Salud
Alzheimer: ¿Es cierto que las personas más educadas tienen menos riesgo de sufrir la enfermedad?
Es un trastorno que, sin embargo, puede obedecer a múltiples causas.
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo que se presenta con más frecuencia entre los adultos mayores. Aunque no hay una cura y tampoco se ha encontrado una causa clara para la mayoría de los casos, la ciencia ha dado con algunos factores que pueden reducir o incrementar el riesgo de que las personas padezcan esta afección.
De hecho, un estudio realizado por investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad del Sur de California se propuso indagar si había una relación entre la demencia (cuya causa principal es el alzheimer) y el nivel educativo de las personas.
Para lograrlo, los investigadores decidieron hacer una revisión exhaustiva de múltiples estudios que ya habían sido publicados, recogieron información de personas entre 1985 y 2010 y que fueron incluidos en las prestigiosas bases de datos PubMed y PsycINFO.
“Los criterios de inclusión fueron una medida de educación y un diagnóstico de demencia mediante un procedimiento de diagnóstico estandarizado”, señalaron los autores de la investigación.
Como resultado, lograron analizar los datos de 88 poblaciones distintas que fueron estudiadas por investigadores que publicaron un total de 71 artículos que habían cumplido los criterios de inclusión. Así encontraron que 51 de esos artículos (que correspondían al (58 %) habían encontrado “efectos significativos” de que tener una educación más baja podía aumentar el riesgo que tenían las personas de padecer demencia.
Así mismo, dieron a conocer que en otros 37 artículos (que representaban un 42 % del total) los científicos no encontraron una relación suficientemente significativa.
Entre otras cosas, sostuvieron que la asociación entre las probabilidades de sufrir demencia y tener un nivel educativo bajo era más “consistente” en las regiones desarrolladas en comparación con las regiones que se encontraban en vías de desarrollo. Mientras tanto, señalaron que otros factores como la edad, la raza, la etnia y la región geográfica mostraron que esa asociación se moderaba.
“La educación más baja se asoció con un mayor riesgo de demencia en muchos, pero no en todos los estudios. El nivel de educación asociado con el riesgo de demencia varió según la población de estudio y más años de educación no atenuaron uniformemente el riesgo de demencia. Parecía que se producía una relación más consistente con la demencia cuando los años de educación reflejaban la capacidad cognitiva, lo que sugiere que el efecto de la educación sobre el riesgo de demencia puede evaluarse mejor dentro del contexto de un modelo de desarrollo a lo largo de la vida”, puntualizaron los investigadores.
Por ello, también es muy importante tanto para los médicos como para los pacientes tener en cuenta que la enfermedad de Alzheimer y otras afecciones que pueden causar demencia son consecuencia de múltiples factores que se relacionan entre sí.
“Las causas exactas de la enfermedad de Alzheimer no se comprenden en su totalidad. Pero a un nivel básico, las proteínas del cerebro no funcionan de la forma habitual. Esto interrumpe el trabajo de las células cerebrales, llamadas neuronas, y desencadena una serie de eventos. Las neuronas se dañan y pierden las conexiones entre sí. Eventualmente, mueren”, sostiene la Clínica Mayo de Estados Unidos.
Además, cita algunos factores de riesgo que pueden hacer que algunas personas sean más proclives a desarrollar Alzheimer. Tal vez el más conocido por médicos, pacientes y autoridades sanitarias es la edad, pues las neuronas se van deteriorando con el paso de los años.
“Según un estudio, cada año hubo cuatro nuevos diagnósticos por cada 1.000 personas de 65 a 74 años. Entre las personas de 75 a 84 años, hubo 32 nuevos diagnósticos por cada 1.000 personas. Para las personas de 85 años o más, hubo 76 nuevos diagnósticos por cada 1.000 personas”, concluye la Clínica Mayo.
Y advierte que en general es más probable que se enfermen las mujeres, las personas que tienen antecedentes familiares, padecen de síndrome de Down, han consumido mucho alcohol o han tenido lesiones craneales y problemas de sueño.