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¿Colombia podrá ser una potencia turística?
Aunque la construcción de hoteles está disparada, la infraestructura en zonas rurales está en pañales y el ecoturismo, clave para el posconflicto, no despega. Anatomía sobre la gran apuesta del país.
Visitar Colombia era hasta hace unos años una aventura y un riesgo para muchos turistas extranjeros que no tenían referencias distintas a la violencia y el conflicto armado. Pero, por fortuna, la situación está cambiando, gracias a las mejores condiciones de orden público, a las estrategias para posicionar al país en el exterior, al aumento de la conectividad aérea, a la devaluación del peso y al esfuerzo de las regiones para mostrar su cara más amable.
Así lo demuestra el creciente número de visitantes extranjeros que está llegando al país. Mientras en 2007 arribaron 2,5 millones de turistas, esa cifra el año pasado creció a 5,1 millones. Es decir, se duplicaron en menos de una década. Sin embargo, hay que aclarar que cerca de la mitad de estos visitantes llegan por vía aérea. Más de 300.000 lo hacen a bordo de cruceros y los demás llegan por las zonas de frontera. Proceden principalmente de Estados Unidos, con 500.000 viajeros el año pasado y un crecimiento del 18,5 por ciento. Le siguen Venezuela, Brasil, Ecuador, México, Perú y Argentina.
Lo que más llama la atención es la tendencia. En 2016 los visitantes extranjeros aumentaron en 14,5 por ciento frente al año inmediatamente anterior. Este aumento es mayor al de América Latina, que es, según la Organización Mundial del Turismo (OMT) del 4 por ciento. Si bien los sitios más visitados son Bogotá, donde está en auge el turismo de negocios, o Cartagena, Santa Marta y San Andrés, cada vez llegan más visitantes a los lugares exóticos como la Orinoquia.
Bogotá es la ciudad más visitada por el auge en el turismo de negocios. En 2016 recibió 1,2 millones de viajeros. Otros destinos más exóticos como el Pacífico tienen todo por explotar.
Aunque Colombia todavía está muy lejos de destinos como México, que recibe al año más de 32 millones de turistas y consigue ingresos superiores a los 40.000 millones de dólares –para no mencionar países europeos como Francia y España con más de 80 millones de visitantes–, es un hecho que el país está cada vez más en el radar de las agencias de viajes del exterior. El gobierno, consciente de este potencial, quiere darle un gran impulso para que se convierta en uno de los principales motores de la economía y de generación de empleo. Las cifras le dan buenos argumentos. Los ingresos por esta actividad superan los 5.200 millones de dólares, lo que se constituyó en la segunda fuente de divisas después de las exportaciones de petróleo y más que las ventas de carbón o café. Además, genera 1,8 millones de empleos.
Paula Cortés, presidenta de Anato, el gremio de las agencias de viajes, afirma que el mayor número de visitantes extranjeros demuestra la fortaleza del sector y las oportunidades que pueden generar en el país. En este sentido destacó la vitrina turística de Anato realizada en Bogotá. Hubo récord de asistencia, con más de 1.000 expositores de los cuales muchos venían de 40 países, entre los que estaba por primera vez China.
La estrategia
Colombia quiere aprovechar al máximo el potencial que tiene este renglón de la economía, conocida como la industria sin chimeneas, que mueve miles de millones de dólares en el mundo. Según la OMT, el turismo responde por el 10 por ciento del PIB global y por 1 de cada 11 empleos que se generan en el globo.
Para sacarle partido a este sector, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (Mincit) diseñó una estrategia para atraer más viajeros con mayor poder adquisitivo, y aprovechar las oportunidades que trae la paz.
“Colombia tiene una oportunidad de oro en el posconflicto”, dice la ministra del Mincit, María Claudia Lacouture, quien explica que la estrategia del gobierno comprende tres grandes ejes: poner en marcha 12 corredores turísticos, crear políticas para formalizar el sector y desarrollar un turismo sostenible en parques naturales.
Esta última estrategia generó un gran debate en el país porque algunos ambientalistas piensan que implica levantar grandes construcciones en los parques nacionales. Lacouture lo niega, y explica que la idea es impulsar un turismo responsable con la naturaleza y que respete los estándares internacionales de sostenibilidad. El potencial por explotar es enorme ya que Colombia es uno de los países más biodiversos del mundo. Está en los primeros lugares en número de áreas protegidas y en recursos hídricos. Por tener todos los pisos térmicos y en una ubicación geográfica privilegiada cuenta con los más bellos paisajes naturales que van desde páramos, pasando por inmensas llanuras, selva y desierto.
