Invitación a turistas: conocer los ritmos y bailar en Río de Janeiro

Baile. Recuerdos. Emociones. Río. Cuatro palabras, cuatro tiempos en un recorrido, el de la cantautora colombiana María Cristina Plata en su viaje por la ciudad de Ipanema y del Corcovado rastreando las músicas, o algunas, que recogieran el significado de ser carioca. “Lo primero que siento, al recordar Río, son ganas de bailar”.

Primero

Euforia en la celebración de la samba del trabajador: un encuentro semanal —generalmente ocurre los lunes— en el que la ronda de intérpretes de samba involucra al público. “Parece una fiesta de músicos para músicos —cuenta María Cristina—, pero todos pueden hacer parte de ella; es espontáneo y tan festivo el ambiente que no importa de dónde sean, todos terminan cantando y bailando”.

Segundo

La gracia del baile folclórico, en una ronda de forró. Este ritmo es una mezcla de herencias culturales de distintas regiones del norte brasileño, que resultaron en una especie de cumbia que se interpreta en vivo. Los asistentes forman un círculo en campo abierto, y así crean la pista improvisada para los bailantes —el show de baile es parte esencial del ritmo, asegura María Cristina—.

Tercero

Conoció luego el choro, también llamado chorinho, en un ambiente de tertulia y conversación. “En aquel lugar, aprendí que el choro viene de la palabra ‘llanto’, pero no relacionado necesariamente con la nostalgia, sino más con la emoción sentida; por eso me llamó la atención el uso de la flauta traversa”. Este es un sonido instrumental, considerado uno de los primeros ritmos autóctonos de Brasil.

Cuarto

La nostalgia del sonido de Río en un pequeño bar de bossa nova. De los cuatro ritmos, es el único que hace una mezcla entre voz e instrumento. “Las notas de jazz y el ambiente íntimo me hicieron pensar en figuras como Vinícius de Moraes o Caetano Veloso, que quizás estuvieron es estos bares e hicieron tanto por la música brasileña”, recuerda sobre el lugar.EpílogoComo epílogo y como apertura… De Río a Brasil, a través de los ritmos, las letras y las rutas. De estas páginas a las siguientes.

Brasil el continente musical

Vinicius de Moraes dice que hacer samba no es contar chistes, que la samba es una forma de oración. La samba nació en Bahía y se volvió realmente famosa en Río de Janeiro. Es el ritmo que une a los brasileños, surgió como un ritmo para cantar en rueda (un círculo de canto) y se ha convertido en el símbolo nacional.

La sensualidad de sus letras y sus composiciones, que evocan constantemente a las olas del mar y a las playas de Río de Janeiro, hicieron que sus principales canciones sean reconocidas en cualquier lugar del mundo. El centro de Brasil es una enorme planicie poblada por agricultores y ganaderos que comparten costumbres con las grandes planicies del centro y sur de Estados Unidos, tanto que la música sertaneja suena y se baila como el country, con grandes sombreros, jeans y camisas cuadriculadas.

El funk es el ritmo de moda en Brasil, suena en todas las discotecas. Surgió en las favelas de Río, como un baile típico de jóvenes con letras de contenido muy explícito, pronto se expandió a otros estados como São Paulo y Minas Gerais. Su parecido con el reguetón ha permitido que artistas como Anitta y MC Kevinho hayan compartido escenarios con JBalvin o Maluma.

Desde los años 60 un movimiento cultural antisistema se tomó a Brasil. Nacido en Bahía, transformó para siempre la música popular brasileña. Sus principales exponentes hicieron de la mezcla de los ritmos ancestrales con el pop y el rock en un movimiento de liberación cultural muy importante. Las imágenes del carnaval de Salvador da Bahía están llenas de camiones gigantes que acompañan a las personas por las calles saltando, gritando y haciendo coreografías al son de música que combina sonidos del frevo y el samba con el rock y la música electrónica. Artistas destacados: Daniela Mercury, Ivete Sangalo, Chiclete com Banana. Canción: 100% você de Chiclete com Banana.

Libros para descubrirlo

Misa de gallo y otros cuentos (1870 - 1906) / Joaquim Machado de AssisMachado de Assis es el escritor más importante de la literatura brasileña del siglo XIX. La mirada microscópica y realista de sus cuentos permite explorar las calles cariocas y las almas de sus habitantes. Macunaíma (1928) / Mário de AndradeConsiderada como la obra cumbre del modernismo brasileño, la novela presenta la tensión entre civilización y barbarie a partir de su personaje principal, un indio fascinado con la ciudad de São Paulo. Gran Sertón: Veredas (1956) / João Guimarães RosaRiobaldo, el protagonista de esta novela, cuenta sus aventuras en el sertón, un territorio vasto y árido del nordeste de Brasil.

Aunque retrata la idiosincrasia de esta región, el libro hace también unas reflexiones universales. Agua viva  (1973) / Clarice LispectorEntre lo poético, lo filosófico y lo narrativo, Lispector demuestra un estilo único en la literatura brasileña. Con la excusa de una carta a un ser amado y ausente, la autora hace una profunda consideración sobre el lenguaje y el presente.  Viva el pueblo brasileño (1989) / João Ubaldo RibeyroEsta novela, que recorre tres siglos de historia, es el retrato más ambicioso de su cultura. Ribeyro narra episodios protagonizados por indígenas, revolucionarios, propietarios y esclavos. Agosto (1991) / Rubem FonsecaCon el ritmo tradicional de las grandes novelas policiacas y una mirada incisiva a la corrupción de su país, Fonseca retrata los últimos días de gobierno del ictador Getulio Vargas.

De ganados y hombres (2015) / Ana Paula MaiaEdgar Wilson es el encargado de dar el tiro de gracia a las reses en un matadero. Un día, cuando las vacas empiezan a desaparecer, se ve obligado a salir de su rutina. La autora es considerada como un referente de la literatura brasileña contemporánea.

Por: Alejandro Bustos Bedoya

Artículo publicado originalmente en la edición 81 de la revista Avianca