Vehículos
Así son los poderosos aviones de combate Jas Gripen que, según la prensa sueca, compraría el Gobierno colombiano
La información fue difundida por la radio Ekot, sin citar fuentes oficiales.
La actualización de la flota de aviones de combate de Colombia sigue siendo uno de los temas que ocupa la agenda del actual gobierno, pues los viejos israelíes Kfir parecen no ofrecer garantías y habrían quedado rezagados en medio del salto tecnológico que dieron estos aparatos en el resto del mundo.
Pues bien, según la cadena radial estatal de Suecia, Ekot, Colombia estaría por sellar la compra de una nueva flota de aviones Jas Gripen, los cuales son fabricados por la firma de ese país, Saab.
El medio sueco, que no reveló fuentes, señaló que la empresa de origen nórdico podría estar iniciando con un negocio pequeño que podría crecer hasta el punto de terminar proveyendo una flota que acumule 16 aviones; sin embargo, todo se trató de una declaración de una de las corresponsales de este medio en ese país.
“Eso es lo que ha sonado en las conversaciones. Los análisis colombianos creen que serán unos tres o cuatro para empezar, pero a largo plazo entre 10 y 16 hasta tener una flota completa”, señalan en la emisión radial.
Tendencias
Desde hace un tiempo, Saab había entablado conversaciones con el gobierno colombiano, al igual que la firma francesa Dassault Aviation; sin embargo, estas nunca avanzaron. Ahora, varios años después, parece que el tema finalmente se destrabó y que el negocio podría avanzar enfocados en el modelo Gripen, el mismo que la compañía ha tratado de negociar con otros gobierno como el de Perú.
La producción de estos aviones se llevaría a cabo en la planta que tiene la firma en Brasil y en la cual trabaja en asociación con la compañía Embraer SA.
Aviones Kfir, muy cerca de ser obsoletos
Cabe señalar que la propia Fuerza Aérea de Colombia había puesto en evidencia la creciente preocupación sobre el futuro de su flota de aviones de combate Kfir, esenciales para la defensa de la soberanía nacional en el espacio aéreo.
En declaraciones entregadas en julio pasado, el segundo comandante de la Fuerza Aérea, el general Carlos Silva, destacó la compleja situación que enfrenta la institución militar en los próximos dos años, cuando vencen los contratos de mantenimiento con Israel, el país fabricante de estas aeronaves.
El general fue claro al señalar que, según la directiva presidencial, no se renovarán los acuerdos con Israel para seguir garantizando el mantenimiento de los Kfir. Esta decisión plantea serios desafíos logísticos y operativos para la Fuerza Aérea, ya que estos aviones son cruciales para el control del espacio aéreo y la protección de la nación frente a posibles amenazas externas.
Los Kfir, que entraron en servicio en la década de 1980, han sido una pieza clave en la defensa aérea del país. Sin embargo, debido a su antigüedad, requieren mantenimiento especializado para asegurar su operatividad y eficacia en misiones de defensa.
La negativa a renovar los contratos de mantenimiento con Israel abre un abanico de incertidumbres sobre cómo se garantizará la disponibilidad de estos aviones en el futuro cercano, así como el costo y los posibles riesgos asociados con su prolongada vida útil.
El general Silva no dejó de subrayar la urgencia de encontrar soluciones alternativas que permitan mantener en funcionamiento esta flota sin comprometer la seguridad nacional. A corto plazo, la Fuerza Aérea está evaluando diferentes opciones, entre ellas la posibilidad de buscar acuerdos con otros países o con empresas especializadas en el mantenimiento de aeronaves de este tipo. No obstante, la transición a nuevas plataformas o el mantenimiento local de los Kfir podría implicar importantes inversiones y un largo proceso de adaptación tecnológica y humana.
La situación también abre un debate sobre la necesidad de actualizar y modernizar la flota aérea del país, lo que implicaría un desafío aún mayor desde el punto de vista estratégico y presupuestario. La coyuntura actual exige una revisión urgente de las políticas de defensa y una planificación a largo plazo para asegurar que las capacidades aéreas no se vean comprometidas en un contexto global cada vez más incierto.