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Basta señalar que Colombia tiene el 20 por ciento del total de especies de aves del planeta, lo que equivale a unas 1.921, de las cuales 79 son endémicas, es decir, que no se ven en ningún otro sitio. Está en primer lugar en el mundo en el tema. Aun así, no le ha sacado provecho al aviturismo, una práctica que mueve miles de millones de dólares. Solo en Estados Unidos, esta actividad genera más de 40.000 millones de dólares al año. La meta del gobierno es que lleguen anualmente 15.000 aficionados con alto poder adquisitivo, que dejarían alrededor de 46 millones de dólares.
En relación con la estrategia de corredores o circuitos turísticos, el objetivo es integrar 311 municipios de 32 departamentos para que impulsen el desarrollo de las regiones y generen múltiples empleos. Estos destinos se caracterizan por su amplia oferta en materia cultural (sitios religiosos, arqueológicos y fiestas y eventos nacionales), prácticas náuticas, de aventura (buceo y deportes extremos), de bienestar (termales y spa), de salud y de negocios (congresos y convenciones).
Por ejemplo, el turista que quiera recorrer el corredor turístico del Paisaje Cultural Cafetero, que integra los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío y Valle, podrá conocer el Parque de la Cultura Cafetera, el Parque Nacional del Café, el valle del Cocora, el pueblo patrimonio Salamina, el pueblo patrimonio Aguadas, el nevado del Ruiz y el Mariposario de Calarcá, entre otros. Esta es una gran idea que suena bien en el papel. La gran pregunta es cuál es la coordinación con alcaldes, gobernadores y gobierno nacional para invertir en infraestructura turística relevante, en momentos de estrechez fiscal. Sin embargo, el gobierno sostiene que en la pasada reforma tributaria se aprobaron estímulos fiscales por 20 años para quienes construyan hoteles en municipios de menos de 200.000 habitantes.
Otras de las opciones turísticas son los territorios del posconflicto, entre ellos Guainía, Vichada, Arauca, Caquetá, Vaupés. El año pasado, según Anato, llegaron a Vichada 14.000 turistas extranjeros, un aumento del 115 por ciento frente a 2015. En esta zona los operadores ofrecen actividades de pesca deportiva y ecoturismo en el parque natural El Tuparro. Casanare promociona la cultura llanera, el folclore y el aviturismo y Guainía ofrece turismo ecológico con la reserva nacional Puinawai y los cerros Mavecure.
El aviturismo es una práctica en la que Colombia tiene un gran potencial porque cuenta con el 20 por ciento del total de especies del planeta. Está en primer lugar en el mundo.
Procolombia, por su parte, diseñó el programa Colombia más Grande para mostrar en el exterior las variadas actividades que se pueden hacer en el territorio nacional. Una de ellas, para los visitantes más aventureros, es recorrer el país en motocicleta, por circuitos en los Llanos Orientales, Cundinamarca, Boyacá, La Guajira, entre otros. Felipe Jaramillo, director de la entidad, dice que han identificado clubes de aficionados a las motos en Estados Unidos, Argentina, Chile, Canadá y Alemania, cuyos integrantes podrían recorrer caminos pavimentados o de tierra.
Otras alternativas consisten en recorridos a caballo (en el Paisaje Cultural Cafetero) o hacer ciclomontañismo o ciclismo de ruta. También existe la pesca deportiva en río, en la Orinoquia, y en mar, en el Pacífico. Procolombia tiene muchas expectativas en esta actividad porque el costo promedio puede llegar a 2.500 dólares. por viaje Otro producto son los campamentos de lujo con las comodidades de un hotel cinco estrellas. En Suesca (Cundinamarca) hay una oferta de esta naturaleza.
Mejor infraestructura
Lo cierto es que para impulsar estas rutas se necesita una buena infraestructura de transporte por tierra y aire, un gran compromiso de las regiones por ofrecer productos de calidad y mayores esfuerzos del gobierno por garantizar la seguridad en territorios que están siendo copados por otros actores armados.
Hay que reconocer que en infraestructura se han hecho grandes avances. En transporte aéreo el vuelco ha sido total. Las inversiones en los principales terminales del país, incluyendo El Dorado –el tercer aeropuerto en pasajeros de América Latina–, superan los 5 billones de pesos. Actualmente el gobierno lleva a cabo un plan para modernizar y ampliar más de 40 aeropuertos teniendo en cuenta que en una década se triplicaron los viajeros al pasar de 10 millones a 35,7 millones el año pasado.
La conectividad también ha mejorado. En los últimos cinco años ingresaron al país siete nuevas aerolíneas para un total de 27 compañías aéreas, mientras que el número de rutas internacionales pasó de 68 a 80.
