Vida moderna
Ajo para combatir la artritis y mejorar la digestión, ¿cómo consumirlo?
El consumo de este alimento no reemplaza un tratamiento médico.
Una alimentación balanceada es clave para mantener un cuerpo saludable. La Organización Mundial de la Salud insiste en que alimentarse correctamente ayuda prevenir complicaciones de salud.
“Una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, entre ellas la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer”.
A través de los alimentos el cuerpo humano recibe los nutrientes necesarios para funcionar óptimamente. Asimismo, para evitar y combatir afecciones, manteniendo un cuerpo sano.
Existen algunos alimentos que se destacan por tener propiedades que causa gran bienestar a la salud, como es el caso del ajo. Este es utilizado frecuentemente para sazonar las comidas. Aunque es muy usado, pocos conocen sus efectos positivos para el cuerpo humano.
En primer lugar, el consumo del ajo puede ayudar a mejorar la digestión, según indica el sitio web Gastrolab.
“El ajo también es capaz de estimular las mucosas gastrointestinales de tu sistema, por lo que va a causar un aumento en la bilis y las secreciones del tracto digestivo, así tu organismo se va preparando de mejor manera para digerir los alimentos y hará qué los procesos después de la comida se lleven a cabo en tu sistema muchísimo más fácil”.
Asimismo, el sitio web señala que este alimento ayuda a complementar el tratamiento de enfermedades como la artritis. Esto se debe a que tiene un contenido alto de selenio y sulfuro, importantes para la salud de las articulaciones en personas de edad avanzada.
“La mejor forma para aprovechar estos beneficios es comer el ajo crudo en ayunas, pero no quiere decir que tengas que comerlo de forma directa, ya que puedes incluirlo en ensaladas o en jugos”, recomienda el portal web Gastrolab.
Si se desea consumir de otra diferente a la habitual, sazonando las comidas, lo recomendable es consultar a un nutricionista para recibir atención profesional adecuada sobre este alimento y sobre la frecuencia con la cual debe ser ingerido. Cabe aclarar que comer ajo no reemplaza un tratamiento médico para combatir la artritis ni un tratamiento para problemas de digestión.
Proceso de digestión
La digestión de los alimentos puede variar en cada individuo. Los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro, dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, detallan cómo es este proceso en el organismo. “Los alimentos tardan aproximadamente de seis a ocho horas en pasar por el estómago y el intestino delgado. Estos entran en el intestino grueso (colon) para una mayor digestión, absorción de agua y, finalmente, eliminación de los alimentos no digeridos. La comida tarda unas 36 horas en moverse por todo el colon”.
El proceso completo de digestión de la comida, desde que se ingiere hasta que es eliminada por las heces, dura de dos a cinco días, dependiendo del organismo de cada persona.
Según explican los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), “el aparato digestivo descompone químicamente los nutrientes en partes lo suficientemente pequeñas como para que el cuerpo pueda absorber los nutrientes y usarlos para la energía, crecimiento y reparación de las células”.
Gracias a este proceso ocurren varias cosas:
- Las proteínas se descomponen químicamente en aminoácidos.
- Las grasas se descomponen químicamente en ácidos grasos y glicerol.
- Los carbohidratos se descomponen químicamente en azúcares simples.
Artritis
La artritis es una enfermedad en la que se presenta inflamación o degeneración de una o varias articulaciones, que es el lugar donde se encuentran los huesos. Según explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la artritis comprende más de 100 enfermedades y afecciones reumáticas.
Los síntomas de la artritis pueden incluir:
- Dolor articular.
- Inflamación articular.
- Disminución de la capacidad para mover la articulación.
- Enrojecimiento y calor de la piel alrededor de una articulación.
- Rigidez articular, especialmente en la mañana.