Turismo
Guanajuato, León y San Miguel de Allende: las piedras preciosas mexicanas que no puede dejar de visitar
Para los viajeros que buscan algo diferente, estas ciudades son la opción perfecta para adentrarse en las profundidades de la historia, la gastronomía y la magia de México.
En un rinconcito, por una calle empinada de Guanajuato, una ciudad que parece detenida en el tiempo, hay un pequeño lugar al que llaman el Balcón de los Besos. Allí, los turistas y lugareños enamorados, posan para darse una de las muestras más puras del amor sincero: un beso. Y se dice que ese beso, en ese mismo punto, les da la clave para que su amor perdure intacto con los años.
Cierto o no, el Balcón de los Besos es solo una pequeña muestra de lo que Guanajuato, una ciudad que emerge de las minas de piedras preciosas, tiene para ofrecer a quienes buscan conocer algo más de México que Cancún y sus paradisiacas playas.
El recorrido se puede hacer caminando, contemplando las plazas que además guardan cientos de historias del México colonial, de la conquista y de la independencia. Pero también hay quienes deciden ponerle un tinte de aventura y hacerlo en cuatrimotos, con el grupo Turismo Alternativo de Guanajuato, quienes también ofrecen caminatas y el llamado turismo aventurero.
Sus estrechas y poco transitadas calles permiten que observar la ciudad sea un placer lleno de detalles, de colores y sabores. El destino final, cuando llega la tarde, es el mirador, desde donde se divisa una ciudad que se ilumina gracias al cielo estrellado en una noche despejada.
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Cuando pareciera que la noche ha llegado y es el momento del descanso, Guanajuato parece más viva que nunca. Los turistas que son una rara mezcla de musicólogos e historiadores se deleitan con las tunas que recorren la ciudad y cantan su historia.
Tras un merecido descanso y desayunar unos buenos chilaquiles, el viaje apenas está por comenzar. Es imposible ir a cualquier lugar de México sin recordar a sus más grandes artistas. Precisamente en Guanajuato nació Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de Rivera y Barrientos, más conocido como Diego Rivera.
Quienes aman la historia de este muralista, pintor y esposo de la gran Frida Kahlo pueden visitar su casa museo, así como las decenas de museos que narran la historia de una de las ciudades protagonista de la independencia mexicana y comprar alguna joya hecha en ópalo, la piedra representativa del lugar.
Guanajuato es una cura para el alma, una bocanada de aire fresco, un tequila reparador.
La romántica San Miguel de Allende
Antes de llegar a San Miguel, que se puede poner en el catálogo como una de las ciudades más hermosas de México, hay que hacer una parada obligada en Dolores Hidalgo.
Por historia, Dolores Hidalgo es la cuna de la independencia mexicana, algo así como Tunja para los colombianos. Sus muros y calles guardan el eco del grito de independencia que dio el cura Miguel Hidalgo.
Ahora, si se da un salto unos cientos de años más adelante, esta ciudad vio nacer a uno de los compositores más importantes de México: José Alfredo Jiménez.
“No tengo trono, ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey”, esta estrofa ha recorrido el mundo y son pocos los hombres y mujeres que no la conocen. Pues bien, esta hace parte de la canción “El Rey”, una de las cientos que compuso Jiménez y que han sido interpretadas por grandes mariachis como Vicente Fernández.
Jose Alfredo Jiménez dejó este mundo un 23 de noviembre de 1973, pero su música es un legado imborrable. Los visitantes de Dolores Hidalgo no solo podrían, sino que deberían ir su tumba; un imponente monumento lleno de colores al que llegan miles de turistas al año para cantar sus canciones y brindar por el ausente con una copa de tequila.
Luego de esta parada obligada se llega, a poco más de una hora, a San Miguel de Allende, una ciudad que quedó estampada en el tiempo y es una extraña mezcla entre lo nuevo y lo viejo.
Las típicas cantinas mexicanas se mezclan con el Oxxo y las tiendas de artesanías. A pesar del calor, la brisa recorre las calles y los turistas, de todas partes del mundo, pueden explorar y detenerse en la variedad de restaurantes que ofrecen platos de una de las gastronomías más autóctonas y deliciosas del mundo, que bien podría merecer un artículo dedicado solo a ella.
Pero, ¿a quién no le gusta recorrer una ciudad colonial al mejor estilo de la Colonia? En San Miguel de Allende se pueden hacer recorridos en caballo. De hecho, uno de ellos ofrece la opción de parar por las tradicionales cantinas, al mejor estilo del ‘bato’ mexicano y brindar con un tequila puro.
Las calles de San Miguel son mágicas, románticas e idílicas. Se ven decenas de enamorados caminar de la mano y, si ellos lo desean, subir al mismo cielo. Esto gracias a que, todas las mañanas, se ofrecen paseos en globo aerostático.
La madrugada es fuerte, si está de vacaciones, pero vale la pena. El recorrido en globo inicia sobre las 5 de la mañana y puede durar una hora; desde el aire se contempla la ciudad y el amanecer; las montañas ven salir el sol y darle inicio a un nuevo día en esta mágica ciudad.
León, entre el tequila y las guacamayas
La ciudad de León es la mezcla perfecta entre lo colonial y lo industrial. Famosa por su calzado, esta ciudad es tan hermosa como sus pares en el estado de Guanajuato y celebra uno de los eventos más importantes de México; el festival internacional del Globo.
El festival representa algo así como una unión mundial; expertos en esta práctica de decenas de países llegan con sus globos aerostáticos inspirados en canciones, personajes famosos, artistas y llenan de colores al cielo de León.
Si el viaje no es para las fechas del festival, hay algo que un turista no puede perderse en León; las guacamayas. Se trata de una especie de hamburguesa de chicharrón con chile, del bueno, del mexicano, que levanta hasta al más valiente.
Visitar las destilerías típicas y probar los nevados de cajeta (helados de arequipe) son planes imperdibles en León y, por supuesto, no se puede ir sin comprarse un sombrero típico y regresar a casa como un auténtico mexicano.
En medio de lo ajetreado y el bullicio de las grandes ciudades del mundo y la velocidad con la que diariamente viven los seres humanos, el estado de Guanajuato es el escape perfecto, es el romance perfecto entre la historia y la aventura, es la fusión perfecta para el viajero aventurero y el reflexivo; Guanajuato es una de las piedras preciosas mejor guardadas de México.