Alzhéimer: los nutrientes que ayudan a prevenir la enfermedad

A la enfermedad de Alzheimer se le reconoce como un trastorno neurológico progresivo que ocasiona que el cerebro se atrofie y que las neuronas cerebrales mueran, según el instituto de investigaciones Mayo Clinic.

Esta enfermedad es la causa más común de la demencia, un deterioro que se evidencia en el pensamiento, el comportamiento y las habilidades sociales, lo que lleva a que el paciente pierda la capacidad de vivir de manera independiente y deba empezar a depender de otros.

Las señales tempranas que pueden indicar que la enfermedad está apareciendo son, entre otras, el olvido de eventos o conversaciones recientes, por ejemplo. A medida que la afección progresa, el paciente puede presentar un grave deterioro de la memoria y también perderá la capacidad para llevar a cabo las tareas cotidianas.

“Los medicamentos pueden mejorar temporalmente los síntomas o retardar su progresión. Estos tratamientos pueden ayudar a las personas con enfermedad de Alzheimer a prolongar al máximo sus funciones y a desenvolverse de forma independiente por un tiempo”, precisa Mayo Clinic. Sin embargo, es importante tener claro, que no hay ningún tratamiento que cure la enfermedad.

La pérdida de memoria es un síntoma determinante de la mencionada enfermedad. Los expertos aseguran que al principio, una persona con alzhéimer puede ser consciente de que tiene dificultades para recordar las cosas y organizar los pensamientos; sin embargo, es posible que no sea tan consciente de cómo avanza.

Esta afección causa problemas para concentrarse y pensar, en especial sobre conceptos abstractos, como los números y también para realizar tareas, controlar las finanzas y pagar las facturas en forma puntual, por ejemplo. También provoca un deterioro en la capacidad de tomar decisiones y juicios razonables en situaciones cotidianas.

Para prevenir y ayudar a retardar este mal, es importante cuidar la alimentación e ingerir alimentos que le aporten nutrientes beneficiosos al cerebro. Algunos de los más importantes son los siguientes.

Grasas insaturadas. Este tipo de grasas pueden tener un papel protector contra la enfermedad. “En concreto, algunos estudios epidemiológicos han observado que la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 tiene un papel protector en el mantenimiento de la función cognitiva”, precisa la Fundación Alzheimer Centro Especializado-Colombia, en su página web.

De acuerdo con esta institución, el cerebro es un órgano muy rico en lípidos (grasas) y en su composición predominan los ácidos grasos omega 3 y 6, los cuales participan de manera importante en la estructura de las neuronas y su propio funcionamiento.

Magnesio. La deficiencia de este mineral ha sido vinculada con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Para mantener unos niveles indicados es importante incluir en la dieta vegetales de hoja verde oscura, además de frutas como bananos, albaricoques y aguacates; nueces, arvejas y fríjoles, productos de soya, granos enteros y leche, según información de la biblioteca médica MedlinePlus.

Zinc. El zinc es otro de los minerales clave para la buena salud del cerebro y por ello si sus niveles en el cuerpo son bajos pueden incidir en el desarrollo de la mencionada enfermedad. Normalmente, el cuerpo no almacena el exceso de zinc, por lo que debe obtenerse de la dieta y para incluirlo se pueden consumir proteínas animales como la carne de res, cerdo y cordero. Este nutriente también puede hallarse en las nueces, los granos enteros, las legumbres y la levadura.

“Las frutas y verduras no son buenas fuentes, porque el zinc en los alimentos vegetales no está tan disponible para el consumo humano como el de las fuentes animales. Por lo tanto, las dietas bajas en proteínas y las vegetarianas tienden a ser bajas en zinc”, asegura MedlinePlus.

Vitaminas del complejo B. Para prevenir el alzhéimer es clave ingerir vitaminas del grupo B, asegura la Confederación Española de Alzheimer. En este grupo se encuentra el folato (B9) y la vitamina B12, cuyo déficit puede provocar síntomas semejantes a la demencia.

Los alimentos ricos en folatos son, por ejemplo, las legumbres, espárragos y zumo de naranja, mientras que los que contienen vitamina B12 son, entre otros, las vísceras como hígado y riñones, almejas y pescados como la caballa y el salmón.