El destino cundinamarqués con bosque de bonsáis, al estilo de Japón, que puede visitar cerca de Bogotá

Aunque el arte de los bonsáis se originó en China hace más de mil años, fue en Japón donde se perfeccionó y se popularizó hasta el punto de representar una auténtica combinación de factores históricos, culturales y estéticos, que los convirtieron en uno de los elementos más apreciados en ese territorio.

Se dice que los japoneses adaptaron y refinaron las técnicas chinas, creando estilos únicos que reflejan la belleza de la naturaleza en miniatura, señala el sitio Bonsai Empire, por lo que es considerado más que un arte, una expresión de la filosofía japonesa que valora la simplicidad, la armonía con la naturaleza y la paciencia.

Para los antiguos chinos, especialmente los monjes taoístas, el bonsái, cuyo nombre proviene del término chino “pun-sai” o “penjing”, que significa “paisaje en maceta”, simbolizaba la eternidad, ya que representaba un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra.

Sin embargo, más allá de los datos históricos relacionados con este árbol, si desea sentir de cerca esa parte de la cultura japonesa, pero en Colombia, puede emprender una nueva aventura en el departamento de Cundinamarca, visitando el municipio de La Calera, donde se encuentra un bosque de bonsáis, al estilo de Japón, que lo dejará sin aliento.

A solo una hora de viaje por carretera desde la capital colombiana, es posible apreciar esta expresión japonesa a través de un bosque compuesto por este tipo de árboles que poseen un profundo significado cultural y espiritual de este país insular de Asia Oriental

Así es el Dragón Dorado, un museo de Bonsáis cerca de Bogotá

El lugar fue fundado por el filósofo portugués Merceano de Jesús Melo y su esposa Libia Patricia Pérez, quienes han dedicado más de una década a construir un santuario de bonsáis, filosofía y meditación en las montañas de La Calera.

De acuerdo con un artículo publicado por la revista Diners, ambos se mudaron a Colombia luego de casarse hace más de 25 años y con el paso del tiempo se animaron a recrear un “pedacito” de la cultura japonesa en su hogar.

“Recuerdo que mi terraza y la del vecino estaban llenas de bonsáis, de no ser por nuestra mudanza a cuatro kilómetros después del peaje Los Patios (La Calera), no tendríamos El Dragón Dorado, un lugar majestuoso lleno de árboles, aire puro, pájaros multicolor y sobretodo tranquilidad”, dijo Pérez en declaraciones citadas por el medio.

Este lugar alberga una colección de bonsáis de diversas especies y estilos, algunos con más de 100 años de antigüedad., por lo que garantiza una experiencia sorprendente y llena de aprendizaje, reflejando en cada detalle la historia y la filosofía de sus creadores.

El Dragón Dorado en La Calera se identifica desde su entrada, con una fachada tipo oriental con un dragón dibujado en la puerta. Además, justo al lado hay una escultura de un pescador del río Li, una de las vertientes más importantes de China, que Merceano describe como su fuente de inspiración para diseñar varios paisajes en miniatura.