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Lavar la moto: tarea que parece fácil, pero que puede terminar dañando algunas partes; consejos para no fallar en la práctica
Hay que tener en cuenta la presión del agua, la temperatura y los productos de aseo; prepararla, tras el procedimiento, es clave.


Lavar una moto parece una tarea sencilla, pero si no se hace correctamente, puede causar problemas que afectan tanto el rendimiento como la apariencia del vehículo.
Es clave, entonces, no solo utilizar los productos adecuados, sino evitar el agua a presión en algunas zonas sensibles y asegurarse de secar y lubricar la moto correctamente después del lavado.
Consejos para no dañar la moto a la hora de lavarla
1. Uso de productos inadecuados
Uno de los errores más frecuentes es emplear productos de limpieza no aptos para motocicletas. Los detergentes domésticos o desengrasantes industriales pueden ser demasiado agresivos y dañar la pintura, los plásticos y las partes metálicas. Es recomendable utilizar champús específicos para motos o jabones neutros que no comprometan los acabados.

2. Aplicación de agua a presión en zonas sensibles
Muchas personas utilizan hidrolavadoras de alta presión para limpiar su moto sin considerar que el agua a alta velocidad puede penetrar en los rodamientos, conexiones eléctricas y partes selladas. Esto puede provocar corrosión, fallos eléctricos e incluso problemas mecánicos. Lo ideal es emplear una manguera con baja presión y evitar dirigir el chorro de agua directamente a estas áreas delicadas.
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3. Olvidar proteger los componentes eléctricos
Las motocicletas cuentan con numerosos elementos eléctricos expuestos, como la batería, los conectores y las bujías. Si estos entran en contacto con el agua, pueden generar fallos en el sistema eléctrico. Antes de lavar la moto, se recomienda cubrir estos componentes con plástico o cinta adhesiva para evitar cortocircuitos o daños por humedad.
4. Descuidar la lubricación después del lavado
El agua y los productos de limpieza pueden eliminar la lubricación de componentes clave como la cadena, las palancas y los cables de acelerador y embrague. Para evitar que se oxiden o pierdan su funcionalidad, es fundamental secar bien la moto después del lavado y aplicar lubricantes específicos en estas áreas.

5. Lavar la moto bajo el sol o con el motor caliente
Lavar una moto cuando está caliente o bajo la exposición directa al sol puede ocasionar problemas. El agua fría sobre un motor caliente puede generar cambios bruscos de temperatura que afecten los materiales. Además, el sol puede provocar que los productos de limpieza se evaporen rápidamente, dejando manchas en la pintura y en los plásticos. Lo mejor es lavar la moto en un lugar sombreado y esperar a que el motor se enfríe completamente.
6. No secar adecuadamente la moto
Dejar la moto mojada después del lavado puede favorecer la oxidación y la acumulación de agua en rincones difíciles de alcanzar. Se recomienda secarla con un paño de microfibra y, si es posible, utilizar aire comprimido para eliminar la humedad de zonas de difícil acceso, como el sistema de escape y los recovecos del chasis.
7. Usar esponjas sucias o paños inapropiados
El uso de esponjas o paños sucios puede causar microarañazos en la pintura y otras superficies de la moto. Para evitar esto, se deben utilizar esponjas y toallas de microfibra limpias, así como cubos de agua separados para el lavado y el enjuague, evitando así la acumulación de partículas abrasivas.

8. Aplicación incorrecta de ceras y abrillantadores
Muchos motociclistas utilizan ceras y abrillantadores para mejorar la apariencia de su moto, pero si estos productos se aplican en exceso o en zonas inadecuadas, pueden generar problemas. Por ejemplo, si la cera llega a los discos de freno, puede reducir su eficacia y comprometer la seguridad. Es importante aplicar estos productos solo en las áreas indicadas y con moderación.
9. Descuidar los neumáticos y frenos
Durante el lavado, es común que el agua y los productos de limpieza se acumulen en los discos y pastillas de freno, lo que puede afectar su rendimiento. Además, aplicar productos abrillantadores en los neumáticos puede hacer que pierdan adherencia. Lo mejor es limpiar estas zonas con un paño húmedo y evitar cualquier producto que pueda alterar la tracción.