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A Ricky Martin le cambió la cara

El encierro por la pandemia ha afectado visiblemente la apariencia del artista, uno de los hombres más atractivos del mundo.

26 de enero de 2021
A sus 49 años ya le están pintando canas en la barba. Tal vez prefirió decolorarla en lugar de teñirla de negro intenso, como aparece en otros momentos.

El puertorriqueño Ricky Martín sorprendió a sus cerca de 15 millones de seguidores en Instagram con una nueva imagen, que subió acompañada de un mensaje: “Cuando estés aburrido, tiñe”.

Desde que empezó la pandemia hace casi un año, ha hecho eco a las locuras de su esposo, el artista sirio Jwan Yosef, a sus mellizos Matteo y Valentino, así como a los bebés Lucía y Renn Martin-Yosef, para distraerse durante el confinamiento.

El cantante de Livin’ la vida loca les sigue la cuerda para pintarse el pelo, la barba y otras actividades, todo para matar el aburrimiento. En marzo del año pasado se tiñó el pelo de un tono subido para seguirle el juego a Valentino. En esa ocasión escribió: “Mi hijo dijo: ‘¡Papá, yo quiero el color rojo pasión’”.

Ahora se ha teñido la barba de platino. Y el resultado es favorable, a decir por la última foto que subió a su cuenta de Instagram.

“Los rubios se divierten más”, le escribió una admiradora. También lo nombraron “creador de tendencias”. Sin embargo, algunas fotos anteriores dejan ver que sus 49 años ya le están pintando canas en la barba, y tal vez esta vez prefirió decolorarla, en lugar de teñirla de negro intenso, como lo ha hecho en otros momentos.

Desde el inició de su carrera como solista en 1991, se ha dejado el pelo largo, se lo ha pintado de colores, se rapa, se afeita la barba, se hace mascarillas, se divierte y se cuida.

Desde entonces, ha figurado en las listas de las personalidades más bellas en la industria del espectáculo y no tiene problema en mostrar su preocupación por la belleza: gasta unos 10.000 dólares por semana en tratamientos de estética facial y masajes.

No es de extrañar. En su adolescencia, en la década de 1980, cuando conformó el grupo musical Menudo, empezó su lucha contra el acné severo que le dejó marcas en la cara y que, con muchos tratamientos cosméticos y trucos de maquillaje, ha podido manejar.

Algún defecto debía tener, aunque este es mínimo. Su rostro atractivo confirma lo que estableció un estudio de la Universidad de Berkeley en 2014, el cual encontró a los boricuas como las personas con la mezcla genética perfecta. El principal ejemplo de ello es Ricky Martin.

Pero él no solo tiene buena pinta. La prueba está en su exitosa carrera de tres décadas, en la que ha recibido reconocimientos de los Grammy, MTV, World Music Award, Premios Lo Nuestro y People’s Choice Awards, entre muchos más.

Para sumarle más belleza a todo lo que representa, su gran corazón y espíritu solidario le ha traído grandes satisfacciones: como creador y presidente de la Fundación Ricky Martin, desde donde lucha contra la trata humana, protege a niños y comunidades vulnerables, y defiende los derechos humanos.

Ha sido elegido embajador de Unicef, ha recibido el “Premio Humanitario” de Hispanic Federation, el Premio de la Cumbre de la Paz y el reconocimiento de los Premios Nobel de la Paz de la XVII Cumbre Mundial.

Esta trayectoria filantrópica lo pone en la lista de un selecto grupo de líderes de opinión y gestores de cambio, entre los que también figura el epidemiólogo jefe de Estados Unidos, Anthony Fauci, que acaban de ser homenajeados por tener en común “construir un mundo más equitativo y en paz”.

Esto ocurrió durante la primera entrega de los Premios Internacionales de la Paz, de la organización sin fines de lucro PeaceTech Lab, fundada por el Instituto de la Paz de Estados Unidos. “Ricky Martin nunca se ha sentado a disfrutar de la justa recompensa que se ha ganado, siendo uno de los artistas más famosos del mundo, sin mirar a su alrededor con un profundo compromiso social”, dijo Sheldon Himelfarb, presidente y director ejecutivo. Lo dicho, no es solo una cara bonita...

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