Turismo
Aruba, mucho más que playa. Innovación, cultura y seguridad, cosas que no sabías sobre la Isla Feliz
Este pequeño país es ejemplo de adaptación, protección ambiental y desarrollo económico.
Aruba, un país independiente que hace parte del Reino de los Países Bajos, es considerado como una joya del Caribe, y es ampliamente conocido por sus playas paradisíacas. Sin embargo, la denominada Isla Feliz, también se destaca por su capacidad de adaptación, la protección a los ecosistemas, su rica diversidad cultural y su enfoque innovador en diversas áreas.
Estos son algunos de los datos curiosos que quizá no sabías
Agricultura y agua
La economía de la isla está basada en el turismo, y aunque la agricultura representa menos del 0.5% del PIB de Aruba, la adopción de técnicas hidropónicas ha permitido a los agricultores locales superar las limitaciones climáticas y de suelo.
A pesar de su árido paisaje y la escasez de lluvias que complican el cultivo tradicional, Aruba ha encontrado una solución innovadora en la agricultura hidropónica. La industria del aloe vera, un cultivo que prospera en estas condiciones, está en pleno auge. Gracias a técnicas hidropónicas avanzadas, los productores locales están logrando un crecimiento notable en esta industria, que no solo es beneficiosa para la economía local, sino que también evidencia la resiliencia y adaptabilidad de los arubianos.
Los cultivos hidropónicos también se extienden a la producción de vegetales como la lechuga. Sin embargo, la demanda de los hoteles en la isla supera con creces la capacidad local de producción. Como resultado, gran parte de los alimentos, incluidos muchos provenientes de Colombia, deben ser importados.
La necesidad de importar alimentos contribuye al alto costo de vida en Aruba, lo que afecta tanto a residentes como a visitantes. A pesar de esto, la calidad y frescura de los productos disponibles en la isla es admirable, y la experiencia gastronómica en los más de 200 restaurantes justifica los valores elevados.
Desalinización y producción de agua
La adaptación a la falta de fuentes naturales de agua dulce es notable en Aruba. La isla utiliza tecnología de desalinización para convertir agua de mar en agua potable, una hazaña impresionante dada la importancia del recurso. La planta embotelladora local, que produce la cerveza Balashi y otros refrescos, utiliza este proceso para asegurar una oferta constante de agua de calidad para los residentes y turistas.
Aruba es sostenible, energía eólica y solar
Aruba está avanzando en su compromiso con la sostenibilidad a través de la energía eólica. Con diez molinos de viento que generan cerca del 15% de la energía de la isla, Aruba está dando pasos significativos hacia una matriz energética más verde. Además, muchas viviendas cuentan con paneles solares para aprovechar las intensas horas de sol que se viven a diario, para generar energía limpia. Esta inversión en energías renovables subraya el enfoque proactivo de la isla hacia la protección ambiental.
Cultura y educación “ciudadanos del mundo”
Los arubianos se destacan por su diversidad cultural, resultado de una mezcla de múltiples nacionalidades que han influido en la isla a lo largo de los años. Esta diversidad se refleja en el idioma, ya que la mayoría de los habitantes son políglotas, hablando español, papiamento, holandés e inglés. Además, la mayoría de las escuelas en Aruba son públicas, y los residentes, al ser parte del Reino de los Países Bajos, tienen acceso a pasaportes holandeses. Esto les permite estudiar en universidades de los Países Bajos después de cumplir los 18 años, ampliando así sus posibilidades de crecimiento personal y profesional. Este acceso a educación superior impacta positivamente en el Índice de Desarrollo Humano y en la calidad de vida en la isla.
El sector de San Nicolás, que hace años era conocido por la prostitución, ahora es un vibrante centro cultural adornado con murales callejeros y complementado por una exquisita oferta de galerías de arte, cines, bibliotecas, restaurantes y tiendas de souvenirs.
Amabilidad y hospitalidad
El turismo es la principal fuente de ingresos de Aruba, y la amabilidad con la que los arubianos tratan a los visitantes contribuye significativamente a una experiencia turística positiva. La atención al detalle y el trato cordial de los locales aseguran que cada visitante se sienta bienvenido y apreciado.
Un entorno tranquilo y bien organizado
Una característica singular de Aruba es la ausencia total de semáforos. En lugar de ellos, las intersecciones están gestionadas por glorietas, lo que contribuye a un flujo de tráfico eficiente y menos congestionado. El límite de velocidad en las vías principales es de 80 km/h y existen varias empresas dedicadas al alquiler de vehículos.
La organización y limpieza en la isla son notables, y la presencia policial, aunque discreta, asegura un ambiente seguro y tranquilo tanto en las calles como en las playas, las cuales son de acceso público durante las 24 horas del día.