Vida Moderna
Alimentos que contienen prebióticos: estos son sus beneficios naturales
Los prebióticos previenen infecciones intestinales, disminuyen el riesgo de cáncer de colon y el nivel de glucosa en la sangre.
Pese al actual aumento de consumo de carne y otros alimentos, las personas no abandonan la ingesta de vegetales, frutos, semillas y tubérculos, lo que ha implementado un modelo omnívoro en la dieta actual de muchos hombres y mujeres.
¿Qué son los prebióticos?
De acuerdo con el portal cuerpomente.com, “los prebióticos están constituidos por moléculas de gran tamaño que forman parte de la fibra alimentaria, en su mayoría hidratos de carbono (oligo y polisacáridos) que son fermentados por la flora intestinal. Sin embargo, no todas las fibras tienen actividad prebiótica”.
Estas son sustancias no digeribles de los alimentos que promueven el crecimiento y la actividad de bacterias beneficiosas para el intestino.
Un prebiótico se define por tres características:
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- Ha de ser una sustancia que no se degrade ni se absorba durante su tránsito por el tramo digestivo superior (estómago e intestino delgado).
- Debe sufrir una fermentación bacteriana una vez alcanzado el colon.
- Esta fermentación ha de ser selectiva, es decir, favorecer la actividad y la proliferación de determinadas bacterias intestinales que ejercen efectos beneficiosos para la salud del huésped (bifidobacterias y lactobacilos).
Los probióticos se diferencian en que estos proporcionan bacterias exógenas vivas a la microflora, mientras que los prebióticos favorecen el crecimiento de estas bacterias a base de aportarles diferentes sustratos.
La acción de esta clase de alimentos tiene lugar en el intestino grueso o colon, donde las bacterias de la microbiota intestinal fermentan los prebióticos alimentarios.
Alimentos que contienen prebióticos
Según informó Mayo Clinic, “dentro de los prebióticos se destacan los fructooligosacáridos (FOS) o fructanos, la maltodextrina, el almidón resistente, la lactulosa y los galactooligosacáridos (GOS) de la leche materna, componentes de la fibra que ejercen un efecto beneficioso sobre la microbiota que habita el intestino”.
Adicionalmente, la entidad líder mundial de atención médica e investigación destacó que “mayoritariamente los prebióticos se encuentran en alimentos de origen vegetal”.
Las fuentes principales de prebióticos son el ajo, la cebolla, las alcachofas, los plátanos y otras frutas, la miel, el trigo, la avena y otros cereales, la soja y demás legumbres, los espárragos, la achicoria y el puerro.
Por otra parte, conviene destacar que la inulina es un prebiótico que se ha mostrado eficaz para tratar el estreñimiento en personas mayores, pues ayuda a restablecer las bifidobacterias que disminuyen con la edad.
La inulina es un fructano común en diente de león, achicoria, ajo, cebolla, alcachofa, espárrago y ágave (el alcohol del mezcal y el tequila proceden de ella).
Beneficios naturales de los prebióticos
El portal web nutribiotica.es señaló que “existen evidencias que relacionan los prebióticos con la modulación de funciones metabólicas asociadas con la grasa corporal, la inmunidad, la prevención de infecciones intestinales y la disminución del riesgo de cáncer de colon o del nivel de glucosa en sangre”.
Estas acciones los vinculan con aplicaciones terapéuticas o preventivas de enfermedades y trastornos como los cardiovasculares, la obesidad, alergias o diabetes.
Es importante tener en cuenta que la microbiota intestinal se adquiere desde el nacimiento, y que cada individuo presenta una identidad bacteriana única y estable, resultado de los hábitos de vida de cada persona.
Los beneficios más relevantes consisten en:
- Los prebióticos protegen frente a las enfermedades: Al mantener el sistema gastrointestinal sano, mejoran a su vez el estado general del organismo. Ejercen una acción inmunomoduladora gracias a la predominancia de bacterias bifidógenas.
- También favorecen la absorción de calcio, magnesio, hierro y zinc, así como la síntesis de algunas vitaminas.
- Los prebióticos, solos o combinados entre sí, mejoran la absorción intestinal de calcio. Se ha observado un aumento de la densidad mineral ósea tras un año de administración de inulina. Probablemente, el descenso del pH intestinal colabora en la mejor absorción de este mineral.