En las cajas de cambios automáticas, los discos de embrague pueden desgastarse con el tiempo.
Este tipo de errores pueden llegar a ser muy caros en el futuro. | Foto: Getty Images

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Cómo cuidar el motor y la caja de un vehículo con transmisión automática

Cuidar el motor y la transmisión automática de un vehículo no solo asegura un mejor desempeño, sino que también previene reparaciones costosas a futuro.

Redacción Vehículos
8 de noviembre de 2024

Mantener en buen estado el motor y la caja de transmisión automática de un vehículo es esencial para prolongar su vida útil y asegurar un desempeño óptimo. Aunque los autos automáticos son reconocidos por su facilidad de uso y comodidad, requieren un mantenimiento adecuado para evitar costosas reparaciones.

El motor de un vehículo funciona de manera eficiente gracias al aceite, que lubrica y reduce el desgaste de sus componentes internos. Este debe cambiarse de manera regular, generalmente cada 5.000 a 10.000 kilómetros, según el tipo y las especificaciones del fabricante.

La elección del aceite adecuado es fundamental, ya que uno de baja calidad o no recomendado podría dañar este elemento del carro.

Además, es importante cambiar los filtros de aceite junto con el cambio del líquido, ya que estos acumulan residuos y partículas que podrían circular nuevamente por el motor y dañarlo.

Algunos conductores prefieren un vehículo automático.
Algunos conductores prefieren un vehículo automático por la facilidad de manejar. | Foto: Getty Images

En el caso de la transmisión automática, el aceite que utiliza se conoce como líquido de transmisión y es crucial para el funcionamiento. Este líquido permite la transferencia de potencia entre el motor y las ruedas, lubricando y enfriando las piezas móviles de la transmisión.

Aunque los intervalos de cambio del líquido de transmisión varían entre 30.000 y 100.000 kilómetros, revisarlo periódicamente es fundamental. La falta de este o su deterioro pueden provocar problemas de cambio de marcha, desgaste prematuro de las piezas e incluso fallos graves en la transmisión.

Conducción suave

La forma en que se conduce un vehículo con transmisión automática influye directamente en su estado a largo plazo. Es importante evitar arrancar bruscamente, frenar de manera violenta o cambiar de marcha sin detenerse por completo. Estas acciones pueden dañar tanto el motor como la transmisión. Cambiar de “D” (Drive) a “R” (Reversa) sin detener el carro causa un esfuerzo innecesario en los engranajes y puede provocar un desgaste temprano.

Además, en pendientes prolongadas, es recomendable utilizar el freno en lugar de mantener el vehículo en posición neutral, lo que se conoce como “neutralidad en marcha”. Esta práctica desgasta los frenos, pero al menos evita la fricción innecesaria de la transmisión.

Conducir con suavidad es una práctica recomendable para cualquier conductor preocupado por la salud de su caja de cambios. Cambiar de marcha de forma brusca o violenta puede causar desgaste prematuro.
El reparo de la caja de cambios puede llegar a ser muy costoso. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Asimismo, es aconsejable utilizar la opción de cambio manual, si está disponible, para reducir la presión sobre la transmisión en ciertas condiciones de manejo. Por otro lado, si el vehículo tiene la opción de modos de conducción, como el “modo sport” o “eco”, el uso de estos según la situación puede optimizar el rendimiento y reducir el desgaste del motor y la transmisión.

Revisiones periódicas

Aparte de los cuidados mencionados, realizar revisiones periódicas con un mecánico de confianza es indispensable para identificar y resolver problemas potenciales antes de que se conviertan en reparaciones costosas. En estas revisiones, el técnico puede comprobar el nivel y calidad del aceite de la transmisión, revisar el motor y sus componentes, y realizar ajustes si es necesario.

Otra práctica importante es el escaneo del sistema electrónico del vehículo, especialmente en los modelos más modernos que dependen de sistemas electrónicos para controlar la transmisión y el motor. Este diagnóstico permite identificar posibles fallos en los sensores y componentes, los cuales, de no ser atendidos, podrían causar problemas graves.

En estas revisiones también se puede verificar la correa de distribución, la cual debe cambiarse conforme a las indicaciones del fabricante para evitar daños al motor. El estado de las bujías, cables y el sistema de enfriamiento también influye en el rendimiento.

De igual manera, los niveles de anticongelante deben ser revisados, ya que este líquido es vital para mantener el motor en una temperatura adecuada y evitar el sobrecalentamiento.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.