Turismo
Cuatro pueblos patrimonio de Colombia para visitar en vacaciones, están llenos de historia y arquitectura colonial
Estas poblaciones están ubicadas en diferentes departamentos.
Colombia cuenta con más de 1.100 municipios y cada uno de ellos tiene unas características muy particulares que los hace únicos. Belleza, arquitectura, costumbres, tradiciones y platos típicos hacen parte de los muchos valores agregados que tienen los pueblos colombianos.
Dadas sus características, un grupo de 18 pueblos, de diferentes departamentos, forman para de la Red Turística de Pueblos Patrimonio de Colombia, una iniciativa que destaca el potencial de estos lugares como destinos turísticos.
El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo indica que estos destinos se caracterizan por tener una arquitectura diferenciada, cultura autóctona, gastronomía propia, entorno natural, y, además, por ser parte importante de la historia y del desarrollo del país.
Así las cosas, los municipios que integran la Red son una alternativa para el turismo cultural, pues le aportan a esta actividad económica una diversificación que fortalece la oferta para los turistas tanto nacionales como internacionales. Por esta razón, cuando se piense en vacaciones es posible incluir en la agenda alguno de estos destinos para conocer y disfrutar de su arquitectura, su belleza natural y su gastronomía. Estas son cuatro opciones para no descartar.
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Guaduas, Cundinamarca: Este pueblo está ubicado muy cerca de Bogotá y es el único de Cundinamarca, considerado Patrimonio de Colombia. Es un lugar ideal para disfrutar de su arquitectura colonial, en la que destacan sus calles empedradas y las casas construidas con fachadas blancas y puertas y ventanas coloridas.
Es un municipio con múltiples atractivos. Por ejemplo, está el Convento de la Soledad, en donde actualmente funciona la Alcaldía; la Plaza de la Constitución, la Catedral de San Miguel Arcángel; la Casa de La Pola, que fue declarada Monumento Nacional, y el Patio del Moro o Museo de Artes y Tradiciones.
En la zona rural de este pueblo, los viajeros pueden visitar la Piedra Capira, un mirador que permite admirar gran parte de la región con una vista sobre el valle del río grande de la Magdalena. En días despejados es posible apreciar los nevados del Ruiz, Santa Isabel y del Tolima. También está el camino real y el Monumento a José Antonio Galán y la Inspección Guaduero.
Salamina, Caldas: Este pueblo es considerado uno de los más lindos de Caldas y, en general, del Eje Cafetero. Destaca por su arquitectura típica de la colonización antioqueña, en la que prevalecen los balcones adornados con flores y las calles estrechas. Allí los viajeros también pueden disfrutar de su gastronomía, sus artesanías autóctonas y sus lindos paisajes, precisa el portal Red Turística de Pueblos Patrimonio.
En el casco urbano, destacan las casas construidas en bahareque y en las afueras los turistas tienen la posibilidad de tener contacto directo con la naturaleza con diferentes sitios para visitar, que permiten acercarse también a la cultura cafetera. Uno de los destinos para incluir en la agenda es el Bosque Natural Palma de Cera La Samaria.
Girón, Santander: Como sucede con las anteriores poblaciones, esta destaca por su arquitectura colonial, con calles empedradas y casas con fachadas blancas, tejas y materas de barro. En este pueblo de Santander, que está a muy poca distancia de Bucaramanga, los turistas tienen la posibilidad de conocer, entre otros, la Basílica Menor del Señor de los Milagros, el Parque y la Capilla Peralta, el Parque las Nieves, la Mansión del Frayle y la Casa de la Cultura.
Esta población, a la que se le conoce como la Villa de Ensueño o Ciudad Blanca de Santander, destaca por su gran oferta gastronómica en la que los viajeros pueden delaitarse consumiendo platos típicos como el mute y el cabrito, además de la fritanga.
Lorica, Córdoba: A este pueblo se le reconoce por su arquitectura republicana y el colorido que se refleja en sus históricas calles. El río Sinú, es la vía fluvial más importante de esta zona del país y es protagonista de la importancia de Lorica como centro de comercio e intercambio regional desde su fundación en 1740, hasta mediados del siglo XX, cuando el transporte terrestre empezó a tener auge, precisa el portal Colombia Travel.
Este pueblo cuenta con un enorme valor cultural y arquitectónico. Se le conoce como la “ciudad antigua y señorial”, la “capital del Bajo Sinú” y hasta la “capital de bocachico”.