En oferta hotelera hay una gran transformación. Hoy en el país están presentes las principales cadenas internacionales entre las que se destacan Hyatt, Marriott, Sonesta, Hilton, Holiday Inn, entre otras. En seis años surgieron 2.790 nuevos establecimientos que adicionaron 35.000 camas, y los existentes remodelaron 15.500 habitaciones, con inversiones por más de 4,6 billones de pesos. Según Cotelco, para los próximos dos años 60 nuevos hoteles abrirán sus puertas, de los cuales 17 en Antioquia, 15 en Bolívar y 10 en Bogotá. A pesar de esta mayor oferta el nivel de ocupación está en alza y llegó el año pasado a 56,2 por ciento, la cifra más alta desde que el Dane lleva registros.
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Cartagena sigue siendo uno de los destinos más buscados por los turistas internacionales, con más de 350.000 visitantes el año pasado.
El presidente del gremio, Gustavo Toro, es un convencido de que Colombia tiene un enorme potencial escondido por la violencia que había impedido al país ser más visible a nivel internacional. Por eso cree que el cambio de percepción ayudará a atraer turismo extranjero y a movilizar más el doméstico. “En este rubro Colombia está en el segundo pelotón y se está acercando a Argentina y Brasil, pero todavía está muy lejos de México, que lleva la delantera”, dice Toro quien sostiene que hay que hacer grandes esfuerzos en servicios para que el país sea más competitivo en esta materia. Además, dice que falta un mayor compromiso de muchos mandatarios locales para darle al sector el estatus y los recursos que se merece, aunque destaca los logros de departamentos como Santander y Risaralda.
Si bien se han hecho grandes esfuerzos hay mucho camino por recorrer para que Colombia aspire a convertirse en una potencia turística regional, teniendo todas las condiciones para hacerlo. En primer lugar hay que hacer más competitivo al país en materia de precios. En tarifas aéreas, por ejemplo, Colombia es, después de Venezuela, la nación con las mayores cargas impositivas sobre los pasajes. Las tarifas de hoteles también se elevaron tras el aumento del IVA. En segundo lugar, hay que combatir la informalidad y la parahotelería, uno de los principales problemas del sector. El país debe capacitar a un mayor número de personas en bilingüismo, donde está muy rezagado. Debe mejorar la infraestructura en las zonas rurales y pequeños municipios, donde está todo por hacer y tener una política clara de ecoturismo, que es la punta de lanza para copar el territorio con legitimidad y de manera amigable con el medioambiente y las comunidades.
El gobierno dice estar haciendo gestiones en estos frentes al capacitar a cerca de 10.000 personas y al formalizar un mayor número de prestadores turísticos, que pasaron de 14.000 a cerca de 25.000. El Mincit reforzará las brigadas de formalización para verificar que los establecimientos (hoteles, hospedajes, restaurantes y prestadores de servicios turísticos) estén en el Registro Nacional de Turismo.
Como se observa, las perspectivas son favorables, pero si se quiere que Colombia sea una potencia en América Latina se necesitan grandes esfuerzos de los agentes involucrados. No basta con tener lindos paisajes si no hay servicios de calidad, establecimientos adecuados y lugares más seguros para que el turista se quiera quedar. La buena noticia es que el país ya comenzó a recorrer este camino.
Santander histórico se está consolidando como uno de los destinos preferidos por los turistas nacionales y extranjeros. Según la Secretaría de Cultura y Turismo mientras en 2007 ingresaron cerca de 30.000 visitantes, el año pasado la cifra fue cercana al millón.
Santander, el de mostrar
El departamento es reconocido por su amplia oferta en turismo de aventura y deportes extremos como el parapente, el rafting, canotaje, espeleología. Uno de los atractivos es el Parque Nacional de Chicamocha (Panachi), convertido en el ícono de Santander, que tiene entre sus atracciones un teleférico de 39 cabinas que recorre el majestuoso cañón del Chicamocha hasta llegar a la Mesa de los Santos. El parque ha impulsado el desarrollo de una mayor oferta hotelera en municipios cercanos como San Gil, Curití, Mesa de los Santos y Cepitá.
En Floridablanca está al servicio desde 2015 el ecoparque Cerro del Santísimo, cuya construcción generó en su momento una gran polémica y hoy se ha convertido en un sitio obligado de visita. Una de sus principales atracciones es un Cristo de 38 metros de altura, 40 toneladas de peso con dos ascensores panorámicos así como un teleférico de 24 vagones
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También se puede visitar el Parque Nacional Serranía de Yariguíes, con una extensión de 78.000 hectáreas, en donde se puede practicar senderismo y hacer recorridos culturales por municipios históricos como Charalá, Socorro, San Gil, Barichara y Zapatoca. A estos atractivos se sumará el complejo turístico de la represa de Hidrosogamoso que se piensa desarrollar una vez tenga las licencias respectivas. Se trata de ofrecer visitas guiadas y actividades náuticas y de pesca.