Turismo
Estos dos pueblos boyacenses son patrimonio de Colombia; imperdibles para visitar y disfrutar de su belleza
Son reconocidos por su arquitectura colonial.
En Colombia existen 17 pueblos catalogados como Patrimonio de Colombia. Son destinos que se caracterizan por tener una arquitectura diferenciada, cultura autóctona, gastronomía propia, entorno natural, y por guardar parte de la historia y del desarrollo del país.
De acuerdo con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, los municipios que integran esta Red se constituyen en una opción para el turismo cultural, aportándole al sector una diversificación en la oferta para los viajeros tanto nacionales como aquellos que llegan del exterior.
Estas poblaciones están ubicadas en diferentes departamentos. Y hay dos en particular que pertenecen a Boyacá: se trata de Villa de Leyva y Monguí.
Según el sitio web Red Turística de Pueblos Patrimonio, en el caso de Villa de Leyva, se trata de un destino ideal para el descanso. En este apacible lugar se puede conocer la historia, la ciencia, el arte, la naturaleza y las tradiciones culturales propias del altiplano cundiboyacense.
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La arquitectura colonial de Villa de Leyva
Destaca por sus calles empedradas, sus fachadas blancas, ventanales y puertas de madera; además de sus conventos y monasterios, que reflejan y conservan el pasado, pero también un presente que es muy dinámico, pues es uno de los lugares favoritos para visitar por parte de los turistas.
Fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por su arquitectura de estilo colonial, que complementa con su enorme plaza principal empedrada además de sus paisajes. Es un pueblo que se caracteriza porque en su área rural los viajeros tienen la posibilidad de disfrutar y apreciar desde zonas de páramo hasta desérticas, en un contraste que los visitantes saben apreciar.
Monguí, el pueblo de la producción de balones
Por su parte, Monguí es un lugar reconocido no solo por la belleza de sus construcciones, sino también por la tranquilidad de sus alrededores, por la hospitalidad con que sus moradores acogen a los visitantes y porque allí se elaboran los balones de fútbol con calidad para ser exportados.
Desde 1930 esta labor se ha convertido en una tradición que más de un centenar de familias han pasado de generación en generación, con la habilidad para coser y vulcanizar balones de cuero. Estos procesos se desarrollan con una técnica artesanal que ha llevado a estos productos no solo al fútbol colombiano, sino también a diversos mercados más allá de las fronteras nacionales.
Uno de los mejores planes para realizar en este acogedor municipio, es pasear por las calles empedradas del centro histórico. Durante este recorrido, los visitantes tienen la oportunidad de admirar la hermosa arquitectura colonial y española, característica de los siglos XVI y XVII, mientras se disfruta de la gastronomía local.
La plaza principal, como en la mayoría de los pueblos de Colombia, es centro de las actividades cotidianas de sus habitantes. A su alrededor se encuentran entidades civiles y religiosas con edificaciones que son fieles exponentes de su influencia arquitectónica colonial.
También hay diversidad de tiendas que comercializan sus artesanías y los balones como máximo exponente de su industria. De igual forma, es un pueblo que les ofrece a los viajeros variedad de planes para realizar en su zona rural.