Arcabuco, el pueblo boyacense de los amasijos y otras delicias gastronómicas; estos son sus atractivos

Boyacá destaca por ser un departamento con gran diversidad turística, con pueblos coloniales llenos de cultura e historia y bellos paisajes que resultan imperdibles para quienes aman la naturaleza y los planes de aventura.

Es una región que cuenta con atractivos que son reconocidos por su valor histórico, arquitectónico, religioso y ambiental, por lo que planear unas vacaciones para conocer estos lugares puede convertirse en una experiencia inolvidable, que puede vivirse en familia, en pareja o con amigos.

Algunos de sus encantos naturales más emblemáticos son, por ejemplo, el lago de Tota, el Nevado del Cocuy y La Laguna de Iguaque; pero también hay pueblos que destacan por sus atractivos turísticos y su belleza arquitectónica. Aquí se incluyen Villa de Leyva, Ráquira, Monguí, Iza y Tibasosa, solo por mencionar algunos, pues cada una de las poblaciones boyacenses tiene su encanto.

Uno de esos pueblos que vale la pena visitar y conocer es Arcabuco, un municipio situado a 34 kilómetros de Tunja, capital del departamento. Se dice que este lugar es cuna de los ecosistemas naturales de Boyacá y con el paso de los años se ha consolidado como un lugar en el que sus habitantes preparan algunas de las delicias gastronómicas más reconocidas de la región, como son los amasijos, las almojábanas y el queso de hoja.

Allí son típicas las almojábanas con aguadepanela y queso, los hojaldres, el yogur, las galletas, las colaciones, las mantecadas, los merengues, las cuajadas, las fresas con crema y muchas otras delicias, que hacen parte de toda una industria que provee tanto a los habitantes del pueblo, como a quienes llegan de visita.

Atractivos históricos y naturales

Este es un pueblo con una rica historia, cultura y tradiciones. Su historia se remonta a la época prehispánica, cuando estaba habitado por los indígenas Muisca. Posteriormente, durante la colonización española, se convirtió en un importante punto de encuentro y descanso para los viajeros que recorrían el camino real entre Bogotá y Tunja, precisa el portal Departamentos Colombianos.

Uno de los aspectos más destacados y que es digno de admirar por parte de los viajeros es su arquitectura colonial, reflejada en sus casonas y calles empedradas. En el parque principal, que se caracteriza por estar colmado de árboles y jardines, están la iglesia de Nuestra Señora del Amparo y el monumento al Roble, dos construcciones que son dignas de admirar.

Fuera del casco urbano, este municipio boyacense posee sitios de interés turístico para visitar como: las reservas naturales de Iguaque y Rogitama, el Cañón del río Arcabuco, el Cerro de Monserrate, la Laguna Negra, la Laguna Empedrada, la Cueva del Contento, el Alto de la Virgen y el humedal la Balsa de Oro, precisa el Sistema de Información Turística de Boyacá (Situr).

Además, está rodeado por varios accidentes orográficos, como la Peña Candela, Las Gaitas, Morro Negro, Alto de los Santos, Loma de Paja, entre otros, así como el Santuario de Flora y Fauna de Iguaque y la reserva natural de Rogitama; escenarios que ofrecen una enorme riqueza ambiental.

La economía de este municipio se basa en los sectores agrícola y maderero. La papa y el roble han sido, durante décadas, dos de sus activos más importantes para el sustento de los pobladores. Su caudal hídrico está surtido por los ríos La Cebada, Arcabuco y Chuquenque, y las lagunas El Monte, La Empedrada y Carrizal.

Para llegar a Arcabuco es muy fácil, pues se puede ir desde Tunja en vehículo particular, con un tiempo de trayecto inferior a una hora o en transporte público, tomando un bus en esta ciudad que lleva al viajero de forma directa hasta el pueblo.