchos trabajadores piensan que actuar de manera diferente a su yo natural es una parte intrínseca de su desempeño en la oficina y, por lo tanto, en realidad se siente "menos pesado".

 

Foto: GETTY IMAGES. Todos necesitamos un descanso de la tarea de "actuar" nuestros propios personajes en la oficina.

Incluso, hay un nombre para la danza que hacemos entre las diferentes personalidades que adoptamos dentro y fuera de la casa: comportamiento libre de rasgos. "Es una forma de actuar que no se corresponde con su naturaleza", dice Brian Little, profesor de investigación de la Universidad de Cambridge y miembro del Instituto de Bienestar de la universidad.

Este comportamiento "libres de rasgos" va en contra de nuestras tendencias naturales, a fin de impulsar nuestros proyectos personales que nos importan, explica Little. Por ejemplo, los introvertidos pueden actuar naturalmente tranquilos en su casa, pero si están involucrados en proyectos de trabajo que requieren una conducta intensamente social y asertiva, pueden actuar como "pseudo-extrovertidos", dice.

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Transición suave

Balsari-Palsule atribuye la facilidad con la que muchas personas son capaces de asumir diferentes personajes, al valor que las culturas occidentales le dan a la extroversión. "A menudo se nos anima a mostrar comportamientos asociados con la extroversión desde una edad temprana", dice.

"Por ejemplo, ser más sociable a menudo está vinculado a ser más apreciado. En el trabajo, la percepción de un líder es dominante y asertiva, lo que significa que los extrovertidos suelen ser más propensos a recibir ascensos o posiciones de liderazgo".

Debido a esto, Balsari-Palsule explica que los introvertidos a menudo ajustan sus comportamientos para impulsar sus proyectos y tener éxito en diferentes contextos. La especialista se sorprendió al encontrar en su investigación que muchos introvertidos no manifestaron sentir efectos negativos al actuar en el trabajo diferente a su carácter natural, porque terminaron cosechando beneficios al hacerlo.

 

Foto: GETTY IMAGES. Muchas veces ajustamos nuestros comportamientos para impulsar proyectos y alcanzar el éxito. Y en el camino, dejamos de reconocernos.

Y, en muchos casos, incluso informaron sentirse "repotenciados por el desafío que implica actuar distinto a su naturaleza".

Ser uno mismo

Sin embargo, no todo el mundo siente que el trabajo es donde necesitan alejarse de su verdadero yo. Para Emily Newman, antigua dueña de una tienda de comida gourmet en Seattle, era ahí donde podía mostrar una "versión muy segura y extrovertida" de sí misma.

"Extraño a la persona que era en esa tienda, porque estaba muy involucrada todo el tiempo con todo el mundo", dice. "Estaba dispuesta a interactuar, a meterme de lleno en lo que ocurría a mi alrededor. Era realmente yo misma en el trabajo." En casa, dice, asume una versión de sí misma más tranquila, más cautelosa e introvertida.

Un necesario descanso

En cierto punto, todo el mundo necesita un descanso.

 

Foto: THINKSTOCK. Ser introvertido puede ponerse en desventaja profesional.

Sin tiempo para refrescar y comportarse normalmente, "puede que comencemos a sufrir el efecto de actuar por mucho tiempo diferente a como somos en realidad", comenta Balsari-Palsule. Wisney lo sabe muy bien.

Mientras que él prefiere estar en casa solo, es capaz de adoptar la personalidad de Cruzin para ir al trabajo. Como actor profesional, ha estado encarnando diferentes personas desde que interpretó a un personaje en una obra a los nueve años.

Hacer el cambio es algo fácil para él, pero Cruzin le quita toda su energía."Es como abrir el tapón de una bañera. Todo su ser simplemente se va", dice. Para cuando el fin de semana y las actuaciones terminan, Wisney está feliz de encarnar nuevamente su vida mucho más moderada y tranquila, como Kevin: un padre, marido y jardinero ávido.

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