El pueblo boyacense de casas antiguas y calles empedradas que debería visitar en vacaciones

Boyacá es un departamento con diversidad de atractivos y una riqueza cultural, religiosa y natural enorme. En su territorio es posible apreciar diversidad de destinos que tienen una amplia oferta turística y sus pueblos, son de los más agradables sitios para visitar.

Uno que resulta imperdible, no solo porque es considerado de los más lindos de este departamento, sino porque está lleno de historia y tradición, es Monguí. Se dice que es un destino mágico que cautiva a los viajeros con su arquitectura colonial, su encanto rural y su enorme riqueza natural y cultural.

Sus diversos atributos le permitieron entrar a formar parte del selecto grupo de la Red Turística de Pueblos Patrimonio de Colombia, en donde el potencial turístico es uno de los aspectos a destacar. Este es un destino que destaca por sus casas antiguas que junto con sus calles empedradas hablan fielmente del pasado indígena y de la historia en la época de la Colonia.

Es un lugar ideal para ir a pasar unos días de descanso, pues además de su belleza, es posible disfrutar de la tranquilidad de sus alrededores, la hospitalidad de su gente y su gastronomía. En este municipio sus habitantes se dedican a la producción artesanal de balones de fútbol, una tradición que ha pasado de generación en generación, cosiendo y vulcanizando estos artículos, con calidad de exportación.

Monguí encierra todo un abanico de atractivos. Según la Red Turística de Pueblos Patrimonio de Colombia, la plaza principal, como en la mayoría de los pueblos de Colombia, es centro de las actividades cotidianas de sus habitantes, mientras que a su alrededor las edificaciones son fiel exponente de la arquitectónica colonial española.

En la visita por el centro histórico de esta población no se debe dejar de visitar la Basílica Menor de Nuestra Señora de Monguí, el Puente de Calicanto y el Convento de los Franciscanos. Este último alberga un museo donde es posible conocer arte religioso e historias relacionadas con la época colonial, precisa el portal Travelgrafía. A lo largo y ancho del pueblo se encuentran las tiendas que comercializan sus artesanías y los balones como producto típico de su industria.

En la zona rural

Así como en el casco urbano hay diversos planes para hacer, en la zona rural de este municipio también se puede realizar actividades, que se ajustan muy bien a los gustos de los amantes de la naturaleza. Uno de ellos es visitar la Peña de Otí, que es una elevación montañosa ubicada a 30 minutos caminando. En este lugar es posible apreciar una importante variedad de especies vegetales y cuando se llega a la cima, el viajero se encuentra con el “Gran mirador”, que deja ver la topografía de la región.

De igual forma, en esta zona boyacense se encuentra el Páramo de Ocetá, el cual es considerado un paraíso ambiental con un enorme ecosistema que representa una rica biodiversidad. Tiene una vegetación propia de bosque alto andino y páramo. Ocetá en lengua muisca significa “casa del sol”. Está ubicado a 4.000 metros sobre el nivel del mar y dentro del páramo se encuentran sitios de interés como monolitos, la caja del rey, cascada de Penagos y la peña de las águilas, entre otros.

Por último, está la cascada La Virgen, que es un destino para no perderse en la vereda Pericos. Dispone de una capilla y cascada donde se dice que apareció la Virgen María. Allí se hacen peregrinaciones el primer sábado de cada mes. Además, posee un mirador y sitios de interés, lo cuales encierran historias mágicas, según la red de Pueblos Patrimonio.