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Kandy García / Cortesía Kandy García | Foto: Foto: cortesía Kandy García

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La vuelta al mundo a los 80 años de edad: “¿qué tienen que ver los años con el deseo de ver nuevas cosas?”

La vuelta al mundo comenzó en 1999. Viajó desde Argentina a India, y en ese periplo tuvo la oportunidad de convivir con mapuches y de pasar una temporada en la casa de la Madre Teresa.

Fernanda Trías / triasfernandaNarradora, traductora y profesora de escritura creativa. Obtuvo la beca Unesco-Aschberg para escritores y el premio-residencia SEGIB-Eñe-Casa de Velázquez para escritores iberoamericanos.
19 de julio de 2024

A Kandy García le sobran años y ganas de seguir viajando. No es una turista, aclara, sino una viajera. A sus 85 años, Kandy ha recorrido cerca de setenta países y se ha ganado el apodo de ‘la abuelita mochilera’.

“No entiendo por qué la gente tiene miedo de lo que no conoce”, dice. Sin embargo, ella compartió ese miedo durante casi toda la vida. Quería recorrer el mundo y no se atrevió a hacerlo sino hasta los 65 años, al retirarse de abogada. Mucho después de que el bichito del viaje la picara por primera vez. En los cincuentas, administraba una zona de camping en su natal Íscar, Valladolid, y desde entonces no la abandonaría la visión de los viajeros con sus vidas a cuestas.

Cuarenta años después, Kandy se les uniría en el camino. Renunció a todo para irse sola, sin esperar la aprobación de su vida pasada. Se pintó el pelo de rojo y, para evitar lastres, reemplazó los pendientes de oro por tatuajes en los lóbulos de las orejas. Kandy dejó de planear el futuro y se dejó llevar por el impulso de la marcha. A una edad tardía, para algunos. Pero, “¿qué tienen que ver los años con el deseo de ver nuevas cosas?”. Hasta el momento, de lo único que se arrepiente es de no haber zarpado más joven: “De haber sabido lo que sé ahora, ni empiezo la carrera de abogada”.

La vuelta al mundo comenzó en 1999. Viajó desde Argentina a India, y en ese periplo tuvo la oportunidad de convivir con mapuches y de pasar una temporada en la casa de la Madre Teresa. Lo que comenzó como una libreta de notas para su nieta, se convirtió en un libro. En 2009 publicó Abuelita mochilera: vuelta al mundo en solitario (Aldevara), con el que cosechó muchos lectores y en donde da consejos para viajar y reflexiona sobre la vitalidad y el envejecimiento activo. Hace unos años, una joven mochilera le hizo recapacitar sobre el propósito de sus viajes. “Mi madre quiere viajar, pero no se atreve —le dijo—. Tal vez, si conoce tu caso, se anime”. Desde ese momento, Kandy prefiere viajar acompañada. Organiza grupos de mujeres mayores —“de abuelitas como yo”—, y las convence de salir a encontrarse con el mundo.

Organizar un itinerario para las demás puede ser agotador, pero también gratificante. “No puedo explicar la emoción que sentí cuando ese primer grupo de mujeres pisó un país que les era completamente desconocido”. El lema de Kandy, el que utiliza para animar a sus compañeras de viaje y a sí misma, es: “Más vale cansarse que oxidarse”.

Por:

Fernanda Tría

Narradora, traductora y profesora de escritura creativa. Obtuvo la beca Unesco-Aschberg para escritores y el premio-residencia SEGIB-Eñe-Casa de Velázquez para escritores iberoamericanos.

Artículo publicado originalmente en la revista Avianca edición número 82